Mikel Salegi. Una lucha en la búsqueda de verdad y justicia

Mikel Salegi. Una lucha en la búsqueda de verdad y justicia

Por Mikel Castrillo Urrejola*

“El intento de mantener en el ámbito de lo privado los crímenes del Estado es un arma política que aísla a las víctimas y reduce la cohesión ciudadana en defensa de la democracia y los derechos humanos. El relato convierte la experiencia privada en pública, colectiva y política”.

Estas palabras cargadas de significado las pronunció Itziar Salegi en un acto celebrado el pasado miércoles, 28 de mayo en la Asociación Vecinal Valle-Inclán de Prosperidad de Madrid, en la presentación del libro Mikel Salegi. Oroitzapenetik oroimenera. Del recuerdo a la memoria”, editado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi y la colaboración de Otxoa de Barandika Fundazioa.

La presentación de este libro era para dar a conocer una de los cientos de víctimas de la violencia de Estado, Mikel Salegi, asesinado el 18 de diciembre de 1974 en un control de la Guardia Civil en Donostia, cuando venía de cenar con unos amigos. Otro ejemplo de violencia policial que ha sido escondido en el cajón del olvido, para construir un relato que ignore la existencia de estas víctimas.

En el acto intervinieron Javier Buces, historiador de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y autor del libro e Itziar Salegi, hermana de Mikel Salegi.

Para el autor de este libro, el objetivo de este trabajo no es otro que socializar lo que era un recuerdo familiar a un recuerdo de la memoria colectiva. Pasar del yo al nosotros, para compartir esta historia y que forme parte de todo un pueblo. Su intervención, en la que no podía faltar dar unas pinceladas sobre el contexto de lo que fue la dictadura franquista en Euskal-Herria, fue un repaso de lo que fueron los hechos para posteriormente desmontar la versión policial chapucera, pensada para cubrir los formalismos legales a sabiendas que tenían garantizada la impunidad en todos los órdenes institucionales.

Javier Buces no quiso pasar por alto un dato: en este tipo de sucesos es más fácil investigar un caso de represión de 1939 que de 1974. No es otra cosa que una estrategia política, para evitar investigaciones y procesos judiciales contra el victimario por eso de que igual todavía puede estar vivo.

Este tipo de violencia tiene unos denominadores comunes, como las trabas a la familia para poder averiguar la verdad y que no puedan ejercer acciones legales, como impedir realizar una autopsia en condiciones al cadáver. Pero todo esto siempre se puede superar, y es lo que aconteció en el funeral de Mikel, cuando civiles armados procedentes de otro funeral por el primer aniversario del fallecimiento de Carrero Blanco, irrumpieron en el templo para apalear a los asistentes. Hubo casos de torturas a los detenidos en comisaría. En este caso, el Gobierno Vasco ha reconocido como víctimas a algunas de esas personas torturadas.

La intervención de Itziar Salegi puso el foco en la búsqueda de verdad y justicia en las instituciones a lo largo de estos cincuenta años para intentar cerrar una herida, labor infructuosa, porque estas han dado la espalda a la familia. Pero lo que no han querido dar las instituciones lo han encontrado en la sociedad civil y en las asociaciones memorialistas. Una vez más la sociedad va muy por delante de la justicia y los poderes públicos. Y enmarca el trabajo que ha realizado en todos estos años la familia en la “búsqueda de la paz, de los derechos humanos y del desarrollo de la democracia”, algo imprescindible para lograr verdad, justicia y reparación para todas las víctimas. Su intervención no dejó indiferente a los asistentes.

Este acto hay que circunscribirlo en lo que lo fue la represión de los aparatos del Estado y sus grupos parapoliciales, lo que se conoce como terrorismo de Estado y en esos términos lo contextualizó Antonio Cruz, miembro de la Asociación Vecinal Valle-Inclán, que actuó como presentador y moderador, nombrando a diferentes víctimas de la violencia fascista: Enrique Ruano, Aurora Picornell, Heriberto Quiñones, Arturo Ruiz, abogados de Atocha y un largo etcétera.

Las palabras de Itziar Salegi tuvieron un significado más grande, aun si cabe, puesto que esa mañana anduvo por Madrid Eneko Andueza, secretario de la sucursal del PSOE en la Comunidad Autónoma Vasca y las palabras que pronunció en una conferencia volvieron a ser un jarro de agua fría para las víctimas del terrorismo de Estado. El talante del partido que dirige la consejería de memoria Democrática, en Madrid lo resumió así: la consejería de memoria Democrática está cambiando el paradigma de las políticas de memoria, pone en el centro a las víctimas del terrorismo. Para Andueza y su partido no existen otras víctimas. Mikel Salegi, las víctimas del 3 de marzo en Gasteiz y otras muchas más no están en su agenda. No es que antes, con la gestión del PNV en Gogora fuera para echar cohetes, pero esto se puede resumir en que vamos de mal en peor. No cabe duda que empiezan a comprar el discurso de la derecha extrema y extrema derecha española.

* Miembro del colectivo editorial LoQueSomos
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One thought on “Mikel Salegi. Una lucha en la búsqueda de verdad y justicia

  1. Eso denota que sigue habiendo víctimas de diferentes categorías.

    Algunas víctimas son más importantes que otras, solo en base a la » dirección» de la que vengan.

    Por lo tanto, no debemos permitir el olvido porque éste consigue revictimizar a la víctima y mantener vivo al verdugo.

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