Niño, coge el arma y mata, ya verás que “Diver”

Niño, coge el arma y mata, ya verás que “Diver”

Clases de caza desde los 7 años. (Curso subvencionado)

Perfecto. Qué será lo siguiente, ¿unas clasecitas en el adiestramiento de perros para dedicarlos a las peleas? Muchos no nos íbamos a sorprender. La Junta de Castilla y León, en connivencia con la Federación de Cazadores de esa Comunidad, destina 303.000 euros a poner armas en las manos de niños de 7 a 12 años y por supuesto a enseñarles cómo se utilizan y a qué apuntar: a seres vivos. “Cazador por un día”, con una parte teórica y otra práctica, pretende, según ellos, además de asegurar el relevo generacional en la envilecida y cada vez más escuálida hermandad del gatillo, borrar de las mentes infantiles la imagen de Bambi que, afirman, no hace más que desvirtuar la realidad porque no es cierto que los cazadores sean malos y los animales buenos. Claro, si va a resultar que los que matan por diversión son hermanitas de la caridad y las piezas que revientan son belcebú encarnado en mamífero.

Ya, gracias por la información pero ya sabemos que los ciervos no hablan, y que tampoco lo hacen los zorros, los lobos o los jabalíes. Pero como los escopeteros son imbéciles o más bien intentan que lo seamos nosotros, nos quieren hacer creer que cuando ese crío que leyó “La Dama y el Vagabundo” o “El Patio Feo” crece sigue asumiendo como reales los cuentos de su infancia y que a los cuarenta al cruzarse con un dálmata le pregunta la hora esperando que éste le responda. Por eso y en aras a evitar, supongo, una inmadurez de la corteza cerebral que les acompañe de por vida, es mucho más “educativo” que estos niños sustituyan los dibujos animados por cadáveres tangibles eviscerados con plomo. Seguro que así conseguimos adultos más equilibrados y respetuosos con su entorno. ¿Dónde han aprendido pedagogía, en algún manual escrito por el Doctor Mengele?

Y que esta depravación, este atentado despreciable contra los derechos de unas criaturas a las que la ley no les permite portar armas por su edad, este afán por malformar sus conciencias para sustituir su empatía por sadismo y su rechazo a la violencia por brutalidad, con las consecuencias que algo así tendrá en su futuro y en el de otros, esté subvencionado por una administración autonómica, es una infamia tan monstruosa como la protagonizada por León de la Riva, Alcalde de Valladolid, que en una época de desempleo, embargos y hasta hambre para muchas familias, va a destinar nada menos que 180.000 euros del presupuesto municipal para una corrida de toros que se celebrará el 18 de mayo en su Ciudad. Eso ocurre cuando la periodista taurina Noelia Jiménez afirma muy airada contra los abolicionistas que el toreo no se sostiene con fondos públicos y que se mantiene el solito. Lo dicho, unos y otros nos toman por idiotas. Y ciertos cargos electos también.

Pero por mucho que yo largue aquí, el caso es que esta pandilla de facinerosos morales sigue campando a sus anchas y frecuentemente con nuestro dinero. Hace apenas cuatro días que todos sentimos asco ante la vocación de matachín del Rey al contemplar su foto con ese pobre elefante muerto de siete tiros y con los colmillos encajados en el tronco de un árbol, indignación porque a su nieto Froilán se les adiestrase en la utilización de las armas aún sin tener la edad reglamentaria para hacerlo y se desgraciase un pie, sobrecogimiento al ver las imágenes del caballo Xelín trotando con sus entresijos descolgados por la arena de La Maestranza… Sí, muchos golpes de pecho nos damos conmocionados y a la hora de la verdad ellos, que son pocos pero con gran poder, nos obligan a comulgar con aberraciones como las de estas clases de caza para niños, unos seres a los que juramos defender y educar con esmero. ¿Quién nos cree?

No sé, no sé hasta dónde llegarán estos degenerados, pero lo que está claro es que como los políticos no les detengan con la ley en la mano ellos nunca lo harán por sí mismos porque son unos canallas trastornados. No tienen límite en sus actos ya que carecen de una conciencia capaz de ponerse en el lugar de los demás, sea un animal agonizante o sea un padre estremecido ante los estímulos de los que su hijo es víctima sin que muchas veces pueda hacer nada para evitarlo. España es un País que invita a la vergüenza en numerosos aspectos, y nosotros, por acción u omisión, los culpables de que así sea.

Delegado de LIBERA! En Pontevedra

www.findelmaltratoanimal.blogspot.com

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