Otro temblor predecible contra el Kurdistán

Por Nònimo Lustre. LQSomos.

Llamemos a las geografías por su nombre: el terremoto que asuela Turquía y Siria NO está destruyendo esos países. Lo que callan los medios es que está arrasando el Kurdistán turco-sirio. Ayer oí en un telediario la primera mención al pueblo kurdo y fue una mención brevísima que hizo un kurdo. Pocas nueces para tanto ruido: ¿discriminación, ignorancia geográfica, genuflexión ante los respectivos gobiernos de ambos países, aún más criminal en el caso de la ayuda a los kurdos ‘sirios? Y constante manipulación. Por ejemplo, se ha visto como necesario que el presidente turco, el sátrapa ultra-islamista Erdogan, haya decretado un estado de emergencia que durará tres meses. Y han callado que ese criminal ukase significa que se prohíbe al pueblo ayudarse a sí mismo y que las ONG’s no podrán informar. Una decisión política nada humanitaria puesto que la experiencia dicta que, en estos casos de catástrofe colectiva, sólo el pueblo actúa con inmediata eficacia. Ejemplos, en México 1985 -8,1 en escala de Richter- y en 2017 –sólo 7,1-, fue la iniciativa popular la que palió los primeros desastres humanos porque el Estado había desaparecido en ambos casos.

Del Primer Templo a Saladino

Al oír las primeras noticias del tremebundo temblor, admito que me precipité al ver que Sanliurfa (Kurdistán turco) era citada entre las ciudades damnificadas. No me interesé por esa urbe sino, más bien, porque en sus alrededores está el afamado yacimiento pre-cerámico de Gobekli Tepe, al que le han adjudicado los llamativos lemas de ‘Primer Templo’ de la Humanidad, ‘la cuna de la Religión’, etc. [calificativos a los que, basándome en los primeros informes arqueológicos, me opuse frontalmente; cf. En el Neolítico, ¿ya éramos creyentes?; 2018, en archivodelafrontera.com]

Asimismo, me pregunté qué habría pasado en el Kurdistán sirio, sobre todo en las zonas liberadas del cantón de Cizire Rojava y, más concretamente en Afrin, zona masacrada por Erdogan en buena parte por expansionismo belicista (invasión transfronteriza del 20.II.2018) pero, en especial, por haberse opuesto con las armas al yihadismo [cf. A.P., Si Afrin cae… 01 II 2018]

Una vez ‘actualizado’, pasé a lamentar que el pueblo kurdo y sus personalidades sean tema tabú para los medios. E incluso para los estudiosos no especializados que no suelen ir más allá de Rojava –que lo merece-, del encarcelado líder Ocalan y de sus proyectos eco-anarquistas inspirados por el finado Murray Bookchin y heredados por Janet Biehl. A la postre, del Kurdistán sólo resuena un nombre histórico: Al-Nāsir Ṣalāḥ ad-Dīn Yūsuf ibn Ayyūb, más conocido como Saladino (Tikrit 1137-Damasco 1193) El gran Saladino derrotó a los invasores de Palestina –los feroces Cruzados– en la estupenda batalla de los Cuernos de Hattin (1187, aborrecida y ninguneada por la historiografía cristiana) donde apresó a reyes y caudillos, esbirros todos, amén de clavar en picas las cabezas de 230 templarios que, pese a su idílica fama actual, se caracterizaban en ‘Tierra Santa’ (¿) por su crueldad extrema. Y conquistó Jerusalén, la ciudad donde los milicos más pecadores de la Cristiandad se entremataban y/o asesinaban a los palestinos. Saladino frenó a esa turba de verdugos que preconizaban la deriva genocida de Europa y, por ello, deberíamos recordar a tan insigne kurdo –además de Gobekli Tepe, un genial merendero.

¿Catástrofe natural o corrupción urbanística?

Desde el año 1994, hemos publicado algunos textos sosteniendo una tesis que, poco a poco, está siendo aceptada: no hay catástrofes naturales sino imprudencias humanas –imprudencias que suelen ser provocadas por la invasión del Homo s. sobre territorios peligrosos –sísmicos, por ejemplo. El caso del terremoto que nos ocupa, hubiera sido menos dañino si existiera de verdad una república kurda. Pero, en su lugar, lo que hay son dos tiranías que están destrozando no sólo el Kurdistán sino también a Turquía y Siria. De tener los kurdos un atisbo de autonomía, es probable –pero no seguro- que no se hubiera permitido la construcción de rascacielos de paja y mocos. Pero, claro, Erdogan se disculpa por su compromiso con Bruselas y en la expansión demográfica y oculta la corrupción que permite a sus ‘promotores’ y que engorda su faltriquera. ¿Sabía el artero avaricioso que habría un enorme terremoto? Seguramente, porque antecedentes no faltaban y porque es un área extremadamente sísmica pero lo consideró como una manera más de acabar con el Kurdistán.Gaziantep, epicentro del sismo. Mismo castillo el 06.II.2023. Las antiquísimas fortalezas resistieron relativamente bien las mismas sacudidas que acabaron con un criminal progreso urbanístico. Unas grietas apenas visibles, cristales sin romperse. Si el gobierno de Erdogan no fuera tan corrupto, si los promotores turcos no fueran tan criminales, si se hubieran cumplido las normas antisísmicas… se habrían salvado decenas de miles

A todo ello, hay que añadir que, tras más de 10 años en guerra, el bloqueo occidental a Siria ha convertido a esta martirizada nación en títere de la guerra entre potencias hegemónicas que pelean en campos de batalla ajenos donde mueren los locales –eso que llaman guerra proxy. Y los kurdos, como minoría siria, son los últimos en recibir ayuda de emergencia.

Todos conocemos la bandera de la Cruz Roja. Pero, ¿alguien ha visto este emblema? Pues, con permiso de los medios, deberían porque es la insignia de la Luna Creciente Roja de Kurdistán.

Prevención sismológica

En estos días, se ha preguntado a los sismólogos si hay algún método para prever cuándo y dónde ocurrirán los próximos terremotos –no lo hay, han contestado. Sin embargo, tres días antes del terremoto en Kurdistán, Frank Hoogerbeets (Solar System Geometry Survey, Países Bajos) tuiteó: “Sooner or later there will be a ~M 7.5 #earthquake in this region (South-Central Turkey, Jordan, Syria, Lebanon).” Se aproximó a la intensidad medida en la escala de Richter pero decir que “antes o después” ocurriría en un área tan manifiestamente hiper-sísmica como la citada, quita peso a su predicción.

Rebuscando en los rincones científicos alguna forma de escapar al maleficio de nuestra ignorancia, se ha pregonado que quizá los animales sean la solución. En este sentido ‘animalista’, se han publicado multitud de fotos de aves dizque ‘huyendo’ que, dicen, fueron tomadas poco antes del fatídico día. Pudiera ser pero recuerdo haber lidiado con los dilectos alumnos en un seminario sobre desastres naturales organizado en Guatemala por el PNUD-ONU la prevalente opinión de que el mortal tsunami que afectó a los archipiélagos de Andamán y Nicobar (océano Índico) en 2004, fue ‘avisado’ por los animales y que, entendido así por sus indígenas, ello les dio tiempo a encaramarse a las colinas. Pero, les discutí, la clave de la ‘solución indígena’ no estuvo sólo en el comportamiento de los animales sino, más aún, en la micro-vibración que los andamaneses y nicobareses sintieron horas antes en las plantas de los pies –lo cual significaba que, si la cooperación internacional les provee de chanclas o sandalias, perderán sensibilidad en los pies y no escaparán a tiempo.

[No hay investigaciones concluyentes sobre la capacidad preventiva de los animales. Lo más aproximado que hemos encontrado son los experimentos (en laboratorio) de Martin Wikelski y de Joseph L. Kirschvink]

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Notas relacionadas:
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– Kurdistán en LoQueSomos
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