Papanatismo, progres, bulos y meapilas

Por Iñaki Alrui*
Sorprendido por todos los comentarios, artículos, documentales y cavilaciones sobre el movimiento papal en esa teocracia dictatorial que llaman Vaticano, y forzado por los comentarios desagradables e insultos que recibe esta web en estos días por tan sagrado tema, escribo unas líneas de respuesta buscando el razonamiento en unos asuntos totalmente irracionales como son las religiones, en esta ocasión la católica.
Misma Iglesia, distinto Papa
La muerte de Jorge Bergoglio abrió una caja de alabanzas, halagos, adulaciones y más sinónimos en todos los mass media; están en su derecho, las opiniones son libres. La información para etiquetar o calificar quizás debería de ser más rigurosa, y esto último lo digo por las opiniones de la prensa “progresista”, palabra que entrecomillo porque en el mundo del neolenguaje es utilizada para un “todo vale” de manera indefinida, como han quedado en el vocabulario palabras como Revolución (de Colores?), Libertad (la de Ayuso?), Defensa (sustituye la palabra Guerra), etc. O el Tribunal Constitucional progresista (¿?), Gobierno progresista (¿?), Iglesia progresista e incluso economía progresista (Capitalismo cool?).
Los líderes de una institución machista, homófoba, medieval, no son progresistas o conservadores: son conservadores o ultraconservadores. Y lo más que se puede decir de Francisco es que era conservador, no ultraconservador. Pero llamarle progresista es confundirnos premeditadamente, vendernos la moto.
Pero lo que queda para la historia no son palabras, son hechos, y me cuesta encontrar cambios en lo que es la doctrina y actitud de la Iglesia Católica, entre anteriores papados y este último. Y todo esto sin dejar reconocer que es más agradable oír discursos conciliadores que provocadores, es mejor llamar a la paz que a la guerra ¡claro que sí! Y esto último es lo que hizo el papa Francisco, mantener un discurso abierto, conciliador, siempre de buen rollo, ¡progre! Pero en lo que atañe a la Iglesia cambios cero. Porque al igual que en los estados, los de verdad, en el Vaticano el Papa legisla, o como quieran llamarlo, tal como recoge la Pastor Aeternus. Vamos que el gobierno de un país puede hacer las declaraciones que quiera, pero donde se ve el resultado de su gobernanza es en la legislación, que es la que regula la vida día a día. Y Francisco no cambió nada, aunque le quieran colgar ahora medallas, ni respecto a la mujer, ni hacia la comunidad LGTBIQ+, aborto o dogmas católicos como lo de la Inmaculada, por mentar solo uno y no caer en rebatir historias de ciencia ficción.
Una de las medallas que le han querido poner es la lucha contra los abusos sexuales por parte de los curas. Y sí, Francisco trató de que se acabase con esa inmunda lacra, aunque también hay que admitir que no actuó por iniciativa propia, sino que reaccionó a una realidad que le explotó a la Iglesia gracias a las miles de denuncias presentadas, avaladas y datadas, por todo el mundo. Es de reconocer que cambió el discurso anterior negacionista y la estrategia de ocultación. Gracias a esto, en Francia la investigación de dos años sacó a la luz más de 300.000 casos, concluyendo que los abusos sexuales eran «sistemáticos» en la Iglesia; la Conferencia Episcopal francesa se comprometió a indemnizar a todas las víctimas. En Canadá se llevaron a cabo investigaciones parecidas.
En el estado español, por contraste, no se han notado un ápice estos movimientos de Francisco contra la pederastia (ni sobre ningún otro tema, de hecho), es por eso que me pasma que en nuestro país se le dé tanto bombo al cambio de Papa. ¡Si la Conferencia Episcopal española no le hace ni puñetero caso! Aquí se inventó el dicho «ser más papista que el Papa» y esto sigue pero que muy vigente. Si el Papa es ultraconservador, se le hace caso, si es simple conservador, ¡ni caso! Mientras Francisco pedía a las distintas filiales nacionales de Iglesia Católica SA que investigaran los abusos sexuales y rindieran cuentas, Conferencia Episcopal española solo contabiliza 728 casos de abusos sexuales a menores, frente a los datos del informe del Defensor del Pueblo, que afirma que un 1,13% de la población española, unas 440.000 personas, han sido víctimas de pederastia en la Iglesia, muchas de las cuales han denunciado. Por no entrar en cómo se cambia de ubicación geográfica a los pederastas eclesiásticos para tapar, burdamente, los casos.
Igualmente, mientras Francisco hacía declaraciones contra la acumulación de riquezas (declaraciones, que no normas de obligado cumplimiento), aquí la Iglesia Católica Española Sociedad Anónima se dedicaba a registrar a su nombre la inaudita cantidad de 35.000 propiedades, las famosas inmatriculaciones. Y por cierto, el gobierno se las dio de «progresista» por cuestionarles 965 de 35.000. ¡Anda ya!
Parece que la Conferencia Episcopal española está exenta de cualquier tentación “progresista”, al igual que la denominada curia eclesiástica mundial. La Iglesia real que queda es más o menos la misma que dejó Karol Wojtyła o Joseph Ratzinger, más allá de las buenas palabras.
Antes de cambiar de Papa, no me resisto a recomendar la lectura de la nota de Cristina Fallarás: ¿Desde cuándo demonios existe un Vaticano “progresista”? y la escucha de Nieves Concostrina: Muere Jorge Bergoglio, presidente “infalible” de una dictadura.
El legado se queda en palabras, no en hechos.
Sobre la elección del nuevo Papa, poco tengo que decir, no soy seguidor de la secta y menos de rebuscar en las biografías para lucir de opinólogo. Pero me llaman la atención los ríos de tinta y horas de radiotelevisión ibéricas dedicadas al nuevo líder católico. Repito, están en su derecho, y los canales y prensa “progresista” también, aunque me permito el atrevimiento de pedirles algo más de atención a temas como el robo público producido con las inmatriculaciones, o con el ya mencionado de los casos de pederastia, de verdad lo necesitamos si queremos sanear la vida pública de este país.
Vamos terminando, en algunas redes sociales (que dicen que son también progresistas) aparte de algún mensaje más directo, han dejado burdos comentarios contra una nota publicada en esta web: “Preocupación de sobrevivientes de abusos sacerdotales por el historial del Papa León XIV», una información reproducida de nuestras compañeras de la Agencia de Noticias Red Acción – ANRed, que simplemente se hace eco de la carta publicada por la Red de Sobrevivientes de Abusos Sacerdotales (SNAP, por sus siglas en inglés) que cuenta con 26.000 víctimas de la Iglesia católica en varios países: Can an American pope do a better job addressing the clergy sex abuse crisis? ¡Punto! Lo demás que cada uno lo lea y saque sus conclusiones, y si quieren más, también pueden leer esta web: https://www.conclavewatch.org/
Según el Annuario Pontificio 2025 (made in Vaticano…) en el mundo hay 1406 millones de católicos en un mundo habitado por más de 8.000 millones de personas, los que profesan otras creencias y los que no profesan nada tienen también su espacio.

Deseo fervientemente que Iglesia Católica SA evolucione en este nuevo mandato de manera “progresista” y deje atrás la Edad Media: que reconozca a la mujer como persona en igualdad de condiciones, que reconozca el derecho al aborto y a establecer relaciones humanas de cualquier índole con quien se quiera, que acabe con la obligación de celibato con la sana intención de que los curas puedan desfogarse y dejar de abusar de menores y monjas, que se castigue el robo como dice en su séptimo mandamiento ¡No robaras! y como dice la ley de cualquier país. Y ya de paso, que se devuelvan las inmatriculaciones «legales» por gracia de Aznar, pero ilegítimas de todo punto, y que reparta y utilice su multimillonario patrimonio para construir realmente un mundo más justo.
Y ya puesto, pedir al gobierno “progresista” que termine con los Acuerdos entre el Estado español y el Vaticano, que recorte los recursos económicos y privilegios que concede el estado a la multinacional católica (educación, exención de IBI…) para alcanzar así la separación real de la Iglesia y el Estado, pasando por fin a ser verdaderamente un estado aconfesional, y el que quiera rezar que rece, por supuesto.
* Miembro del Colectivo editorial de LoQueSomos. Otras notas del autor
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Todo esto, escrito con rigor y mesura por Iñaki me lleva a tiempos más antiguos y tan crueles e hipocritas como las actuales apología vaticanistas. Animo a releer el Tratado sobre la Tolerancia ( Voltaire). En él, partiendo del asesinato de Jean Calas y la matanza de San Bartolomé, Voltaire desmenuza el pardo linaje de una Iglesia tan ajena a la ética y tan próxima al poder a cualquier precio, que nos incentiva en la urgencia ( por los siglos de los siglos) de activar el pensamiento critico justo y ajeno a la instrumentación de venenosos mitos.
Únicamente para contrastar, aunque sólo se un poco, esta opinión de Iñaki Alrui, os adjunto el enlace para ver otra información de otra persona cancelada, que puede matizar lo que hemos leído aquí:
https://www.youtube.com/watch?app=desktop&v=kpOP7GJu-SY