Perrerías
En su larga y estrecha convivencia de 15.000 años, el perro ha tenido que aprender que, cuando el homo sapiens enseña los dientes, es una sonrisa; algo no necesariamente malo: a menudo, algo infinitamente peor.
En su larga y estrecha convivencia de 15.000 años, el perro ha tenido que aprender que, cuando el homo sapiens enseña los dientes, es una sonrisa; algo no necesariamente malo: a menudo, algo infinitamente peor.