Prontuario de una violación colectiva (II Parte)
Por Nònimo Lustre
Hasta finales de año, el planeta estará pendiente del juicio que se desarrolla cerca de Avignon contra 51 violadores de Gisèle Pelicot (72) o, más exactamente contra su marido Dominique Pelicot (71, en adelante DP), chulo convicto y confeso. Después de haberme documentado en la prensa europea, consulto las 15.000 palabras archivadas y me apresto a analizarlas en varios apartados según los órdenes cronológico y temático. Este así llamado Prontuario busca servir para que nadie se pierda y/o duplique esfuerzos en el maremagnum de noticias sobre las violaciones en Mazan.
Los violadores
Los medios del planeta entero califican a DP como ‘el monstruo’ pero, de los 51 procesados, no he escuchado que se les llame psicópatas y, menos aún, homicidas. No me ha sorprendido porque, ¿quién se atrevería a denigrar como enfermos mentales a unos ciudadanos franceses del montón, a unos ordinarios (en el doble sentido del vocablo), a unos MM. tout-le-monde?
Según la policía, entre julio del 2011 y octubre del 2020, unos 70 machotes vagamente identificados están siendo investigados por haber sido participado en el aquelarre de DP para que violaran (gratis y sin condón) a Gisèle, su esposa desde hacía 50 años. Item más, unas fuentes informales calculan que los violadores llegaron a ser 200, otras fuentes optan por dejarles en 90 u 80 monstruitos. Lo único cierto es que -además de DP-, 51 están procesados y uno está fugado. De esa cincuentena, 18 están presos, llegan esposados y se sientan aislados en dos boxes -generalmente, son aquellos que violaron a Gisèle en varias ocasiones, siete por ejemplo. Treinta y tres (33) de los empapelados se presentan ‘sueltos’ y enmascarados en la sala del Palacio de Justicia de Vaucluse (Avignon) Sólo 14 reconocen ser unos violadores. Entre los censados en Mazan, sólo dos de sus paisanos violaron a Gisèle. Solamente un 30% de los solicitados por DP se negaron a participar en la violación que les proponía; dicho del revés, un 70% aceptó entusiasmado -era gratis, no exigía preservativo, y, según su macró conyugal, aunque sexagenaria, la señora todavía estaba buenorra, etc. Prefiero no imaginar qué hubiera ocurrido si hubiera sido joven.
Los violadores tienen entre 26 y 74 años. Son informáticos, militares, camioneros, enfermeros, bomberos, quizá algún campesino y uno dellos es periodista pero se niega a reconocer su profesión. “Desechos de discoteca” les decía Carmeli. Casi todos son cristianos, seguramente lepenistas (cf. infra, elecciones en Mazan), casados y con hijos, es decir “bon pére-de-famille”. DP mantenía charlas electrónicas con los hipotéticos clientes de Gisèle y, a los reticentes o escrupulosos, les escribía “Tú eres como yo, te gusta el modo violador” (T’es comme moi, t’aimes le mode viol”.
Los hijos y los paisanos
02 nov 2020: durante todo el día, la policía de Carpentras informó a Gisèle de haber encontrado las primeras pruebas incontestables del crimen de DP y de “unos 30 o 50 violadores” -cifras que aumentaban cada día. La madre llamó enseguida a sus tres hijos. Al día siguiente, todos ellos se reunieron en la misma comisaría. Caroline Durian (45), la hija, recapitula aquel día fatídico: «Lloramos, no entendíamos qué nos había atropellado, sentí un enorme dolor que no desea a nadie. Siempre recordaré que David estaba pálido, estoico, y Florián, el benjamín, hundido.”
Para la señora Durian (¿hasta cuándo las francesas seguirán identificadas por el apellido de su amo, señor y esposo?), aquellas primeras revelaciones suponían una gabela adicional puesto que comenzaba a ser posible que DP la hubiera drogado y ¿también violado, DP y/o sus compinches? Por el momento, Durian ha creado la asociación M’endors pas para combatir la sumisión química.
En cuanto a la criminalidad homicida antes mencionada, es plausible suponer que DP compartió con algunos de sus clientes el secreto detrás de la inmovilidad de Gisèle -de hecho, al menos uno dellos lo repitió contra su esposa. No sabemos si DP fue negligente o minucioso en el uso de Temesta pero es obvio que se hizo un experto en la administración de las benzodiacepinas. Dicho en plata: DP y quién sabe cuántos de sus amigotes -repito, sólo dos eran paisanos de Mazan-, sabían que las benzo literalmente pueden matar y no me refiero a su “uso excesivo” (hasta un exceso en el consumo del pan puede ser letal) sino a su intrínseca fórmula química. Más aún, algunos quizá supieran que, con un disparatado consumo de 110 pastillas diarias cada mil habitantes, España lidera el consumo mundial de benzodiacepina y derivados comerciales (Temesta en el caso DP; Lorazepam, Diazepam, Valium, Orfidal, Ribotril, etc) ¿Cuántos españolitos, consumidores cotidianos de las benzo, que ahora devoran las noticias sobre Mazan no estarán maquinando utilizarlas contra sus familias? Mejor no dar ideas.
Y una pregunta periférica pero significativa: los violadores, ¿cómo se excitaban (bander) ante una sexagenaria medio muerta, literalmente en coma inducido? Es decir, ¿cuán extendida está la necrofilia? Perdónenme una especulación: sin interesarse en saber si Gisèle estaba moribunda o sólo intoxicada, es posible que los violadores optaran por rememorar sus propias experiencias fetichistas transformando a su víctima en una muñeca hinchable -con casi total certeza, varios dellos tenían ese artilugio en sus casas, convencidos de que el plástico no peca. Por tanto, el Estado, ¿debería considerar a esas muñecas tamaño natural como ilegales puesto que pueden incitar al crimen sexual? ¿Se refiere Vd. a que debería prohibirse o, al menos, gravar, la miríada de ‘suplementos’ sexuales que inundan el mercado? Pues no estaría mal pero no aspiro a tanto. Dicho sea desde la ortodoxia tributaria (esencia del Estado que presume de ser redistributivo), me conformaría con suprimir las subvenciones y exenciones fiscales de las que ahora gozan.
Tamaño natural (Gandeur Nature), película francesa de Berlanga y Azcona, 1973
Miscelánea final
Si por monstruo entendemos un humano extraordinario, asocial, peligroso y seguramente más veces feo que galán, DP no es un monstruo porque, para desgracia del Homo sapiens, no es extraordinario -sólo en su pequeña comarca, hay entre 200 y 51 homúnculos igual o más psicópatas (no disnosticados) que DP. Además, no cabe duda de que el Gran Psicópata DP sólo es ‘grande’ por ser tuerto entre los ciegos, por haber descubierto el infecto poder de una benzodiacepina disponible en la farmacia de la esquina y por aprovecharlo vía las redes sociales y locales -por cierto, ¿para cuándo un control minucioso de las benzodiacepinas?
Pancartas: “No todos los hombres pero sólo hombres” y “Los monstruos no existen, los violadores sí”
A la postre, amén de su judicialización comarcal, la personalidad de DP es materia de la psiquiatría… pero no existe una psiquiatría forense colectiva -desgraciadamente, los psicópatas se entienden como casos individuales, irrespective de que sean muchos o pocos. Una de las psicopatías de DP llega al suicidio pues, permitiendo a sus compinches no usar preservativo abría la puerta a las enfermedades de transmisión sexual que, a corto plazo, podían infectarle -otra enfermedd mental conexa estriba en que los psicópatas sexuales se creen inmunes no sólo ante la sociedad sino, peor aún, ante la Iglesia.
Es demasiado facilón opinar que DP es un narciso y un sádico y prolongar el argumenario hasta su término: fomentar el maldito mito patriarcal del bon père de famille -hasta gentil. Pero todavía es más fácil aventurar que DP es un infeliz pueblerino definitivamente cutre -véase su actuación contra las mujeres del supermercado- un hecho no tan banal como presentan los medios que se convirtió en catalizador de su primer arresto. Discrepo. Sostengo que DP, quizá más sádico que ególatra, quería trascender el minúsculo mundo de su comarca erigiéndose en una suerte de Savonarola del Pecado. Con una salvedad: el accidente del supermercado nos sugiere que DP quería ser detenido, no llevado a la hoguera. Sabedor de la demagógica carnaza de los medios, buscaba que su miserable hazaña le elevara a la fama mundial –sin duda, lo ha conseguido. Dicho de otro modo, el dossier Abus (20.000 anotaciones, fotos y videos) comentado en la Iª Parte de este Prontuario, nos demuestra que DP ‘queria pasar a la posteridad’. Léase, es un criminal ambicioso, megalómano y mitómano que ha pretendido llegar al Olimpo mediático abusando de Gisèle ¿y hasta de su hija?.
Su primer testimonio ante el tribunal (“Soy un violador igual que todos los aquí presentes”) no es tanto una admisión de sus delitos sino un manifiesto que le instituye como líder comarcal. En el mismo sentido denigratorio, su generosidad (no cobraba a los clientes) no es tal sino el torpísimo farol propio de los mesocráticos quiero-y-no puedo, de quienes juran que “yo podía haber sido Presidente pero no quise”. A partir de ese momento, sin molestarnos en investigar su posición política, DP sabe que cuenta con el apoyo irrestricto de los muchos fachas que habitan Mazan y alrededores (cfr. infra) Ahora, DP es rey de una distopía patriarcal que goza de excelente salud en un país de individuos (no de sociedades, prohibidas por el ultra thatcheriano Macron) que ostenta graves deficiencias legislativas y no digamos político-judiciales en materias como la eutanasia, los derechos sociales y, evidentemente, la igualdad de la mujer. ¿Habría DP acometido su década infame si la ley francesa hubiera sido más, digamos ‘moderna’? Sostener que no, que no hubiera cultivado su pecado, sería equivalente a creer en la perfectabilidad de las leyes, rueda de molino con la que no comulgo.
Finalmente, no es traca sino plausible deducción: me parece evidente que, explícita o subliminalmente, DP, como excesivo lector del cuento de la gallina de oro, quiso enmendar al cuento: quiso matar a Gisèle y casi lo consigue no sólo por el cuasi letal abuso de Temesta sino también ayudado por la burricie sexista de los médicos (cf. Iª Parte del Prontuario) Por ende, además de la ristra de delitos confesos y convictos que ya acumula, también debería ser juzgado por asesinato frustrado con agravante de parentesco. -no olvidemos que Gisèle estuvo una década en coma inducido. En cuanto al caso Durian, exceptuando la fundada sospecha de la hija, a estas alturas del juicio todavía no parece haber pruebas concluyentes de manera que, por ahora, no añadiríamos el crimen agravado de incesto -un delito frecuente que, sin embargo, es minimizado por la legislación francesa.
Otrosí: En las elecciones de 2024, los 6.127 habitantes de Mazan (17,92 %, desempleados) eligieron representante a un tal De Lépinau (Rassemblement National), quien obtuvo 1.835 votos (50,9%) La abstención fue del 31%. Que la mitad de Mazan sea votante lepenista (Vox-sista en España), explica por qué, cuando estalló el caso DP, el alcalde Louis Bonnet declaró: Après tout, personne n’est mort. Ok, nadie ha muerto del todo pero Gisèle, su hija y quién sabe cuántas mujeres más, han estado al borde de la muerte física (en coma) y, por supuesto, han sufrido gravísimos traumas.
D.A.F, marquis de Sade
En 1772, Sade organizó el Festival de Teatro en sus castillos de Mazan y de Lacoste. Según una propaganda hoy doblemente interesada, en Francia fue el primer Festival de ese tipo. Durante la Revolución, Sade fue declarado en Mazan persona non grata y sus archivos, desaparecieron; pero la familia conservó sus propiedades hasta 1850. El castillo, mudó a residencia privada, luego fue una escuela religiosa y, entre 1923 y 1999, derivó en ancianato. En 2001, el dilapidado castillo ‘de Sade’ fue comprado por la sra. Lhermie quien lo rehabilitó en un hotel de charme (con encanto) de 30 habitaciones (aprox., a 50 euros; sí, más barato que el Imserso)
Es probable que los turistas que lleguen a Mazan durante los cuatro meses que durará el juicio contra DP et al, encuentren entre sus pueblerinos ‘parecidos astrológicos’ del sadomasoquismo -¿cuál dellos?-, seguros de que los habitantes de Mazan han heredado mucho del Divino Marqués. DP se convierte en la pista definitiva.
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