Saca el whisky Cheli. Corrupción en la cúpula del PSOE
Por Victoria Sáez*
Al PP esto le ha venido como anillo al dedo. Es lo que estaban buscando desde que Manos Limpias inició la caza y captura de los que osaran meterse con la reina de las cañas de Sol y su novio el delincuente estafador de la Agencia Tributaria. Así se inició una serie de acusaciones al libre albedrío, buscando las pruebas sin encontrarlas hasta debajo del empedrado de la Moncloa y la Fiscalía. Primero la esposa de Pedro Sánchez, luego el hermano, después a por el Fiscal general del Estado. No sé si por este orden ya que el orden no altera el producto para la derecha del PP. Llevan seis años dando la murga, insultando, cargándose o intentando echar por tierra todos los planes sociales del Gobierno, sin otro cometido que derribarlo y volarle la cabeza a Pedro Sánchez. Al que han sometido a un tercer grado durante toda la legislatura.
La gente que vota al PSOE, muchos de ellos o no todos, son tan «honorables» que ya están pidiendo elecciones generales y la dimisión de Pedro Sánchez sin que todavía haya imputados ni concluya la investigación. ¿De verdad que son votantes «progres» tan cumplidores del deber para con España o es que son muy tontos?
Todo este desaguisado por tres genízaros puteros: un portero de puticlub, un maestro de primaria y un electricista -con todos mis respetos para estas dos profesiones, electricista y maestro, que son de lo más digno y admirable. Ellos no lo son, ya lo han demostrado. Empezarían como militantes de base del partido, pero como son unos pícaros y los del mismo ramo se atraen, muy ladinamente vieron la oportunidad de medrar en el momento que Pedro Sánchez presentó su dimisión para preparar la candidatura a las legislativas.
Sánchez necesitaba unos fieles escuderos para recorrer España mendigando el apoyo de los votantes del PSOE. Y el «trío de la bencina» se puso a su disposición, frotándose las manos cuando Pedro Sánchez salió elegido presidente con la ayuda de Podemos y otros partidos de coalición. Fue cuando los villanos, pillos de siete suelas, iniciaron entre los tres, una relación de amistad por el interés de llevarse mordidas de 5.000, 50.000, 600.000, poca monta comparado con los pelotazos del PP de Barcenas de 50 millones de euros de la Caja B y de la Gürtel. Esos si que saben montárselo a lo grande. Estos otros que se lo cuentan todo por teléfono al estilo del inspector Clouseau, se parecen más a la trama de una película de humor pazguato de los años 60 y 70, interpretada por los hermanos Ozores, José Luis López Vázquez, Tony Leblanc, Alfredo Landa, Jenny Yada, Agatha Lys, Nadiuska… ellas en ropa interior y los tíos que solían ser mucho menos atractivos, medio calvos, regordetes y panzudos, en calzoncillos y camisetas Oceán, persiguiendo a las «gachis» del «destape: por un apartamento en Gandia, Torrevieja, Benidorm o la Manga. Esta última sería más apropiada por aquello de ser unos mangantes. Los tres choricillos han resultado ser unos corruptos de «chichi y nabo». Hablan de repartirse 50 o 400 mil euros y de buscarle trabajo a las churris.
Ni el PSOE, ni Pedro Sánchez, ni sus socios de gobierno se merecen esto, ni tienen porque inmolarse y perder la legislatura por la que tanto están luchando con la ayuda de la izquierda, porque la derecha nunca ha ayudado, únicamente se ha dedicado a poner palos y objetos punzantes en las ruedas de los proyectos de Ley del Gobierno, en la peor época de la pandemia, en la crisis por la guerra de Ucrania y desde el primer día de legislatura.
Yo creo que el PSOE, solo tendría que hacérselo mirar para que no les ocurra otra vez y no poner toda su confianza en repartir cargos de tamaña responsabilidad entre los más cutres, roba peras y chorizos del «timo la estampida». No es tan incomensurable la gravedad del «magnicidio» de tres personajes de Torrente o de La escopeta nacional de Berlanga, personajillos típicos de la España de «saca el whisky cheli para el personal». Un caso de vergüenza ajena, de vergüenza de nuestra España cañi que siempre está presente como La Legión, los toros, la pandereta y la tortilla de patata -en el sentido culinario está bien buena si no se queda seca o poco hecha-, protagonizada por tres chusmetas de erupto a whisky, mezclado con olor rancio a Varón Dandy.
Les hubiera ido mejor si hubieran seguido siendo los protagonistas de la novela «el Jarama» de Sánchez Ferlosio.
PD- Esto no es nada comparado con el mayor caso de corrupción en el mundo: El escándalo 1MDB ha sido descrito como «uno de los mayores escándalos financieros del mundo» y declarado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos como el «mayor caso de cleptocracia hasta la fecha» en 2016.
* Periodista y licenciada en Ciencias Políticas.
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