Lola Mora, la polémica escultora
enía ya renombre continental y ganó un concurso celebrado en Rusia para erigir un monumento, pero las autoridades zaristas le exigieron que tomase la ciudadanía de ese país para firmar el contrato, y rehusó. Los bocetos de la obra fueron traídos por ella a Buenos Aires y aceptados por la Municipalidad, que autorizó la construcción del basamento de la Fuente de las Nereidas en la intersección del Paseo de Julio (actual Leandro N. Alem) entre Cangallo (Juan Domingo Perón) y Piedad (Bartolomé Mitre).
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