Un berenar a Ginebra

Esta pequeña película del mejor Ventura Pons titulada Un berenar a Ginebra (Una merienda en Ginebra, 2013), está centrada en la figura subyugante de la escritora Mercè Rodoreda, protagonizada por Vicky Peña, Joan Carreras y Cristina Plazas, y supone una intensa y lograda aproximación a la vida y la manera de ser de la autora de Mirall trencat.

Ventura Pons explicó en su momento que se trata de un trabajo que tenía desde hace 25 años en mente, después de leer Els escenaris de la memòria, del editor Josep Maria Castellet, y conocer que en el año 1973 tuvo un encuentro, junto a su esposa, con Mercè Rodoreda en Ginebra (Suiza), donde ésta vivía exiliada y en la más absoluta soledad.

El cineasta le estuvo dando vueltas a qué es lo que debieron de hablar durante las horas que pasaron juntos y, tras leer las mejores entrevistas que le hicieron a la escritora catalana y visionar algunas de las que se pasaron por televisión, acabó armando un guion “como si fuera un puzle” con la ayuda de Josep Maria Castellet.

Vicky Peña (Dragon Rapide) encarna magistralmente después de llevar a cabo “un trabajo de investigación e introspección sobre el personaje de Rodoreda –una mujer difícil y compleja– que es extraordinario, brutal”, consiguiendo hacer convincente un relato sobre su familia, sus inicios en la literatura, su compromiso con la lengua y la nación catalanas, con las ideas que le llevaron a mantener una pasión fugaz con Andreu Nin –cuya muerte cita como un horror que le desbordó-, así como su durísima experiencia bajo la ocupación nazi en Francia.

Un buen ejemplo de cine “biográfico” en el mejor sentido de la palabra.

La “ficha”

Un berenar a Ginebra. Año 2013. Duración 90 min. País España.
Reparto: Joan Carreras, Óscar Intente, Vicky Peña, Cristina Plazas, Òscar Rabadan.
Dirección y guion Ventura Pons. Novela de Josep Maria Castelle.t
Música Albert Guinovart. Fotografía Sergi Gallardo.
Productora Els Films de la Rambla, Televisión de Galicia.

En 1971, a finales del franquismo, Mercè Rodoreda, una famosa escritora catalana, coincide en Ginebra, donde vivía, con el crítico literario y editor Josep Maria Castellet y lo invita a merendar a su casa. Aunque era una mujer muy reservada, aquella tarde, sorprendentemente se abrió y compartió muchos secretos con Castellet.