¿Y de lo mío que hay?

Por Cecilia Remis
Artículo realizado tras la lectura del artículo La Escopeta Nacional de Txema García del 28-6-2025
La cultura de la corrupción
LA REALIDAD, la que el articulista nos describe, SUPERA LA FICCIÓN y más ¡como nó ! en este país del sainete y el esperpento. Una corrupción sistémica en la que tienen mucho que ver los mahomas mediáticos (periodistas a sueldo y medios financiados con ese dinero de corruptelas) que se rasgan las vestiduras cuando los informes: de la UCO o de los que en su momento interesen, salen a la luz.
A lo que ahora estamos asistiendo es a un ajuste de cuentas entre poderes. Mafiosos.
En este sainete-esperpento, en el que los perjudicados somos tod@s dado que el quebranto patrimonial y el dinero a repartir es dinero público, existes muchos actores:
Los primeros, los que corrompen. Los corruptores, los que más se llevan. Representados por empresas y toda clase de adlátares-empresarios: honestos y filósofos del libre mercado.
Los segundos, los corruptos, los colaboradores necesarios dados los puestos que ocupan en el libreto. Por regla general políticos o cargos de libre designación de cualquieras de las administraciones.: Local, autonómica, nacional. Dentro de esos colaboradores necesarios encontramos conseguidores, chivatos, meretrices, proxenetas, pistoleros, periodistas y medios de comunicación que callan lo que se denuncia y de lo que tienen conocimiento, decidiendo lo que es noticia o nó. Al mejor estilo Goebbeliano. El máximo representante de la desinformación y que ha creado escuela. “Nunca muerdas la mano del que te da de comer”.
Muchos de estos informadores tienen la desfachatez, yo más bien diría morrazo, de intentar “asustarnos”, con discursos y proclamas de: ¡cuidado que viene la ultraderecha..!. La ultraderecha la tendremos aquí gracias, entre otros, a ellos
Entre los corruptos no podemos olvidar a los altos cargos de empresas estatales o chiringuitos. Junto a ellos funcionarios, fundamentales para que se materialice la corruptela y con responsabilidades en los órganos de control y contratación de esos sabrosos contratos a saquear. Funcionarios que blanquean los informes para que esas empresas salgan adjudicatarias
La corrupción a la que estamos asistiendo no solo afecta a uno o dos ministerios o empresas públicas. No seamos ingenuos. Es una corrupción sistémica y sistemática que se deriva de los años del franquismo y la santísima transición. El «vademecum» político de cabecera de todos los partidos políticos que han tocado poder y sus palmeros. El ¿Qué hay de lo mío?, su libro de ética de cabecera.
En el Mº de Hacienda, el de la palmera Montero, ha tenido que dimitir su nº3 el presidente del Tribunal Económico Administrativo Central, TEAC, que cobró 100.000 euros en sobres para archivar pleitos fiscales.

Poco se escucha sobre esto. De una gravedad supina.
Desde Rebelión y Loquesomos se denunció en el 2019. Loquesomos lo volvió a denunciar en el año 2023: Hacienda especula con el Patrimonio Público.
Existen evidencias de casos de corrupción institucionales denunciados hace años y que los medios de desinformación Goebbelianos escondieron en sus cajones.
¿Comenzaremos a ver las corruptelas en adjudicaciones y compras realizadas por las administraciones en todos sus ámbitos?.
.- ¿El que la hace la paga?.
.- ¿Han declarado organización criminal a la monarquía o a algún partido político institucional?.
¿Todavía crees en los Reyes Magos?
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