A Revolución Galega de 1846

Redacción. LQS. Abril 2020

Abril, mes de las primaveras floridas y utópicas, mes de revoluciones y resilencias a lo largo de la historia. Abril un mes para recordar otro evento histórico, este siempre, olvidado por la historiografía española. Sigue siendo necesario mantener viva nuestra Memoria colectiva, ¿qué fue? ¿qué paso? nos explican donde estamos

Mártires de Carral

O 1 de abril de 1846 – Iníciase en Lugo a Revolución Progresista Galega co pronunciamento de Solís…

Santiago de Compostela fue uno de los escenarios clave de la Revolución Galega de 1846 puesto que en la capital gallega se reunión la Xunta Superior del Gobierno de Galicia que publicó la proclama elaborada por Antolín Fraldo contra el sistema tributario, recorte de derechos y centralización administrativa impulsada por Ramón María Narváez.

Más de 2.000 personas resistieron en el Monasterio de San Martiño Pinario, donde llevaron también el arzobispo Rafael Vélez. Entre ellos estaban 300 estudiantes y voluntarios civiles. Miguel Solís solicitó un armisticio mediante el arzobispo que fue rechazado por el bando español. Los revolucionarios entregaron las armas; unos marcharon a Portugal y Solís fue apresado en las escaleras de San Martiño Pinario junto con 60 oficiales, que fueron juzgados por un tribunal militar y fusilados para aplacar a la población dispuesta a continuar con la rebelión por la liberación de Galicia. Convirtiéndose así en los Mártires de Carral.

En el siguiente vídeo nos proponen hacer un corto viaje en el tiempo para conocer la Revolución Gallega de 1846, cuando en Galicia se despierta la conciencia de ser una colonia de la Corte y el ejército español aplaca la rebelión popular con las ejecuciones de los Mártires de Carral.

A los mártires de Carral
Por Eduardo Pondal

Os traidores e infames,
os tránsfugas e necios;
aqueles que aplaudiron
o bárbaro decreto;
os tímidos e imbéciles
e d´ánimo fraquento,
ao ver de longe a costa
funesta de Paleo,
con risas ou con bágoas
ignaros din: «Morreron».
Mas unha voz sublime,
que vence o tempo e o ferro,
capaz d´erguer os mortos
do seu repouso eterno,
indignada contesta:
«Valerosos caeron, non morreron!».

Este poema se publicó en El Correo Gallego de Ferrol, el 21 de mayo de 1904, con motivo de la inauguración, al día siguiente, del monumento a los “Mártires de la Libertad”.