14 N: Ver la realidad, romper las cadenas
Ayer, día de Huelga General, asistí, junto a varios miles, a la manifestación de la tarde en mi ciudad.
En sus discursos, los representantes sindicales insistieron en dos argumentos.
Primero, que otras políticas son posibles. Y lo hicieron sin nombrar ni una sóla vez la palabra corrupción. Y eso es una falacia. Ninguna otra política es posible mientras sigamos bajo la dictadura de la clase política que nos gobierna desde la transición. Nos han expoliado con nuestro consentimiento y han llevado el país a la ruina. Nada es posible sin un cambio radical.
Segundo, “la culpa de todo la tiene Merkel”, las políticas “que vienen de Europa”… hay que “poner en marcha políticas de crecimiento”. Tampoco oí una sola referencia a los Estados Unidos de América y a su responsabilidad (abrumadora) ante crisis.
Rajoy (igual que Rubalcaba) quiere que baje la prima de riesgo, para poder seguir endeudándose a “precio razonable”. Quieren poder seguir abriendo el chiringuito, salvar ese “Estado de las Autonomías” que se encuentra en quiebra y va a desaparecer en su forma actual. Sin decirlo, unos y otros apoyan las políticas estadounidenses de más deuda para pagar la deuda, más deuda para poder seguir con su rapiña.
Hoy oigo a los dirigentes sindicales decir lo mismo, en una reedición del “Vivan las cadenas”, sólo que, esta vez, el enemigo no son las ideas de la Revolución Francesa, sino Merkel y sus políticas.
Lo de siempre: el enemigo es exterior, hay que buscar la unidad nacional, incluso manipulando una Huelga General y el malestar y la desesperación de la ciudadanía. Otra vez la pinza de siempre.
Pues no, el enemigo es interior, es esa clase política parasitaria (dirigentes sindicales incluidos), que se dedica a extraer riqueza para su propio beneficio, mientras sirve a las grandes fortunas de nuestro país.
Estamos asistiendo a una gran manipulación, que bajo la bandera, una vez más, de la unidad nacional frente a la agresión exterior, pretende perpetuar este coto de corrupción y dinero fácil que es España.
Esa es la realidad que tenemos enfrente. Merkel defiende los intereses del capitalismo alemán y Obama, tan querido por nuestros socialdemócratas, los del imperialismo americano. Puede que en los próximos meses se enfrenten, pero ese no es nuestro (principal) problema.
Nuestro principal problema lo tenemos dentro, y no tendrá solución mientras no queramos ver la realidad, dejemos de autoengañarnos y decidamos romper las cadenas.