15 anys de lluita al carrer
Por Mesa de Catalunya*.
Traducido por Leticia Palacios.
Cent cinquanta-setena concentració Veritat, Justícia i Reparació. 15 anys de lluita al carrer
En primer lugar, queremos decir que es un honor celebrar nuestro decimoquinto aniversario en el barrio de la Trinitat Vella. Un barrio que en 1936 lucía orgulloso nombres de calles como Llibertat y Fraternitat y plazas como la de la CNT. Un barrio que plantó cara al golpe de estado fascista de 1936 y que se autodenominó Barriada 19 de juliol.
En segundo lugar, queremos pedir un aplauso de dignidad para todas las mujeres que pasaron por este centro de represión, algunas, compañeras que están hoy aquí. Mujeres que se rebelaron contra la dictadura y la transición, contra la sociedad, las familias opresivas y la pobreza, contra el machista nacionalcatolicismo que lo impregnaba todo. Por hacerlo acabaron sufriendo el desprecio, las vejaciones y los castigos de las fascistas Cruzadas Evangélicas de Cristo Rey o de otras congregaciones en centros como los del Patronato de Protección a la Mujer. Hoy revindicamos este espacio como lugar de memoria que no puede ser borrado de ningún modo, por respeto al sufrimiento de tantas mujeres resistentes y referentes. Muchas de las mujeres que pasaron por este agujero de la Trinitat habían pasado previamente por el horror de Via Laietana, 43, que debe convertirse en centro de memoria de la tortura y la represión. Cada primer y tercer martes de cada mes a las 19 horas, desde hace más de dos años, centenares de personas lo exigen frente a esta siniestra comisaría de la Policía Nacional, también nuestra Mesa de Catalunya.
Os preguntaréis quién es esta gente, nos presentamos, somos la Mesa de Catalunya d’Entitats Memorialistes y queremos celebrar con todas y todos vosotros nuestro aniversario. Después del desencanto de la primera ley de memoria, ley de impunidad de 2007, un conjunto de asociaciones y particulares decidimos unirnos en 2008 para continuar luchando contra el olvido y la injusticia institucionalizada. Así nacía nuestra Mesa de Catalunya, con espíritu indomable, dispuesta a demostrar que sin determinarnos en las calles no alcanzaríamos nuestros objetivos. Éramos y somos una plataforma abierta, transversal y horizontal con un objetivo, exigir y defender los derechos humanos de las víctimas del franquismo y la transición. Este concepto, derechos humanos, nos hacía más fuertes, nos cargaba de razones, nos diferenciaba y nos situaba en el campo de la justicia, justo lo que nos negaban. El 9 de febrero de 2009 frente al Tribunal Superior de Justícia de Catalunya hicimos nuestra primera concentración en la calle para pedir la anulación de los juicios del franquismo, nos decían que era imposible, pero ya es una realidad. Desde entonces, cada último sábado de cada mes hemos estado en diferentes plazas y calles sin desfallecer, con sol y lluvia, frío y calor de lipotimia, podemos dar fe del cambio climático. Quisiéramos pedir otro aplauso de infinita gratitud para todas las personas y entidades que nos han acompañado en tan largo camino de manera solidaria y combativa, aunque haya sido puntualmente. Un orgullo y un honor compartir lucha con tantas antifascistas.
Una seña de identidad de nuestra Mesa de Catalunya, de la que estamos muy orgullosas, ha sido defender y estar al lado de todas las víctimas que sufrieron la represión fascista, sin distinciones, en dictadura y transición y más allá. Ahora puede parecer incluso una obviedad, pero hace quince años cuestionar la transición era un hecho bastante insólito y no muy bien visto, así como defender la rama anarquista de la lucha contra el fascismo, poner a la mujer en el centro de las reivindicaciones y reivindicar el feminismo, hablar con orgullo de las víctimas LGTBAIQ+, del pueblo gitano antifascista y de tantas memorias olvidadas. También ha sido muy importante para nosotras vincular las luchas de hoy con las de ayer, dejar bien claro que la nuestra no es una reivindicación del pasado, que es presente y futuro. Por eso hemos apoyado muchas causas y hemos denunciado muchas injusticias, tendiendo un puente entre las víctimas de las injusticias de hoy y las de ayer, porque no podemos permitirnos perder más derechos y libertades.
Cuando la Mesa comenzó a caminar el fascismo español estaba vivo y trabajaba por el atado y bien atado, escondido en siglas bendecidas por la constitución monárquica. Los que habían formado parte del Régimen, sin haber pagado ningún peaje y sin condenar la dictadura, de repente ocupaban escaños en los parlamentos democráticos. Pero hace quince años el fascismo no se exhibía en la calle masivamente con orgullo e impúdicamente. La palabra fascista aún no había visto desvirtuado su significado y el fascismo no había sido blanqueado hasta convertirse en un hecho democrático. Un hecho que ha normalizado la represión hasta vulnerar derechos fundamentales y atacar a colectivos vulnerables. Un monstruo que no deja de crecer.
Hemos apoyado a la llamada Querella Argentina, muchas y muchos somos querellantes, denunciantes en la República Argentina o bien hemos apoyado a las compañeras y compañeros que han dado ese paso, ante las negativas del estado español a juzgar los crímenes del franquismo y la transición. Recogimos miles de firmas de apoyo a la querella en nuestras concentraciones, firmas que entregamos a la Xarxa Catalana i Balear de Suport a la Querella Argentina y que fueron enviadas al juzgado que instruye esta macrocausa.
Todo esto que os contamos no es un ejercicio de vanidad porque lo hacemos humildemente y con el espíritu de compartir con todas y todos vosotros nuestra tarea.
Después de hablar con mucha gente en nuestras concentraciones nos dimos cuenta de que no se conocía el alcance de la represión y todas sus caras aterradoras e injustas, ni siquiera nosotros mismos. Entonces nos planteamos que teníamos que tener un ánimo más divulgativo, hacer más trabajo de investigación y compartirlo. También yendo a los centros educativos para construir memoria y respeto por los derechos humanos. Hemos ayudado en sus proyectos y trabajos de investigación a muchas y muchos alumnos de bachillerato y universidad. También hemos sido mecenas de documentales como “Gustau, la transició al descobert” o “Via Laietana, 43. El cau de la Bèstia”. Tenemos incluso nuestros propios crucigramas, libros y poemarios que os podéis descargar en nuestra página web.
Para nosotras ha sido importantísimo, un honor y un deber visibilizar las historias de mujeres antifascistas, milicianas, mujeres de la retaguardia, miembros de la resistencia, poetas, escritoras, periodistas, deportistas, campesinas, enfermeras, pioneras en ocupar cargos hasta entonces vetados para ellas. Mujeres detenidas, torturadas, encarceladas en condiciones infrahumanas, violadas, vejadas, asesinadas, exiliadas, mujeres en los campos de concentración franceses, nazis y franquistas, mujeres a las que les robaron sus hijos. Tantas mujeres admirables, muchas anónimas, silenciadas por la dictadura y muchas veces marginadas por sus compañeros de lucha antifranquista. Todo un ejemplo a seguir estas magníficas mujeres.
Hemos dedicado concentraciones y hemos hablado extensamente de los brigadistas internacionales, de la Olimpiada Popular del 36, de los milicianos; de la guerrilla estigmatizada con la etiqueta de delincuente; de la represión a los ferroviarios, de los esclavos del franquismo, de los niños que vivieron el horror de los preventorios, de los maestros represaliados; de los libros quemados y de los prohibidos, de las bibliotecas cerradas por el fascismo, de los Papeles de Salamanca, botín de guerra para la represión; del expolio de bienes de los antifascistas; de los campos españoles de represión y muerte, de los antifascistas en los campos nazis, de los luchadores de La Nueve entrando en París; de los últimos fusilados del franquismo considerados terroristas y no luchadores antifranquistas; de los muertos de la transición como Gustau Muñoz o Jordi Martínez de Foix; de las fosas que en el caso de Catalunya, vergonzosamente, aún quedan por abrir más de 800, del Banc d’ADN y de los protocolos internacionales que no se respetan; de las cartas de despedida de las fusiladas y fusilados; de Cipriano Martos Jiménez que ha sido exhumado en Reus y enterrado en Loja, Granada, gracias a la perseverancia de su hermano, nuestro compañero Antonio y de nuestro esfuerzo; del Camp de la Bota, de la anulación de los juicios del franquismo en Catalunya por el Parlament en 2017, gracias al firme trabajo de nuestro compañero Josep Cruanyes; de la destrucción de placas, monolitos y esculturas en recuerdo de las víctimas antifascistas, de los nomenclators fascistas; de los muchos crímenes de la Iglesia; de las condecoraciones a franquistas como Samaranch que tienen que ser retiradas, de la ejecución del president Companys, de los poetas represaliados y exiliados; del 20N, del 23F; de los juicios del TOP; de las torturas en comisarías y prisiones; de los bombardeos de Barcelona; de las manos manchadas de sangre de Martín Villa; de los consejos de guerra. Hemos conmemorado los catorce de abril y la victoria del Front Popular, hemos hablado de la luz de la República. Hemos denunciado que nuestras víctimas, víctimas del terrorismo de Estado, no han tenido nunca la misma consideración que otras víctimas, sino que más bien han recibido menosprecio. Hemos hablado de la represión a las ideas, a los cantantes y hemos pedido la derogación de la Ley Mordaza que ata de pies y manos la protesta. Hicimos el primer referéndum “monarquía o república” en 2012 en la Plaça Sant Jaume y ganamos, por centenares de votos contra menos de diez, la República, hemos defendido el derecho a decidirlo todo y la libertad de expresión. Hemos hablado de muchas cosas más.
Hemos hablado con nombres y apellidos de las víctimas y también de los verdugos, policías, jueces, cargos públicos, aún protegidos por el Estado. Por ello no dejamos de exigir la anulación de la Ley de Amnistía del 77, ley de amnesia inducida e impunidad, tras la que se parapetan asesinos, colaboradores, encubridores, donde se atrinchera la injusticia.
Y continuaremos hablando, porque la represión fue terrible y después de más de 150 concentraciones aún nos quedan aspectos de la represión por denunciar. Este aniversario tiene una vertiente bien agria, que es el hecho de reunirnos aquí después de quince años para tener que seguir luchando por la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas del franquismo y la transición.
Gracias por estar hoy aquí.
Gracias a la Associació Feminista Amigues de l’Olivera y a su presidenta Isabel Villa y a Amador Expósito, presidente de la Associació per a la Recerca i Divulgació de la Memòria Històrica de Trinitat Vella, por acogernos y por su trabajo.
Después de todo lo que hemos hablado en la puerta de la antigua prisión de mujeres de la Trinitat, hacer una fiesta puede parecer una frivolidad. Puede parecerlo cuando el mundo cada día es más inhóspito y el fascismo desacomplejado nos pasa la mano por la cara; mientras no llueve más que desesperanza y en muchos lugares también bombas y miseria que exterminan niñas y niños. Pero, precisamente por eso, tenemos que celebrar esta rara avis que es la constancia en la lucha, este sentirnos conmocionados por la injusticia y la vulneración de derechos humanos, esta humanidad que nos late en el pecho y que estos quince años nos ha mantenido juntos y firmes. La batalla contra el olvido, el olvido de la represión en dictadura y democracia, de lo que pasó hace casi 90 años, pero también de lo que pasó ayer mismo y que hoy ya no interesa que sea noticia. La batalla contra la mentira, la que pisotea la verdad, tergiversa la realidad o crea realidades nuevas y paralelas. Aquella que dicta los intereses de los perros que guardan la mesa del amo, donde nunca se sentaron nuestras víctimas, donde nunca nos sentaremos nosotras. Y en este combatir el olvido y celebrar la resistencia, queremos honrar las vidas de las compañeras y compañeros que siempre han estado con nosotras, aunque ya son viento de libertad.
Recordar a los queridos Álvaro Fernández, Joan Aguirrezabal, Milagros Riera, Carme Conill, Paquita Cruz y Juan Martínez.
Para ellas y ellos este aplauso, para todas las personas y entidades que visteis que con la muerte del perro no se acababa la rabia, que no os doblegasteis, que nunca desfallecisteis.
Hoy celebramos el compañerismo, la amistad y la familia que hemos creado con comprensión, respeto y sin perder nunca de vista que nuestros objetivos estaban por encima de todo. Esta familia elegida ha ido ampliándose más allá del núcleo inicial de 2008 y podemos decir con orgullo que la Brigada Intergeneracional forma parte de ella. Queremos agradecer de todo corazón su solidaridad, el magnífico regalo de su música durante estos años y su tarea en pro de la memoria de todas las víctimas del franquismo y la transición. La Brigada Intergeneracional ha publicado tres trabajos maravillosos, que han sido nuestra banda sonora. Os dejamos con Dani Caracola, alma, pilar y corazón de la Brigada Intergeneracional y vamos a disfrutar de un fantástico concierto. Un fuerte aplauso.
* Mesa de Catalunya d’Entitats Memorialistes
mesacatalunya@gmail.com
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