200 películas porno que deberían existir
Javier Coria*. LQSomos. Mayo 2014
“Todas las grandes ideas del género humano se han gestado bajo influencia etílica”
200 películas porno que deberían existir es un hilarante libro que, a modo de falsas sinopsis, reseñas de películas, carteles y biografías de actores y actrices que no existen, se lee como si fuera un libro de microrrelatos con todos los ingredientes de la literatura popular: sexo, templarios, nazis, vampiros, extraterrestres, etc. Algunos de los títulos que podemos encontrar en esta “historia” heterodoxa del cine son: Sexlaris, Rudos contra técnicos, Doce del prostíbulo, Bromuro por compasión, ¡Heil Himen!, Diez negrazos, Mulatas del Caribe, La ministra los pone firmes…
El libro se presenta como un proyecto de “Los Hermanos Litera”, que no son otros que el autor del texto, Manuel Claudio Talavera Sánchez, y Jorge Carmelo Talavera Sánchez, el editor del sello Serendipia Ediciones. Son dos hermanos de Granada, y lo de Manuel Claudio y Jorge Carmelo, con sus reminiscencias de culebrón venezolano, presumo que les ha marcado mucho y desde entonces que se dedican a la farándula canallesca, con libros y música. Su otro proyecto es de “rock doméstico, cresta y melena”, con el grupo Punkpinela, cuyas letras aún las estoy procesando. Así se presentan en las redes sociales:
“Los Hermanos Litera, Manuel Claudio y Jorge Carmelo, hartos de vilipendiar su escasa fortuna en proyectos ruinosos han decidido poner toda la carne en el asador y reventar el mercado con este maravillosos bestseller. El objetivo no es otro que el de enriquecerse y poder retirarse a algún atolón perdido donde aprender el noble arte del blanqueo de capitales. Sin duda, un premio justo y merecido a sus grandes aportaciones a la humanidad.”
Pero hablamos con ellos para que nos cuenten cosas del libro.
¡Confesad! ¿Este libro se os ocurrió tras una noche de desenfreno alcohólico?
Evidentemente. Todas las grandes ideas del género humano se han gestado bajo influencia etílica y la Historia da fe de ello: la Última Cena, Yeltsin y Clinton, la bodeguilla de Felipe González… El alcohol es nuestro amigo y a quien intenta dejarlo lo consideramos un esquirol. Cualquier bar de mala nota es un lugar inmejorable para entablar un duelo de ingenio enumerando decenas de títulos de películas porno, existan o no.
Aquí hay mucho guiño y referencia cinéfila seria. ¿No seréis unos gafapastas de filmoteca?
Nosotros hemos sido miopes hasta hace bastante poco. Un día nos tentaron las gafas de pasta, pero nos recompusimos inmediatamente y corrimos a la clínica láser más cercana y nos operamos la vista. Muerto el gili se acabó la tontería. Tenemos una razonable cultura cinematográfica porque nuestros padres no nos dejaban bajar a la plaza a jugar alfutbito. Fueron unos visionarios, ya que por aquel entonces nadie temía a los secuestradores y pederastas, y hoy mira, el terror campa a sus anchas.
En la España de hoy, con tantos eufemismos, anglicismos y lenguaje tecnológico, cualquier memez parece inteligente y moderna. ¿Vuestra vacuna es la garrulidad ilustrada, aunque parezca un contrasentido?
Como bien dices somos eminentemente ilustrados, además de renacentistas, reformistas y rosacruces. Ostentamos una exquisita educación forjada en los mejores colegios concertados, pero a veces nos tachan de energúmenos porque decimos muchas verdades y jamás hablamos en registro emocional, que consiste en expresarse como un concejal de cultura progresista y rockero o una catequista frígida. Odiamos la epidemia de medias tintas, corrección política y respetito que asuelan este condenado país, y adoramos a la gente que, como nosotros, es muy difícil de ofender.
Creo que ni la fundación FAES, ni la Conferencia Episcopal han financiado el libro. ¿Cómo se financió? ¿Explicarme el trabajo de elaboración, que creo que comenzó a dos manos?
Efectivamente empezó a dos manos, una en cada bolsillo, puesto que todo ha sido abonado a tocateja con patrimonio propio. El proyecto incluso estuvo a punto de no salir adelante por culpa de los retrasos en la devolución de las retenciones. Esos cabrones de la Agencia Tributaria te devuelven lo que es tuyo cuando les da la gana y sin intereses de demora, sin pararse a pensar en que pueden estar poniendo en peligro el curso natural de la industria del porno. En un principio solicitamos varias subvenciones a diferentes entes públicos, pero a la cuarta vez que fuimos a presentar el proyecto y nos echaron a patadas, escopeta en mano y gritando “fuera de mi propiedad” con música de banjo, desistimos.
Dejando a un lado la entrevista seria, ¿por qué el libro no se publica con el sello de Serendipia?
Serendipia Editorial se trata de un proyecto individual que empezó a funcionar en 2007 y que ha publicado títulos muy poquito a poco con la intención de que sean libros de calidad tanto por dentro como por fuera… Sin duda, uno de los rasgos que nos caracteriza es el diseño y el material (la edición, en general) de los textos publicados. Además, hemos apostado por las tiradas cortas y numeradas.
Es importante recalcar que el libro “200 Películas Porno Que Deberían Existir” no está editado por Serendipia propiamente dicho, sino por un subsello: libros del Nuliverso. Aquí he aplicado la filosofía de los vinilos y las discográficas… ¡sí, soy! vinilero –exclama Jorge Carmelo- y no he querido mezclar churras con merinas para ser coherente con los diferentes contenidos. Serendipia abarca libros de poesía y prosa poética muy, muy cuidados, mientras que libros del Nuliverso se ha estrenado con una edición bastante más desenfadada y con una apuesta que no deja de ser una hermosa macarrada… Vamos, que creo que he hecho bien separando a unos y otros.
Casquete polar (Polar sex adventures)
Año: 1932.
Nacionalidad: Islandia – Reino Unido
Dirección: Gregory Pebbles
Guión:Hans Gertrud
Intérpretes: Paploo
Formato: 16mm b/n
Duración: 35´
Sinopsis
A veinte grados bajo cero la bolsa escrotal de Paploo es prácticamente una ciruela pasa. Afortunadamente, recientes trastornos meteorológicos han elevado las temperaturas y los testículos de este friolero esquimal han descendido unos centímetros para ver la luz. Mientras los osos polares no encuentran una superficie sólida donde evitar morir ahogados, Paploo es ahora un hombre feliz y se pone a la tarea para perpetuar una especie que acaba de empezar a extinguirse.
Reseña
Este semidocumental mudo bien podría estar basado en una novela de Julio Verne. Su profética extrapolación de la influencia humana sobre los cambios climáticos del planeta es digna del más suertudo de los profetas, y su protagonista Paploo, un auténtico esquimal que aceptó el papel por una irrisoria suma, fue testigo de ello como activista ecologista centenario hasta ya entrado el siglo veintiuno. Paploo fue reclutado por la productora tras meses de indagaciones en busca de un indígena suficientemente dotado para cumplir sus propósitos. Se construyó un iglú real aunque sobredimensionado, donde las escenas de sexo duro empañaron la cámara una y otra vez, y aunque el equipo estaba formado por exploradores entrenados se produjeron varias muertes por congelación. Todos los cadáveres se enterraron erectos.
– Imagen de Francesc Sans
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