Agricultura ecológica… y algo más
Ernesto Rodrigo*. LQS. Junio 2017
Se nos llevan la tierra para embolsarla y llenar grandes estanterías anónimas preñadas de claudicaciones ante las mal llamadas leyes del mercado
Hablar de agricultura ecológica, no es lo mismo que hablar de Agricultura local y sostenible, no es lo mismo que soberanía alimentaria, vida sana y justicia social. Una cosa es cumplir una normativa respecto a las técnicas de manejo de los cultivos sustituyendo los tratamientos convencionales de síntesis por otros no tóxicos, pero otra muy distinta, es hacerlo por el compromiso de elegir vida, defenderla valientemente, cosa que nada tiene que ver con quienes sólo ven en la producción eco, una forma de negocio, de gran negocio. Ese negocio es el que están haciendo las grandes superficies, el capitalismo verde, el que a zarpazos, está quitando el pan de la boca a muchos pequeños proyectos.
Un veterano proyecto valenciano con 19 años a sus espaldas, será otro de los que en breve cerrará sus puertas ante las dificultades de continuar. Se llama L’Hort de Carmen y dio sus primeros pasos recuperando unas tierras abandonadas en Alcácer, devolviéndoles la fertilidad con mucho trabajo, ilusión y responsabilidad, apostando no sólo por una agricultura sin venenos, sino por una agricultura justa y responsable en todos y cada unos de los procesos en los que han intervenido sus manos, donde las relaciones con las personas han sido un reflejo de las relaciones que han mantenido con cada puñado de tierra trabajada. No es justo, no. Se nos llevan la tierra para embolsarla y llenar grandes estanterías anónimas preñadas de claudicaciones ante las mal llamadas leyes del mercado. Casi dos décadas dedicadas pacientemente a enseñar a quienes consumen, que la calidad de los alimentos consiste en darnos salud, que no es sensato alimentarnos con venenos, que no es posible dar vida, matando vida, ahora se estampan contra el muro de la especulación y de la inconsciencia.
Nuestra elección a la hora de llenar la cesta, es la que marca la diferencia entre dar vida a estos insustituibles pequeños proyectos o a que muchos de ellos, se vean obligados a abandonar sus sueños. Tu compra para ellos es decisiva. Tu compra para las grandes superficies es una más, que se mezclará con las sucias monedas ganadas vendiendo basura. Basura que poner, basura que comer, basura para un mundo de basura, basura para seguir corriendo, no sea que paremos y nos planteemos por qué, por qué tenemos que abandonar nuestros sueños, por qué resignarse a acabar con el planeta, por qué des-cuidarnos?.
Brindo por la gente buena de L’Hort de Carmen! y os deseo, compañer@s, buen camino.
* Molino del Villar, Agricultura Sin Venenos y Energías Renovables
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