Al-Ándalus: la Mezquita de Córdoba ¿De quién?
En la historia de esta Mezquita se resume la evolución completa del estilo omeya en España. Sus 23.400 metros cuadrados, la hicieron la segunda mezquita más grande del mundo en extensión, solamente por detrás de la Mezquita de la Meca, siendo sólo alcanzada posteriormente por la Mezquita Azul (Estambul, 1588). Ampliada sucesivamente por iniciativa de cuatro gobernantes omeyas, era un signo de prestigio y casi una obligación dejar su testigo en el venerado edificio.
Una de sus principales características es que su muro de la qibla, la dirección a la Meca y a la que el imán y los orantes deben dirigirse cada vez que realizan sus rezos,no fue orientado hacia La Meca, sino 51º grados más hacia el sur, algo habitual en las mezquitas de Al-Ándalus, un acto de rebeldía.
Este maravilloso monumento por el arte de birlibirloque pertenece a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana desde el año 2006. Cuesta saber retrocediendo en el tiempo ¿a quien ha pertenecido desde el año 788?, o incluso antes cuando fue un centro de culto arriano, si Abderramán I levantara la cabeza…
Según datos de Europa Laica, las entradas a la Mezquita de Córdoba cuestan entre 8 y 18 euros, lo que supone una recaudación de 10 a 12 millones anuales…
Transcribimos un artículo de Ignacio Escolar publicado en su blog en el año 2012, que es bastante explicativo sobre el tema:
El “silencioso” escándalo de la Mezquita de Córdoba, por Ignacio Escolar*
La Mezquita de Córdoba fue construida entre los años 780 y 785 por Abderramán I. Doce siglos después, el 2 de marzo de 2006, la Iglesia Católica inscribió el inmueble a su nombre en el registro de la propiedad número cuatro de Córdoba (tomo 2381, libro 155, folio 198). El trámite costó apenas 30 euros. Tal robo fue posible por dos milagros. El primero, que José María Aznar cambió la ley hipotecaria en 1998 para permitir a la Iglesia apropiarse de edificios de dominio público, aunque sean patrimonio de todos los españoles: basta con que el señor obispo dé fe y certifique que pertenecen a la Iglesia, sin necesidad de notario. El segundo milagro, que disponer de un edificio de 23.400 metros en pleno centro de Córdoba le sale gratis a la Iglesia: no paga el IBI y tampoco se ocupa de los gastos de conservación.
La entrada en la Mezquita de Córdoba cuesta 8 euros por persona; al año recibe más de un millón de visitantes. No te entregan factura y es dudoso que el dinero recaudado pague impuestos: se considera un donativo y, como tal, está exento de tributación. El obispado de Córdoba dispone de la Mezquita como su absoluta propiedad. También decide quién puede trabajar en ella como guía y quién no. No es raro que haya días en los que se cierre el acceso a los turistas porque hay, por ejemplo, una convención de sacerdotes en su interior. Sin embargo, los gastos de restauración y conservación no los paga la Iglesia: los cubre el Estado.
Desde 1998, la Iglesia ha inscrito a su nombre cientos de edificios,muchos de ellos financiados por los vecinos de cada pueblo o ciudad. Zapatero no cambió la ley en ocho años, Rubalcaba prometió reformarla en su programa electoral. Es improbable que tal abuso lo vaya a eliminar el PP pero, con algo de suerte, tal vez la Unión Europea obligue al Gobierno a cobrar el IBI a la Iglesia, igual que ha hecho con Italia. No es poco dinero. Que la Iglesia esté exenta de pagar algunos impuestos, un privilegio medieval, nos cuesta 3.000 millones de euros al año, según Europa Laica. Es una décima parte del déficit que le falta por recortar a Rajoy.