Albares: el conflicto del Sáhara Occidental dura demasiado, 2 veces en 8 días
Por Alfonso Lafarga*. LQSomos.
El ministro de Exteriores dice dos veces en ocho días que el conflicto del Sáhara Occidental dura demasiado y tiene que terminar, acuerda unir fuerzas con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, para encontrar una solución que “esperan miles de personas”
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, lo ha dicho por segunda vez en ocho días: el conflicto del Sáhara Occidental, la excolonia española ocupada militarmente por Marruecos desde finales de 1975, “dura ya demasiado”.
La primera fue el 11 de enero pasado en la rueda de prensa que dio en Madrid con el ministro de Exteriores paquistaní, Shah Mehmud Qureshi, en la que reiteró el respaldo de España al nuevo enviado especial de las Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura.
Estas palabras, «dura ya demasiado», las pronunció ante un grupo de periodistas el 18 de enero en Washington tras reunirse con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, con el que acordó “unir fuerzas” para resolver un conflicto que “tiene que terminar” y para el que hay que encontrar una solución, “que esperan miles de personas”.
El ministro anunció que se reunirá el 21 de enero en Madrid con el enviado para el Sáhara Occidental, una vez concluido su primer viaje a la región, que realiza en un avión de las Fuerzas Armadas españolas.
Staffan de Mistura pasó primero por Rabat, y el ministro de Exteriores marroquí, Naser Burita, defendió una autonomía para el Sáhara Occidental bajo soberanía de Marruecos, que ahora se encuentra otra vez en guerra con el Frente Polisario, tras la ruptura marroquí en Guerguerat, en noviembre de 2020, del alto el fuego que mantenían desde septiembre de 1991.El enviado de la ONU viajó después a los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia) y se entrevistó con el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y secretario general del Frente Polisario, Brahim Gali, quien le manifestó la voluntad saharaui de cooperar con NNUU para llegar a una solución que garantice el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui.
De Mistura se reunió, también, con el primer ministro saharaui, el presidente del Parlamento Saharaui, los ministros de Interior y Territorios Ocupados y Diáspora, así como con organizaciones juveniles, de mujeres, de derechos humanos, de familiares de desaparecidos, la Media Luna Roja Saharaui y el Consejo Consultivo Saharaui, además de visitar un centro de niños discapacitados y el Museo Nacional de la Resistencia.
En la tercera etapa el enviado especial viajó a Mauritania, donde fue recibido por el presidente de la República Islámica, Mohamed Ould Cheikh El-Ghazouani, y el viaje oncluye en Argelia.
Los territorios ocupados fuera de la visita del enviado de la ONU
El periplo no incluye visitar los territorios del Sáhara Occidental ocupados por Marruecos, donde la población saharaui padece la represión de las fuerzas de seguridad, de paramilitares y del ejército marroquí, como la activista de Derechos Humanos Sultana Jaya, que lleva desde noviembre de 2020 obligada por la policía a permanecer en su casa confinada con su familia, sin orden judicial, sufriendo asaltos nocturnos, agresiones y violaciones.
Tras la visita de Staffan de Mistura a los campamentos de refugiados, Jatri Adduh, jefe de la delegación negociadora saharaui y responsable de la Organización Política del Frente Polisario, organización reconocida por la ONU como legítimo representante del pueblo saharaui, declaró que seguirán reclamando su derecho “a la independencia absoluta del Sáhara Occidental» y lucharán hasta liberar su territorio. Culpó a la ONU de la situación de estancamiento en que se encuentran y pidió el cumplimiento de las resoluciones de NNUU para liberar al Sáhara Occidental de la ocupación marroquí.
La visita del enviado especial de la ONU se produce en medio de la guerra que enfrenta al Frente Polisario y a Marruecos desde noviembre de 2020 por la ruptura marroquí en Guerguerat del alto el fuego que mantenían desde septiembre de 1991, cuando, bajo los auspicios de la ONU, acordaron realizar un referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui, a lo que después se negó el Gobierno marroquí.
La postura del Gobierno de Pedro Sánchez sobre el conflicto del Sahara Occidental sigue siendo apoyar una «solución política, justa y mutualmente aceptable» para las partes en el marco de Naciones Unidas, como recordó el ministro Albares en la rueda de prensa de 11 enero con su homólogo pakistaní, a pesar de la operación fallida de Naser Burita de que España siguiese el camino de Donald Trump de reconocimiento por EE.UU del Sáhara Occidental como marroquí, lo que llevó a Marruecos a llamar a consultas a su embajadora en Madrid, Karima Benyaich, el 18 de mayo pasado.
Desde entonces la embajadora sigue en Marruecos, por lo que no asistió a la tradicional recepción al cuerpo diplomático acreditado en España celebrada el 17 de enero en el Palacio Real de Madrid, en la que el rey Felipe VI se refirió por primera vez a la crisis entre Marruecos y España y dijo que ambos gobiernos «han acordado redefinir conjuntamente una relación para el siglo XXI, sobre pilares más fuertes y sólidos», que ambas naciones deben “caminar juntas para empezar a materializar ya esta nueva relación» y que hay que “encontrar soluciones a los problemas que preocupan a nuestros pueblos».
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