Alberto Spunzberg poeta, periodista y sindicalista
Dardo Gómez*. LQS. Noviembre 2020
El maldito Covid ha tenido que compincharse con la soledad del cáncer y ha intentado este noviembre acallar la pluma de Alberto Spunzberg**; aunque solo ha podido quitarle al aliento. Sus poemas hace ya muchos años que lo habían llevado al espacio de los inolvidables.
Alberto pasó gran parte de su vida en Barcelona, desde donde construyó mucho de su poemario y donde el periodismo fue su sustento durante algún tiempo; a poco de llegar a la ciudad huyendo de la feroz dictadura que ganó el poder en la Argentina en 1976.
La presencia de Alberto fue providencial para la información catalana, por entonces ajena a la realidad política sudamericana. Desde las páginas de TeleExpress él tuvo a su cargo un especial semanal desde el cual explicaba esa realidad y nos informaba de que “el sur también existe”.
Los avatares de las empresas periodísticas lo llevaron a principios de los ochenta a recalar un par de años en el Grupo Zeta; la empresa que pocos años atrás había cobijado a más de un exiliado sudamericano, pero que ya había perdido su norte y había empezado a coquetear con Alianza Popular en busca de algún favor.
El 8 de junio de 1982 el diario “El País” titulaba Expulsados tres periodistas extranjeros y señalaba “dos de ellos argentinos y el tercero uruguayo”, que habían recibido sus órdenes de expulsión del país, firmadas por el Gobernador Civil de Barcelona, acusados de presuntas conexiones con grupos terroristas. Aquel gobernador infame era Jorge Fernández Díaz, que ya cultivaba la mentira entre sus defectos rectores.
Uno de esos tres periodistas latinoamericanos era Albertito Spunzberg, que siendo jefe de redacción formaba parte del primer comité de empresa de Zeta (Rocafort 104) que había convocado la primera huelga en el grupo. El temperamental y poco informado Antonio Asensio no dudo en despedirlos de inmediato y cuando alguno de sus hombres de confianza reparó en la ilegalidad cometida y en la consecuente indemnización que habían de pagar no encontró recurso más indecente de apelar a Fernández Díaz.
El talento literario de Spunsberg, que ya había sido premiado con mención en el Premio Casa de las Américas por El che amor y obtenido el Alcalá de Henares por Su fuego en la tibieza, movilizó a gran parte de la cultura europea que llenaron de cartas a las autoridades españolas y al obispo de Barcelona. La intermediación de este último, como era obligado, llamó a sosiego a Fernández Díaz y la infame orden de expulsión fue retirada.
Alberto permaneció en Barcelona, aunque nunca pudo desprenderse de la nostalgia bonaerense. Toda la paz para él.
* Periodista, secretario de Organización de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) y presidente del Sindicat de Periodistes de Catalunya (SPC)
** Poeta, docente universitario y periodista, Alberto Szpunberg, falleció el 13 de noviembre, en el hospital La Alianza de Barcelona donde estaba internado con un delicado cuadro de salud que se complicó a causa del Covid-19.
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