Álvaro Uribe: ciudadano peligroso

Álvaro Uribe: ciudadano peligroso

Agencia Mp3*. LQS. Agosto 2020

El martes 4 de agosto, la Corte Suprema de Justicia de Colombia ordenó el arresto domiciliario de Álvaro Uribe, se convirtió en el primer presidente de la historia del país en tener que cumplir dicha sanción

El mentor político del actual presidente, Iván Duque, es acusado de fraude procesal y soborno, y es investigado por decenas de delitos, la mayoría de los cuales tienen que ver con el surgimiento de grupos criminales de paramilitares en los años 90 y la violación constante de los Derechos Humanos.

Reproducimos la nota de prensa del Movimiento por la Constituyente Popular:

Uribe debe ser condenado pronto
Por un gobierno democrático patriótico y popular

Está detenido preventivamente un hombre que merece ser considerado como ciudadano peligroso porque puede obstruir la justicia, como lo viene haciendo por décadas, pues debía estar condenado por muchos más delitos y desde hace varios lustros: esa persona detenida es, Álvaro Uribe Vélez, expresidente de Colombia, Senador y reo por fraude procesal y soborno a testigos.

Los resultados del juicio a Uribe que espera la inmensa mayoría de los ciudadanos es la condena de ese expresidente facineroso. No se olvida que las acusaciones que más pesan son de jefe paramilitar y criminal de guerra ejecutor de los “falsos positivos”, la masacre del ARO en Antioquia, entre muchos otros crímenes de lesa humanidad. Se repite la historia como tragedia para Uribe y el Centro Democrático, es un delito menor el que lo tiene con detención domiciliaria, como le pasó al criminal norteamericano Al Capone, quien fue condenado por evasión de impuestos y quedaron impunes su grandes delitos que bañaron con sangre a Chicago y otros lugares de Estados Unidos, afectados por el prohibicionismo del licor, el juego y la prostitución.

La Corte Suprema de Justicia representa en su interior un claro indicio de turbulencias, entre las fracciones del capital y corrientes políticas de una oligarquía sacudida por la crisis económica, que se combina con el impacto de la pandemia. De allí la iracundia del presidente de Colombia al ver detenido a su gran jefe, Duque perdió los estribos y no dudó en atacar a la Corte Suprema de Justicia, institución a la que debe respetar y acatar.

Ya la Corte Constitucional le tumbó al gobierno de Iván Duque, algunos de los 164 decretos emitidos al amparo de la Emergencia Económica, dice que se apartan del combate a los efectos de la pandemia, porque en la práctica estaban destinados a generar beneficios a la banca y a los Fondos Privados de Pensiones. Ese fallo es otro síntoma de los choques y roces fuertes entre las fracciones del capital y los partidos que las representan, entre quienes disfrutan del poder político y las instituciones del Estado, incluidas las Cortes que administran justicia.

De allí que el uribismo hable de “justicia politizada”, lanzando sus propuestas de justicia profascista. El desgaste del uribismo y su jefe es un hecho constatado en las urnas y las encuestas. Enseña la biología que la caída del líder no acaba la manada, la dispersa temporalmente, esa detención y proceso penal contra Uribe pueden ser utilizados para victimizar al victimario y lanzar una operación publicitaria par remozar la desgastada imagen del Centro Democrático y su presidente Iván Duque; pero también indican los hechos, que una manada sin líder no puede ser vista lo mismo que antes.

No hay crisis económica profunda que mantenga intacta la superestructura política, como lo demuestran las dificultades políticas al interior de la Unión Europea, los problemas preelectorales en Estados Unidos y los choques internos en gobiernos como el de Bolsonaro en Brasil, todo ello reafirma la relación causal entre crisis económica y crisis política.

En Colombia la crisis política está en marcha, ya se advierte por las acerbas críticas del uribismo al mando militar, las votaciones del Senado en junio para pedirle al presidente Duque que derogue el Decreto-Ley 811 con el que se pretende enajenar 104 instituciones del Estado, entre ellas Ecopetrol, empresa petrolera que no deja de entregar ganancias en plena pandemia y hoy defendida de la privatización con firmeza y justeza por los trabajadores del oleoducto agrupados en la Subdirectiva Única de Oleoductos -SUO-, integrante de la Unión Sindical Obrera -USO- que desarrolla tareas de “anormalidad laboral”. Las turbulencias inter burguesas
se pueden tratar de solucionar poniendo a Uribe de chivo expiatorio de las culpas del régimen político para lavarle la cara y contener las inconformidades populares generadoras de protestas y eventuales levantamientos populares.

Otro dinamizador de la crisis política es la viral y desastrosa presidencia de Iván Duque, más de un burgués que lo apoyó no le ve solvencia en el manejo económico de la crisis, rechazan que el ministro de economía, Alberto Carrasquilla, presente el proyecto la Ley de Presupuestoy el Marco Fiscal como si Colombia fuera el “país de las maravillas” y puede superar el estancamiento económico al cambiar el almanaque el 1 de enero del 2021.

La crisis política también se consuma en la medida en que la Constitución del 91 ha ido derivando en un texto con grandes distancias de los causes democráticos, como lo demuestran los abusos de la Emergencia de Duque, así se intente defenderla citando la medida de la Corte Suprema ante el reo Uribe Vélez. De allí que no pocos sectores políticos planteen la conveniencia de convocar una Asamblea Constituyente, pero es fundamental determinar que debe ser al servicio del pueblo y la soberanía de Colombia, no para afianzar el modelo neoliberal que la inspira, ni las normas fascistizantes que le han introducido a través del centenar de reformas, a lo largo de casi 30 años de su promulgación.

Es momento para un ataque desde la izquierda, con posiciones alternativas al modelo neoliberal y a la dominación imperialista, sin temor a la lucha popular por el cambio y sin la mira corta de jugar a qué jefe burgués atacar, como ahora se hace con Álvaro Uribe, y fraguar al lado de qué jefes políticos burgueses estar, como lo diseña Humberto de la Calle Lombana.

Son oportunos los llamados del Comité Nacional de Paro a exigir a Duque la negociación del Pliego de Emergencia y a desarrollar las jornadas de lucha, así como se trata de estructurar un plan de acción que desarrolle el planteamiento de desobediencia civil, que ha de conducir al Paro Cívico Nacional y a la salida de Duque de la Casa de Nariño antes de que le llegue el tercer aniversario de su toma de posesión.

Un criminal de guerra como Uribe, tiene que ser condenado
Fuera Iván Duque y su vicepresidenta Martha Lucía Ramírez del gobierno

* Movimiento por la Constituyente Popular – MCP
coordinadormcp@gmail.com

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