Arrebato en el teatro

Por Nònimo Lustre. LQSomos.

Diez estampas femíneas, segunda parte o continuación de continuación de los collages de la serie “Mujer”. Historia de la mujer occidental: de la mutilación a la esclavización pasando por los magnicidios…

El joven atleta, cegado y arrebatado por sus laureles, cree que puede requebrar a la actriz. Y, encima, para eliminar a la competencia y para enterrar celos retrospectivos, se permite la osadía de patear a un veterano cómico. Pero el caletre de mosquito propio del deportista ni sospecha que, compitiendo, él se objetiva a sí mismo -sólo quiere subrayar su identidad individual. Por el contrario, la actriz se desdobla y olvida su físico-químico individual para objetivarse en Otra. ¿Recurrirá el fortachón a la violencia cuando compruebe que no hay ninguna posibilidad de encuentro amistoso?

Aunque la tendencia está cambiando, las obras contemporáneas de teatro que incluyen escenas de violencia contra la mujer suelen adoptar un tono humorístico aunque el tema sea mucho más propio de una tragedia que de una comedia. Sin embargo, hace un siglo no fue el caso. Ejemplo, en La Malquerida (Jacinto Benavente, 1913) la injusticia contra la mujer se representa sin bañarla en agua de rosas. Y el maltrato psíquico que puede terminar en asesinato, fue el eje de Gaslight (Patrick Hamilton, 1938) Otrosí, en Malditas sean Coronada y sus hijas (Francisco Nieva, 1968) la mujer prefiere que su marido visite los puticlubs porque así no la acosa ni la somete a su rutina de abusos sexuales dentro del matrimonio. Finalmente, en Luna de hiel (A.P. y N.L., 2017), se ejemplifica “indefensión aprendida” de la recién casada, en este caso la esposa del genocida Franco, quien sufre su noche de bodas entre pistolones, desprecios y comprobaciones humillantes del estado de su himen.