Así pactaron Fraga, Suárez, Carrillo y Felipe la pervivencia del franquismo

Así pactaron Fraga, Suárez, Carrillo y Felipe la pervivencia del franquismo

Por Manuel Blanco Chivite

Hay libros que dejan huella, que no solo permanecen en la memoria de sus lectores, sino que incluso, en no pocos momentos, se les echa en falta, aún más cuando tales libros llegaron a marcar una época por su lucidez, por su profundidad y por su capacidad para mostrar la verdadera cara de su época, la cara que el discurso oficial del poder desea borrar, oscurecer, ocultar o falsear

Nueva edición de La sombra de Franco en la Transición, una obra capital de Alfredo Grimaldos

En nuestro caso, en el de esta nueva edición del libro de Alfredo Grimaldos, esa época falseada en la memoria, en la educación y en centenares de relatos periodísticos, audiovisuales y académicos, es la Transición.
Una Transición sangrienta que nos han colocado canónicamente como ejemplar.
Exponer las cosas tal cual fueron y llamar a esas cosas por su nombre es, sin duda, el gran hallazgo y, por entonces, la gran paradoja de este libro escrito por uno de los periodistas de investigación más molestos para el poder y más valientes de los últimos cuarenta años en España: Alfredo Grimaldos (1956-2022)

Conocí a Alfredo en 1978, haciendo algunas de sus primeras armas en un intento periodístico que se denominó Agencia de Prensa España Popular (APEP), que había funcionado durante el tardofranquismo en el exilio, en Francia concretamente. Para qué decir que, sin dinero ni apoyos políticos de quienes estaban forjando esa fantasiosa Transición ejemplar, el proyecto tuvo sus días contados.

La carrera de Alfredo Grimaldos fue rica y exitosa en la prensa, desde la crónica deportiva, o el flamenco hasta la investigación más exhaustiva, comprometida y políticamente arriesgada. “La sombra de Franco en la Transición” es uno de sus mejores trabajos y el más celebrado y vendido en su primera aparición, justo hace veinte años.

La última vez que vi a Alfredo fue en su casa, unos dos meses antes de su fallecimiento. Lo vi animado y conversador. Recordamos viejos tiempos y me contó no pocas anécdotas de sus primeros pasos en el periodismo.
De sus textos y entrevistas deportivas, recordaba con no poco humor la que realizó al boxeador Fred Galiana, quien le dijo que “antes del año 2000, se acabará el mundo”, frase que Alfredo convirtió en titular de su trabajo. Afortunadamente, Galiana se equivocó y él mismo superó el emblemático año.
Y ahora tenemos en nuestras manos la nueva edición de “La sombra de Franco en la Transición”. Nueva aparición que se la debemos a Andreu García Ribera, abogado, periodista, amigo entrañable del autor, con quien colaboró en varios trabajos y en algunos títulos que llevan la firma de ambos y director actualmente de este medio que nos acoge, El Otro País, una especie de bastión de empeñado papel, ejemplo de esa tozudez expresada con esas dos palabras capitales: la lucha sigue. A mayor abundancia al respecto viene a cuento recordar que El Otro País fue fundado por el propio
Grimaldos y por otro gran periodista, José Luis Morales, prologuista a la sazón de la presente edición del libro.

Andreu García Ribera se ha encargado de actualizar y ampliar, según nuevas informaciones que no estuvieron al alcance de Alfredo Grimaldos y de acontecimientos sucedidos o aclarados en los posteriores a su primera edición. Un excelente trabajo de poner al día la investigación de su buen amigo y muy de agradecer para el lector actual y sobre todo para las nuevas generaciones nacidas y educadas en esa tan falseada versión de lo que fuera la Transición.

Manuel Blanco Chivite.- ¿Cuándo y cómo conociste a Alfredo Grimaldos?

Andreu García Ribera.– Conocí a Alfredo Grimaldos el 7 junio de 1976, ambos estudiábamos segundo de Ciencias de la Información. Ese mismo día me presentó la cerveza Voll-Damm que por esas fechas empezaba a distribuirse por Madrid procedente de Barcelona, fue en el pub La Vaquería en la calle Libertad. Fuimos los últimos clientes en abandonar el establecimiento, esa misma noche los Guerrilleros de Cristo Rey volaron La Vaquería. Nunca detuvieron a nadie por este atentado, en esa época las bandas fascistas actuaban con plena impunidad al amparo de la protección policial y judicial.

Manuel Blanco Chivite.- ¿Podrías contarnos algunas de las experiencias que vivisteis juntos, cómo fue vuestra colaboración?

Andreu García Ribera- Cuando nos conocimos no habíamos cumplido 20 años ninguno de los dos, muy pronto confraternizamos por coincidencias políticas, vitales y potentes aficiones comunes. Poco después conectamos con José Luis Morales que había retornado del exilio y volvió a la facultad de Ciencias de la Información de donde había sido expulsado años antes por su compromiso anti fascista. Fue un hecho capital en nuestras vidas que nos determnó política y periodísticamente.
Por su mediación escribimos en 1978 un libro en Ediciones De la Torre titulado “Contra el Pacto de la Moncloa. Algunas respuestas de la clase obrera”.
Empezamos a colaborar en una revista denominada “Alternativas”, éramos los corresponsales en Madrid, pues la redacción estaba en Barcelona, recuerdo una entrevista surrealista con Tierno Galván desde una cabina telefónica, mientras Alfredo le formulaba las preguntas cuyo resumen anotaba en un bloc dentro de la cabina, yo estaba fuera pidiendo a los viandantes monedas para alimentar la voracidad de deglución del aparato telefónico.
La verdad es que se consiguió finalizar la interviú gracias a las generosas donaciones de los transeúntes de la avenida Complutense.

Fíjate que algo tan cruel como el robo de bebés no se circunscribió a los años 40 sobre los hijos de los vencidos, se prolongó hasta mucho después de la muerte de Franco y la promulgación de la Constitución

Nuestra relación de amistad se consolidó con una participación intensa en las movilizaciones de ese periodo, recuerdo ahora perfectamente los diversos saltos alrededor de la Plaza de España en la manifestación por la amnistía del 23 de enero de 1977 en la que Jorge Cesarsky e Ignacio Fernández Guaza asesinaron a Arturo Ruiz o el día siguiente cuando un policía uniformado mató a Mari Luz Nájera en Callao disparándole un bote de humo a bocajarro. Estábamos a 10 metros de distancia. Se puede decir que este libro no es obra de unas apacibles ratas de hemeroteca que han documentado la violencia policial y parapolicial, fuimos actores modestos de un proceso de resistencia contra la farsa de la Transición y del que queremos dejar testimonio siguiendo la estela de un tipo de periodismo que nuestro maestro José Luis Morales sintetizó en siete palabras “papel y lápiz y a la calle”.

Andreu García Ribera, José Luis Morales y Alfredo Grimaldos. hace 30 años. Foto: Dolors Aguado

Manuel Blanco Chivite.- ¿Recuerdas la fundación de El Otro País, cuál fue tu papel en ese momento y cuáles las motivaciones de Alfredo y José Luis Morales?

Andreu García Ribera.- Vio la luz el primer ejemplar el 2008, contra viento y marea hemos sacado 110 números en estos 16 años. Hay que resaltar en su nacimiento el empecinado trabajo de José Luis Morales, Alfredo Grimaldos y también de Rafael Gómez Parra, tres insobornables periodistas todo terreno que escribieron siempre a contra corriente. Este periódico de alguna manera es la continuación de otro proyecto, “Motivos de actualidad” del que fue director José Luís Morales y redactor jefe Alfredo, de este periódico recuerdo portadas que removían los cimientos del consenso periodístico, tipo “Barrionuevo paralizó las investigaciones de los asesinatos de Lasa y Zabala” o “Los grandes negocios del GAL, 300 periodistas cobraron de los fondos reservados”.

A muchos jóvenes puede sorprenderles el contenido del libro, porque han sido educados hasta la saciedad en la cantinela de un tránsito pacífico y modélico de la dictadura a la democracia

Ese mismo hilo conductor hemos mantenido en El Otro País, frente a una prensa cada vez más unánime en sus contenidos que presenta una realidad de postal. Lo cual es lógico pues la propiedad de los medios de comunicación está en manos de los propietarios de los bancos, las aseguradoras, las industrias farmacéuticas o de tecnología militar. Tenemos un ejemplo muy reciente en la línea editorial de “El País” que de forma alarmista presenta la necesidad de incrementar el gasto militar ante un peligro inminente de guerra, algo perfectamente congruente si tenemos en cuenta que el primer accionista de Prisa es el fondo de inversión Amber que, a su vez, es el segundo accionista del grupo Indra dedicado a la Defensa e Investigación militar.
Cuál es mi papel en esta historia me preguntas. Yo si de algo puedo enorgullecerme es de haber contado con la confianza de Morales y de Alfredo, a su lado, pero siempre en un segundo plano. He tenido que intensificar mi responsabilidad con el periódico a partir de la enfermedad y fallecimiento de Alfredo.

Manuel Blanco Chivite.- ¿Podrías contarnos en qué ha consistido exactamente tu trabajo de puesta a punto de esta nueva edición?

Andreu García Ribera.- Fundamentalmente hacer un seguimiento de sucesos producidos en los últimos veinte años que complementan y verifican las líneas de trabajo que desarrolló Alfredo, por poner algunos ejemplos, la impunidad del asesino de Arturo Ruiz era conocida, hoy gracias a las investigaciones de Carlos Portomeñe sabemos que el paradero de Ignacio Fernández Guaza siempre fue conocido por las fuerzas de seguridad españolas y que incluso la Guardia Civil le visitó para saber si pensaba seguir “trabajando” para ellos; también conocemos por testimonios de su viuda que el sicario Jean Pierre Cherid fue asesinado por agentes del Estado español y que no murió porque le estallase una bomba cuando pensaba atentar contra refugiados vascos o por testimonios de fascistas italianos arrepentidos, se confirma que Carlo Cicuttini era el quinto hombre participante en el asesinato de los abogados de Atocha.

Es muy importante que la recuperación de la Memoria Democrática abarque no sólo el periodo inmediatamente posterior a la guerra, sino todo el curso de la dictadura y también el cambio de fachada que supuso la Transición, con la continuidad de la represión, asesinatos e impunidad de las bandas parapoliciales

También hemos ampliado sustancialmente la cronología de muertos por acción de la policía o de las bandas parapoliciales, incluyendo casos de muertos por el gatillo fácil de policías, aunque no tuvieran una estricta relación con la lucha política y de militantes antifascistas armados que se opusieron al proceso falsario de la Transición. Así mismo hemos ensanchado la secuencia temporal de la sombra de Franco hasta el 31 de diciembre de 1983, lo que nos ha permitido incluir el nacimiento de los GAL y el asesinato de Lasa y Zabala, con pleno conocimiento y apoyo de la cúpula de Interior del PSOE.

Manuel Blanco Chivite.- ¿Qué dificultades y hasta persecuciones acosaron a Alfredo Grimaldos a consecuencia de su contenido y de las realidades históricas mostradas en este libro?

Alfredo Grimaldos en una presentación

Andreu García Ribera.- La radical coherencia de Alfredo le llevó a un progresivo arrinconamiento en el mundo de la prensa. Antena 3 vetó la emisión de una serie de reportajes que realizó con El Mundo TV, titulados Crónica de una Generación. Sáenz de Buruaga llegó a comentar que no se trataba de una crónica sobre la Transición, sino de una serie contra la Guardia Civil. Hay un capítulo en este libro que hemos tenido que reelaborar porque los descendientes de la familia Rosón Pérez interpusieron una demanda para la protección del honor y Alfredo fue condenado porque las togas, renuentes en su mayoría a la crítica del fascismo, antepusieron el derecho al honor de esta familia de caciques a la documentada exposición sobre su actuación a raíz del golpe de estado y sus quehaceres a lo largo de la dictadura franquista.
Cinco años después de este libro, Alfredo publicó un libro titulado “Zaplana el brazo incorrupto del PP”, cuya línea expositiva se ha confirmado del principio al final, hoy 15 años después de su edición Zaplana está siendo juzgado por diversos delitos continuados de blanqueo de capitales y organización de grupo criminal, con petición fiscal de 19 años de prisión. Pero cuando escribió el libro, Zaplana estaba en la cresta de la ola y nadie cuestionaba su brillante estrella.
Un día Canal+ citó a Alfredo para una entrevista en un horario de máxima audiencia, pero cuando descubrieron que no sólo era un periodista crítico con el PP, que en su libro “La sombra de Franco en la Transición” también lo era con el PSOE, con PRISA y con todo el encofrado de la reforma política, media hora antes de salir al aire sus pendieron el programa. Nunca le dieron una explicación.
Desde luego Alfredo pagó un alto precio por su inquebrantable honestidad como periodista e investigador.

Manuel Blanco Chivite.- El primer capítulo de La Sombra de Franco… está dedicado a los últimos fusilamientos de la dictadura. Es curioso que, a día de hoy, el gobierno vasco ha reconocido como víctimas de la violencia política del Estado a Txiki y Ángel Otaegi mientras el gobierno español está muy lejos de reconocer la misma situación para José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz y Humberto Baena, fusilados el mismo día y en las mismas circunstancias. ¿A qué crees que se debe esta diferencia de trato de un mismo problema entre las autoridades de Euskadi y las de España?

Andreu García Ribera.- España es un estado plurinacional y Euskal Herria una nación con un proceso político y una identidad diferenciada de otros territorios. La resistencia contra la dictadura desde los años 60 tuvo un potente desarrollo, el fraude de la Transición contó también con una fuerte oposición de masas, la Constitución del 78 no fue aprobada por la mayoría del censo electoral o en el referéndum de 1986 el ingreso en la OTAN fue rechazado ampliamente.
El genial Albert Pla decía hace poco en una entrevista que el estado español está dividido entre quienes piensan que los autores de la ejecución del almirante Carrero Blanco son unos héroes y quienes piensan que son unos terroristas y añadía que él se encontraba entre los primeros.
Resulta evidente que en Euskal Herria un sector mayoritario de la población coincide en este punto con Albert Pla, lo que hace que la propia derecha encarnada por el PNV reconozca que Txiqui y Otaegi fueron víctimas de una dictadura sangrienta. En cambio en el estado español, la derecha encarnada por el PP tiene su partida de nacimiento en la pila bautismal del fascismo, su fundador Fraga Iribarne fue ministro de propaganda de Franco. Por su parte, el PSOE, promotor de los GAL y continuador de las cloacas del estado, no tiene ninguna intención de confrontarse políticamente en esta materia.

Manuel Blanco Chivite.- ¿Qué actualidad e importancia tienen este libro para el lector de hoy y para el joven que no vivió los acontecimientos que se cuentan en él?

Andreu García Ribera.- A muchos jóvenes puede sorprenderles el contenido del libro, porque han sido educados hasta la saciedad en la cantinela de un tránsito pacífico y modélico de la dictadura a la democracia. Revela también que la Constitución del 78 no es la pirámide de las libertades, sino el fruto de un contexto marcado por la violencia y el miedo, en el que unas élites pactaron el reparto del botín del estado siempre bajo la dirección de los aparatos políticos, judiciales, policiales, militares y económicos de la dictadura.
Deben comprender que se trata de un libro necesario para la deconstrucción de un tiempo y de un país. Citando a Jaques Derrida podemos afirmar que se trata de deshacer analíticamente el proceso político de la Transición para darle una nueva estructuración. Y resulta que la nueva estructuración del discurso de este periodo, afecta no sólo a su conocimiento del pasado sino también a la construcción de su presente y su futuro.

Manuel Blanco Chivite.- ¿Qué puede aportar este libro para los actuales movimientos por la recuperación de la Memoria Histórica?

Andreu García Ribera.- Es muy importante que la recuperación de la Memoria Democrática abarque no sólo el periodo inmediatamente posterior a la guerra, sino todo el curso de la dictadura y también el cambio de fachada que supuso la Transición, con la continuidad de la represión, asesinatos e impunidad de las bandas parapoliciales.
Fíjate que algo tan cruel como el robo de bebés no se circunscribió a los años 40 sobre los hijos de los vencidos, se prolongó hasta mucho después de la muerte de Franco y la promulgación de la Constitución.
Desde hace 16 años se celebran unas jornadas anuales organizadas por la Coordinadora de Asociaciones de la Memoria Histórica de Alicante (COAMHI) en torno a lo que fue el Campo de Concentración de Albatera, con tratamiento monográfico de distintos temas relacionados con la República y la dictadura. A título de ejemplo rememoro ahora, entre otros, “la represión”, “la cultura y la literatura”, “niños y niñas de la guerra”, “maestros y maestras de la República”, “presos y presas en los campos de concentración”, “las mujeres en la dictadura franquista”, “la Ciencia en la IIª República”.
Este año las XVII jornadas que se celebrarán como siempre alrededor del Campo y serán el 19 de octubre, tendrán como tema la memoria de la resistencia en la Transición, con la proyección de los documentales “Que las armas no borren tu sonrisa” y la “Transició al descobert”, sobre los asesinatos de Arturo Ruiz y Gustau Muñoz. También presentaremos esta reedición del libro de Alfredo Grimaldos.
Pienso que una jornada de estas características marca un camino adecuado para el tratamiento integral de la dictadura y sus secuelas

* Entrevista publicada en el periodico “ElOtro País”, nº 110.

La “ficha”

La sombra de Franco en la Transición.
Autor: Alfredo Grimaldos. Reedición: Andreu García Ribera.
Prólogo: José Luis Morales.
EL GARAJE EDICIONES. Colección: Documentos Sociedad
404 páginas. Formato: 14 x 21 cms.
ISBN: 978-84-126213-8-9. Precio: 22 euros.

Alfredo Grimaldos Feito (Madrid en 1956-2020), se licenció en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Aún no había finalizado la carrera cuando publicó en Ediciones de la Torre el libro “Contra el Pacto de la Moncloa”. En este período colaboró con las revistas “Alternativas”, “Tricolor” y “EspañaCrítica”. Escribió numerosos reportajes en la época brillante de Interviú, fue miembro del equipo de investigación del periódico “la Tarde de Madrid”, colaboró en el diario “Liberación”y en las revistas “Actual”, “Artículo 20”, “XL Semanal” y “Motivos de Actualidad”. Fue director de la revista “Área Crítica” y de “El Otro País de este Mundo”. Crítico de flamenco durante años en el diario “El Mundo”. Además de este libro escribió muchos otros, “La CIA EN España”, “Zaplana, el brazo incorrupto del PP”, antes de que el político fuera detenido e imputado, “La Iglesia en España”, “Esperanza Aguirre, la lidereSA”, “La Historia Social del Flamenco”, libro canónico en el planeta del cante jondo, ”Claves de la Transición 1973-1986 (para adultos)”, “Luis de la Pica, el duende taciturno”, “Flamencos en el ferrocarril”.

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