Ayotzinapa. Más de 43 razones para no cansarse
Mónica Oporto*. LQSomos. Diciembre 2014
“La realidad que México ha mostrado al mundo es decepcionante. El caso de Iguala, sumado a muchos otros sucesos en los últimos meses, ha dejado claro que no se puede hablar ya de criminales comunes sino de la criminalidad de representantes del gobierno tanto local como estatal y federal, que por acción u omisión permitieron que esto ocurriera y ahora no parecen hacer lo necesario para resolverlo y restaurar la confianza en ese mismo gobierno. […] Escribimos porque México y su gente merecen mucho más: un verdadero estado de derecho, justicia. Ningún gobierno puede permitirse realizar ni que se realicen actos de barbarie como los acontecidos en Ayotzinapa”
Carta abierta desde el extranjero – #AyotzinapaSomosTodos (1)
Hace 193 años, un 24 de febrero de 1821, se produjo un pronunciamiento en la ciudad de Iguala. Fue la antesala de la independencia de México. Fue el paso hacia la independencia, aunque “amarrada”, como dicen algunos, a ciertos poderes.
Lo cierto es que el Plan de Iguala permitió la transición a la Independencia de México con respecto a España, a la vez que creó la bandera del país (2).
“Iguala” es una palabra del nahuatl que dio nombre a la ciudad, luego denominada Iguala de la Independencia por los hechos allí acaecidos. Lamentablemente, 193 años después, Iguala es el escenario de la desaparición forzada y el asesinato de 43 jóvenes estudiantes “revolucionarios en sus cabezas” -como lo definió un estudiante mexicano en una reciente entrevista. Ojalá sea Iguala el escenario de una segunda revolución…
Apenas una síntesis de los hechos
México es protagonista de hechos de enorme violencia e impunidad. La protesta se paga con la desaparición y la muerte. La noche del 26 de setiembre de 2014 la policía municipal de Iguala detuvo a estudiantes desarmados. Esta policía los entregó a la policía de Cocula y éstos a una organización criminal (Guerreros Unidos) quienes los asesinaron salvajemente. Corrupción, impunidad, connivencia entre política y grupos (cárteles) de droga y otras organizaciones criminales; poder político enquistado por la corrupción desde la base hasta la cima, y un gobierno nacional que mira “para otro lado”.
un dato: Que el líder de la organización Guerreros Unidos, Sidronio Casarrubias, pague grandes sumas de dinero para decidir quiénes integran el cuerpo policial, deja asomar una pata de la corrupción…
La Normal Rural
Los 43 jóvenes provenían de la Escuela Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Estado de Guerrero.
Las Escuelas Normales Rurales surgieron en México a partir de 1920, cuando se implementó un proyecto de Escuelas con el objetivo de producir una transformación social rural. Por entonces era Secretario de Educación Pública Moisés Sáenz.
Interesante informe de la Televisión Pública de Argentina (Canal 7) desde el lugar, abriendo aquí.
“La Normal Rural Isidro Burgos” se caracterizó por recibir estudiantes provenientes de la montaña, la Costa Chica y el centro del Estado de Guerrero, de comunidades de bajos recursos de familias rurales.
El perfil de los alumnos egresados en sus aulas es el de personas críticas, en búsqueda por cambiar la realidad, con un compromiso con la sociedad.
Los estudiantes que en la noche del 26 de setiembre fueron detenidos y secuestrados-desparecidos por orden del alcalde José Luis Abarca Velázquez y su esposa, son en total 43, pero la violencia que envolvió los hechos llevó además a la muerte a 6 personas y dejó 25 heridos.
Estos hechos generaron una manifestación de protesta mundial. En diversas ciudades del mundo se organizaron marchas de pedido por los 43 jóvenes.
La protesta mundial fatigó las calles. Se dejó oír y la voz continúa contra la delincuencia organizada que desaparece y mata.
La presión que generó la movilización de protesta -tanto interna como externa- motivó del presidente mexicano una escueta declaración respecto de la desaparición forzada y muerte de los 43 estudiantes: “es una barbarie”…
Pero además, desde el país que institucionaliza –y glorifica- la tortura, llegó una declaración de ayuda. Fue ofrecida por Obama, quien dijo: “Es un problema crónico de narcotraficantes, que en algunos casos toman el control de pueblos y regiones enteras […] Porque esto sí nos afecta. México es nuestro amigo y vecino. Queremos que prospere”. El presidente de EE UU se ofrece como un socio importante y destacado para que México mejore el sistema de justicia criminal.(3)
Indignante fue la expresión, que completa el panorama de lo que puede esperarse de sistema decadente y corrupto, del fiscal Jesús Murillo Karam quien, en conferencia de prensa, dio por terminada la conferencia con la expresión que tomó estado mundial: #YaMeCansé…
A esas madres, padres y demás familiares que exigen justicia, cómo se les puede expresar “es una barbarie” y “ya me cansé”?
Nadie puede cansarse de exigir justicia. El cansancio y el “basta” debe plantearse para con las autoridades mexicanas que permiten la impunidad y actúan en connivencia con el poder de grupos de carteles de droga.
Que la muerte no sea en vano
43 proyectos de vida deben ser bandera de lucha. Muy a pesar de que lo que está sucediendo en México excede un análisis simple como este, lo que queda claro es lo altamente colonizad@s que aun siguen estando much@s de los mexicanos y mexicanas. Una marcha de “damas de blanco” (vaya coincidencia) en Guerrero, manifestando contra los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa…
En la tierra que fue la cuna de la independencia estos trágicos hechos deben servir para replantear la política, para lograr cambios en la justicia, cambios profundamente necesarios para México.
Precisamente porque, como resultado de la búsqueda de los jóvenes, fueron apareciendo otras fosas con restos. Casi a diario comenzaron a aparecer fosas comunes donde habían sido tirados cadáveres de muertos por la represión y la soberbia del poder… Incluso encontraron los restos del sacerdote John Ssenyondo, desaparecido en abril de 2014. Cada día se “destapaba la olla” y el mundo seguía conociendo la realidad que padecen miles de personas.
Es claro que debe terminar la violencia institucionalizada por un Estado que la consiente.
43 razones para ello:
Estudiantes desaparecidos
Abel García Hernández
Abelardo Vázquez Periten
Adán Abrajan de la Cruz
Antonio Santana Maestro
Benjamín Ascencio Bautista
Bernardo Flores Alcaraz
Carlos Iván Ramírez Villarreal
Carlos Lorenzo Hernández Muñoz
César Manuel González Hernández
Christian Alfonso Rodríguez Telumbre
Christian Tomas Colón Garnica
Cutberto Ortíz Ramos
Dorian González Parral
Emiliano Alen Gaspar de la Cruz
Everardo Rodríguez Bello
Felipe Arnulfo Rosas
Giovanni Galindes Guerrero
Israel Caballero Sánchez
Israel Jacinto Lugardo
Jesús Jovany Rodríguez Tlatempa
Jonas Trujillo González
Jorge Álvarez Nava
Jorge Aníbal Cruz Mendoza
Jorge Antonio Tizapa Legideño
Jorge Luis González Parral
José Ángel Campos Cantor
José Ángel Navarrete González
José Eduardo Bartolo Tlatempa
José Luis Luna Torres
Joshvani Guerrero de la Cruz
Julio César López Patolzin
Leonel Castro Abarca
Luis Ángel Abarca Carrillo
Luis Ángel Francisco Arzola
Magdaleno Rubén Lauro Villegas
Marcial Pablo Baranda
Marco Antonio Gómez Molina
Martín Getsemany Sánchez García
Mauricio Ortega Valerio
Miguel Ángel Hernández Martínez
Miguel Ángel Mendoza Zacarías
Saúl Bruno García
Notas:
1.- Petición firmada por intelectuales y académicos de 60 países y 500 universidades; centros de investigación, organizaciones civiles y ciudadanos de todo el mundo denunciaron irregularidades en la investigación de los desaparecidos, e incluso los obstáculos a la justicia de las propias autoridades
2.- Los colores de la bandera de México simbolizan los postulados del Plan de Iguala: el blanco, la religión; el verde, la independencia; y el rojo, la unión.
3.- Obama ofrece ayuda forense a México por el caso de Ayotzinapa
Más artículos de la autora
* Mónica Oporto es miembro de la Asamblea de redacción de LQSomos.
Fuentes:
– Cuando los que torturan bloquean a los que curan
– Obama ofrece ayuda forense a México por el caso de Ayotzinapa
Vamos México, NI UN PASO ATRAS!!!
Nuestra indignación pesa mucho más que el cansancio por condenar una y otra vez estos hechos. No podemos si no repetir, en todas las lenguas conocidas: ¡Con vida se los llevaron, con vida los queremos! Que no se apague este grito en ningún país, hasta que aparezcan y paguen sus crímenes los asesinos de estos y de los otros que lo fueron antes que estos.