Bochornoso espectáculo protofascista en Calahorra
Javier Sáenz Munilla*. LQS. Diciembre 2019
Manifestación en Calahorra en solidaridad con los políticos catalanes encarcelados y los jóvenes de Alsasua, y respuesta de intolerancia protofascista
Una pequeña reflexión sobre el vergonzoso espectáculo protagonizado en mi pueblo, el sábado pasado, por hordas de energúmenos blandiendo amenazantes banderas, dizque, constitucionales y otros estandartes fascistas como la enseña de los paramilitares requetés.
Por lo que sé, la mayor parte de quienes engrosaron la turbamulta llegaron de fuera, principalmente de la Comunidad Autónoma Navarra. Y su salvaje actuación consistió en impedir ejercer su derecho constitucional de expresión y manifestación a quienes habían solicitado y logrado el preceptivo permiso.
Se podrá estar o no de acuerdo con los motivos de los convocantes (Hegoalde, el sur), pero en una democracia, tenían derecho a manifestarse pacíficamente, como así se lo reconoció la Delegación del Gobierno en La Rioja.
Los energúmenos que se lo impidieron, violaron ese derecho, cometieron un delito y aunque en sus gritos farfullaban a la policía que apaleara a los de Hegoalde, fueron ellos los que se ganaron los palos.
Calentaron los ánimos los irresponsables que colocaron panfletillos mentirosos, relacionando a los convocantes con los dos atentados de ETA en Calahorra. Un acto irracional, que bien podría llevarse ante los tribunales.
Lamentable y vergonzoso lo sucedido en mi pueblo el día 30. Una vez más los fascistas, con su violencia congénita, han demostrado que son ellos los terroristas.
Son los herederos de aquellos asesinos terroristas que, en el 36, sembraron de sangre y dolor nuestra ciudad y toda España. Si no los frenamos a tiempo, volverá a suceder.
Javier Sáenz Munilla, periodista y analista internacional @pepitorias
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