Cadenas
Patxi Ibarrondo*. LQSomos. Diciembre 2015
A uno le queda la impresión de que, en esta precampaña electoral, los candidatos están sumergidos en la pecera de un “deja vu”, con argumentos muy sobados y lejanos de la realidad de las cosas… o de la Cosa. Es como si hicieran surf sobre la marejada de los problemas y aspiraciones populares. Sobre la espuma de las olas. Ellos se desenvuelven en el contexto de la comunicación contexto: las utopías son cangrejos muertos de insolación por falta de agua.
Sometidos a las exigencias del perfil más atractivo en los telediarios y espoleados por la tiranía de los sondeos, acoplan el discurso a ese magma de cifras e intenciones, más o menos fantasmagóricas. Estos de ahora son los momentos estelares de los agentes de imagen y “coachs” de diversa condición y ortografía.
Puesto que lo que se pretende es ganar a los contrincantes y no convencer ni transformar una sociedad tan prieta de justicias y libertades, nos hablan desde los púlpitos catódicos de alargar, barnizar, recomponer, hacer en fin más atractiva, la cadena que sujeta los egos personales y los canaliza hacia el depósito inmenso de la luz de gas. Nadie habla ya de quitar las cadenas (al menos las más evidentes) y procurar un país y un mundo menos tramposo y siniestro.