Cap pacte, cap rei. El poble català decideix
Después de que el sábado la “Marcha de la Dignidad”rodeara con más de 1.500 personas el Palau de la Generalitat de Catalunya al grito de pan, trabajo y techo, el domingo 22 junio miles de ciudadanos recorrieron las calles de Barcelona bajo el lema: “Cap pacte, cap rei. El poble català decideix”(Ningún pacto, ningún rey. El pueblo catalán decide”).
Una treintena de organizaciones políticas, sindicales y sociales convocaron la manifestación republicana y soberanista que tuvo lugar el domingo en Barcelona. Con el apoyo y participación de los partidos parlamentarios IC-EUiA, CUP y ERC, y organizaciones como ProcésConstituent, Assamblea Nacional Catalana, Sobirania i Progrés, Comissió Internacional de CiutadansEuropeus (ICEC), etc., y las organizaciones extraparlamentarias Corrent Roig (Corriente Roja), Partit Comunista del Poble de Catalunya (PCPC), Endevant (Organización Socialista de Liberación Nacional), o los sindicatos como CGT, Sindicat d’Estudians dels Paísos Catalans o la Inrtersindical-CSC, entre otros.
Por una República Catalana
A la hora prevista, las 11,30, los primeros grupos empezaron a llegar a la plaza de la Universidad de Barcelona. Juntos pero no revueltos, las senyeras y las banderas esteladas independentistas compartían, en número similar a las republicanas, el espacio central de la plaza. El recorrido previsto iba de dicha plaza a la de Sant Jaume, lugar de las sedes el Palau de la Generalitat y del Ajuntament de Barcelona. El centro urbano estaba lleno de turistas, pero vacío de vecinos locales por el largo puente de la festividad de Sant Joan, lo que restó participación ciudadana a la convocatoria, como los propios organizadores reconocieron. En representación de la organización, Carles Riera nos explicó: “Consideramos que vivimos en un régimen y sistema político, en general, antidemocrático, y en el caso de la monarquía española, la consideramos finiquitada y deslegitimada. Nosotros reivindicamos el fin de este régimen, tanto en su dimensión estatal, como en la autonómica. Por ello reivindicamos el derecho a decidir, el derecho a autodeterminación de nuestro pueblo, para que los catalanes, sin ningún tipo de límite a priori, puedan decidir su futuro, tanto a nivel de modelo político, como económico, o por la independencia del Estado español. De ninguna manera, el derecho a decidir debe ser convertido o transformado en un nuevo pacto de Estado, un pacto entre élites para perpetuar el continuismo de manera maquillada”.
Por su parte el representante de ERC, Cesc Iglesias declaró: “Sólo hay una opción factible y creíble, que es la de trabajar por una República Catalana, la otra es la imposición de Felipe VI”. RicardGomà, representante de Iniciativa per Catalunya Verds y teniente de alcalde en el ayuntamiento de Barcelona, dijo: “Nos encontramos otra vez en la calle en este contexto en el que se ha producido sucesión dinástica, que puede ser constitucional, pero está muy lejos de la lógica democrática. Puede ser legal, pero tiene un déficit de legitimidad democrática. Es la expresión de una monarquía que hace tiempo que entró en un proceso de descrédito y de degradación galopante, y que es la expresión, también, de un viejo régimen que está en su ciclo final y de agotamiento. Estamos en una buena situación para que la ciudadanía lo decida todo, para entrar en un proceso constituyente en todos los ámbitos y aprovechar para conseguir ampliar la democracia, esto pasa porque la ciudadanía pueda decidir la forma de Estado y la relación entre Catalunya y España”. El diputado de las CUP, QuimArrufatlanzó el mensaje de que no considera a Felipe VI como un interlocutor válido para negociar con Catalunya, para luego añadir: “El 9 de noviembre, la mayoría política y social catalana, ha acordado que se vote para decidir por la independencia de Catalunya. No hay espacio para pactos por arriba, a través de la monarquía u otros interlocutores antidemocráticos que no respeten el derecho a decidir del pueblo catalán, pero no para decidir en abstracto, sino sobre la posibilidad de ser un Estado independiente. En eso se ha basado el acuerdo y el compromiso político de las fuerzas catalanas, y no vamos a aceptar, ni de CiU, ni del gobierno de Catalunya, ni de la monarquía o el bipartidismo español, que se nos escamotee esto por un pacto o una nueva transición fallida a cambio de no sé qué prebendas”.
Por una Catalunya social y solidaria
Y la manifestación echo a andar con tres bloques bien definidos. En la cabeza iban los representantes de las organizaciones convocantes y de los partidos, cuyos líderes más conocidos parecen que delegaron protagonismo y presencia en sus compañeros de filas. Los gritos y consignas soberanistas y identitarias eran más abundantes en este parte de la manifestación; los gritos como: “Independencia para cambiarlo todo”, “Ni pacto, ni rey, proceso constituyente” o “Los catalanes no tenemos rey. Ni rey ni transición” animaron el recorrido que, por un fallo técnico, no contó con el debido servicio de megafonía que enmudeció cruzada la plaza de catalunya. En un segundo bloque los lemas sociales iban precedidos por dos pancartas, una del ProcésContituent que rezaba: “No al pago de la deuda”, y la de la Assamblea Nacional Catalana, con el lema: “Sí a una Catalunya social y solidaria. Sí a la República Catalana Independiente”.
Monarquía o República… ¡referéndum ya!
En la cola de la manifestación la abundancia de banderas republicanas era mayoritaria. Banderas republicanas con la estrella roja de cinco puntas, con el símbolo de las brigadas internacionales o con el escudo constitucional de la Segunda República. La tricolor se mezclaba con senyerasy banderas rojas. Aquí los gritos republicanos y pro referéndum monarquía o república eran los más abundantes.
La manifestación transcurrió sin ningún incidente, sólo a su paso por enfrente de la Dirección General de la Policía de Vía Laietana se produjo una gran ovación cuando, unos jóvenes, desplegaron una bandera esteladadesde la azotea del edificio de enfrente de la comisaría. La manifestación terminó en la plaza de Sant Jaume reclamando la independencia y al grito: “La mejor transición, la autodeterminación”.