Centro del horror franquista: Vía Laietana 43, Barcelona
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Aquí no hicimos ninguna revolución con nombre de flor quizás por eso a Lisboa existe el Museo do Aljube Resistência e Liberdade y aquí no…
129 concentración de Verdad, Justicia y Reparación. Queremos un centro de interpretación de represión en Vía Laietana
La Comissió de la Dignitat, entidad hermana que forma parte de nuestra Mesa de Catalunya d’Entitats Memorialistes, este julio está llevando a cabo una serie de concentraciones ante el edificio de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña en Vía Laietana, edificio de los horrores de la dictadura, para reivindicar que se convierta en un centro de interpretación de la represión y la tortura. Reivindicación compartida y exigida por otras muchas entidades. Hoy nos convertimos en altavoz de esta petición de verdad, justicia y reparación y de denuncia de las carencias democráticas del estado español.
Más de una cosa apesta en el Reino de España, un olor nauseabundo que sube desde sus cloacas de represión y corrupción y que procede también de los sótanos de muchos edificios oficiales donde se torturó sin piedad y hasta la muerte. Este olor a podrido te asalta cuando pasas por delante del número 43 de la vía Laietana. El hedor del sadismo de los torturadores por encima del olor del dolor, el miedo y la humillación de sus víctimas.
Este edificio histórico, que fue sede de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña en tiempo de la República y desde el cual el Presidente Lluís Companys dirigió la sofocación del golpe de estado en julio de 1936, tiene que volver al pueblo de Catalunya y tiene que convertirse en un lugar de memoria. En 2019 se instaló un atril con un plafón explicativo de la represión en Vía Laietana que fue quemado dos días después sin que ningún policía viera nada, ni ninguna cámara de la Jefatura registrara alguna imagen. Esta casualidad puede ser debida a que para la policía el ataque era la colocación de este punto de memoria próximo a su edificio tal como comunicó el Sindicato Unificado de Policía exigiendo su retirada. Esto dice mucho de la calidad democrática de este cuerpo si se sienten interpelados por esta placa.
El 2017 se aprobó una proposición no de ley, que como ya sabemos no tiene ninguna fuerza vinculante, por la cual en un futuro sin determinar se podría contemplar la reconversión del edificio en un espacio museístico. Una PNL es una flor que se marchita en el búcaro del estado español y más si se quiere poner luz a la oscuridad de la represión fascista. En 2019 también el Ayuntamiento de Barcelona aprobó que vía Laietana se convirtiera en un espacio de memoria de la represión franquista. Pero estamos en 2021 y nos encontramos en un escenario peor que el del 2017. El actual jefe del Ministerio del Interior, Fernando Grande-Marlaska, antes juez de la Audiencia Nacional, no quiere ceder el edificio. El ministro fue juez instructor de casos que han supuesto reiteradas condenas en el estado español por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por no haber investigado las torturas denunciadas por personas detenidas, algunas de estas han explicado que lejos de ampararlos mantenía una postura burlona. Este año el ministro respondió en una sesión de control del Senado que no veía motivos para trasladar la Jefatura de la Policía Nacional de Via Laietana y que el gobierno no lo contempla porque no quiere privar a la sociedad catalana de la posibilidad de que las fuerzas de seguridad operen con las infraestructuras adecuadas, además de recalcar que ya hay otros espacios de memoria en Cataluña. Cinismo.
Todo el mundo sabe que hoy un edificio de estas características no es operativo, pero para ellos el número 43 de Vía Laietana es como su pica en Flandes en medio de la capital de Catalunya, una muestra de este orgullo propio de los Tercios bajo mando real en su afán de conquista. No quieren que este símbolo se convierta en un museo del terror que muestre a todo el mundo las salvajes torturas de la Brigada Político Social a sindicalistas, estudiantes y a todo disidente del régimen fascista. Se trata de esconder bajo la alfombra heredada de la dictadura de la monarquía constitucional lo que pasó entre los muros de edificios como la Dirección General de Seguridad convertida en sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Una alfombra que es una losa para las centenares de miles de víctimas republicanas, antimonárquicas, antifascistas de ayer y de hoy. Porque la represión no se paró con la muerte del dictador en su cama. Aquí no hicimos ninguna revolución con nombre de flor quizás por eso a Lisboa existe el Museo do Aljube Resistência e Liberdade y aquí no. Un museo de memoria de las víctimas de la PIDE, policía política de la dictadura portuguesa, en uno de sus centros de detención y tortura. Este museo forma parte de las recomendaciones de la página oficial de turismo de la ciudad de Lisboa. En la web do Aljube se puede leer que este museo quiere proyectar la valorización de la memoria de la lucha contra la dictadura en la construcción de una ciudadanía ilustrada y responsable y asumiendo la lucha contra el silenciamiento que disculpa la dictadura, y muchas veces cómplice del régimen dictatorial. Y acaba su listado de pretensiones diciendo que el futuro se crea en el presente como memoria del pasado. El estado español en cambio en vez de destapar los crímenes de lesa humanidad del franquismo y la transición los esconde convirtiendo campos de concentración en Paradores Nacionales como el de San Marcos en León.
En el caso de la Via Laietana borrar su pasado nos costará 2.005.683,52 euros, al menos sobre el papel, seguro que la cifra final no será esta. En enero de este año se concedió a Ferrovial Conservación S.A. la obra de acondicionamiento del edificio de Vía Laietana, 43 como expone el Ministerio en su licitación. Esta empresa pertenece al Grupo Ferrovial que tiene su fundación en pleno franquismo en 1952 y creció a la sombra del Régimen. En 1995 compró Agromán, empresa que participó en la construcción del Valle de los Caídos con mano esclava de represaliados del franquismo, pasando a denominarse Ferrovial Agromán hasta el 2020 que se convirtió en Ferrovial Construcción. Se ha demostrado en sede judicial que este grupo pagó comisiones a cambio de concesiones de obra pública sin pagar por ello.
Dentro de unos meses no sabemos si quedará dentro de la Jefatura Provincial de Policía de Cataluña algún espacio que nos hable de las torturas que allí se practicaban y lo más triste es que esta miserable contribución al olvido se habrá pagado con nuestros impuestos. Una perversión más del reino de la impunidad. Y en el supuesto de que sean escuchadas nuestras voces y por fin la Policía Nacional abandone el edificio, histórico buque insignia de las violaciones de derechos humanos en Cataluña, no tenemos ninguna garantía que los archivos de la represión, que se crearon allí, se puedan consultar libremente. Puede ser que nos digan como al diputado Jon Iñarritu, cuando pidió información sobre el fusilamiento en Hoyo de Manzanares de los miembros del FRAP condenados a muerte y ejecutados el 27 de septiembre de 1975, que no tienen información. El Ministerio de Grande Marlaska le respondió a Iñarritu que los lamentables sucesos por los que preguntaba se produjeron en un régimen político diferente del actual, una dictadura que disponía de un marco normativo y una estructura de estado diferente, en la que se aplicaba el código penal militar a civiles. Aclaraciones sospechosas y normalización de la dictadura. El Ministerio del Interior dice que se desconocen el nombre de los miembros de los pelotones de fusilamiento. Indecencia.
Mientras todo esto pasa crece el fascismo y aquello que llamaban franquismo sociológico y que parecía no molestar es ahora franquismo desacomplejado que se expresa con agresividad y a coste cero. Las personas que han estado ante Vía Laietana reclamando que el edificio del terror sea testimonio público de la represión vivida durante décadas por los antifascistas, haciendo públicos los nombres de los funcionarios de la dictadura que cometieron crímenes contra la humanidad, han tenido que sufrir insultos. Peatones increpando las víctimas y a sus defensoras y gritando vivas a la Policía Nacional. Que este julio tengamos que cumplir 85 años desde el golpe de estado fascista sufriendo estas humillaciones nos obliga a preguntarnos hasta cuando podremos tolerar estas ofensas.
Y estamos así porque los golpistas cruzaron el Ebro y pasaron. Y vuelven y vuelven a pasar y no podemos agachar la cabeza como vencidos sin esperanza porque nos jugamos vivir en un futuro que como único horizonte tenga la vulneración de nuestros derechos a golpes de represión. Digamos basta y luchemos por los derechos de nuestras víctimas del franquismo y la transición, que son los nuestros y los de la ciudadanía de mañana. Por eso exigimos que Via Laietana sea un espacio de memoria de la represión sufrida por todas aquellas personas que lucharon contra el franquismo, un espacio de antifascismo. También exigimos que el monumento franquista de Tortosa desaparezca de un río por el que corrió la sangre de miles de antifascistas luchadores por la libertad que no se merecen este insulto. El año 1966 el dictador inauguró el monumento de Tortosa para conmemorar sus cínicos “25 años de Paz”. Un nuevo homenaje a los golpistas mientras los defensores de la República hace más de 8 décadas que no pueden descansar en paz por culpa de un Reino de España donde la Verdad, la Justicia y la Reparación se ahogan en sus oscuras aguas de impunidad cada día.
Ens trobem el 31 de juliol a Sant Jaume. Salut i bon estiu!
– Foto de protada de Jordi Ferrer
* Mesa de Catalunya d’Entitats Memorialistes
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