China continúa aumentando su independencia del dólar y su autonomía financiera

China continúa aumentando su independencia del dólar y su autonomía financiera

Por Pedro Barragán*

Reduce a 759.000 millones de dólares sus bonos norteamericanos frente a los más de 1,3 billones que ha llegado a tener

China ha reducido progresivamente su tenencia de bonos del Tesoro de Estados Unidos como parte de una estrategia deliberada para fortalecer su autonomía financiera y reducir su dependencia del dólar. Durante años, la acumulación de estos activos ha sido una necesidad dentro de la gestión de reservas internacionales, pero el nuevo panorama económico y geopolítico ha llevado a Beijing a diversificar sus inversiones y a mitigar riesgos asociados a la inestabilidad financiera de Estados Unidos.

La economía china busca consolidar su crecimiento sin estar excesivamente expuesta a las políticas monetarias de la Reserva Federal, cuyos aumentos en las tasas de interés han reducido la rentabilidad de los bonos del Tesoro. Al mismo tiempo, las ya habituales crisis sobre el techo de la deuda en Washington han generado incertidumbre sobre la estabilidad de estos activos, lo que refuerza la necesidad de buscar alternativas. Beijing ha aumentado la compra de oro, diversificado su cartera de reservas con otras monedas y promovido el uso del yuan en transacciones internacionales, reduciendo la influencia del dólar en el comercio global.

Otro factor clave en esta estrategia es la creciente rivalidad de Estados Unidos contra China. A medida que las tensiones comerciales y tecnológicas se intensifican, China busca reducir su vulnerabilidad a posibles sanciones financieras o restricciones impuestas por Washington. Mantener una alta exposición a la deuda estadounidense implica depender de un sistema financiero que podría volverse adverso en cualquier momento, lo que hace necesaria una transición hacia una estructura más resiliente.

Sin embargo, la reducción de la tenencia de bonos no significa un abandono total de los activos estadounidenses. Beijing sigue utilizando cuentas de custodia en otros países y mantiene inversiones en otros instrumentos financieros de Estados Unidos. La estrategia no es de ruptura, sino de reequilibrio: reducir el peso de los bonos del Tesoro en favor de una cartera más diversificada que garantice mayor estabilidad y control sobre los recursos chinos en un entorno internacional cada vez más volátil.

Las reservas de divisas de China

China posee las mayores reservas de divisas del mundo, con aproximadamente 3,3 billones de dólares. Le sigue Japón, con reservas que rondan los 1,2 billones de dólares. Otros países con reservas significativas incluyen a Suiza, Arabia Saudita o Rusia, cada uno con cifras que oscilan entre 500.000 y 800.000 millones de dólares.

China ha gestionado sus reservas internacionales con el objetivo de garantizar la estabilidad financiera del país y fortalecer su soberanía económica en un entorno global cada vez más incierto. Con un volumen total que supera los 3,3 billones de dólares, estas reservas han sido fundamentales para respaldar la estabilidad del yuan, asegurar la liquidez en tiempos de crisis y proteger la economía de shocks externos. Durante años, los bonos del Tesoro de Estados Unidos han representado una parte clave de estas reservas, proporcionando rendimientos estables y liquidez, pero en los últimos tiempos su importancia ha disminuido en favor de una estrategia de diversificación más amplia. Actualmente, China posee aproximadamente 759.000 millones de dólares en estos bonos, una cifra mucho menor que los más de 1,3 billones que llegó a tener en 2013. Este ajuste responde a la necesidad de reducir la exposición a riesgos financieros asociados con la creciente deuda estadounidense y la inestabilidad de su política fiscal y monetaria.

Como parte de su estrategia de diversificación, China ha incrementado la proporción de sus reservas en otras divisas y activos financieros globales. La presencia de euros, yenes y libras esterlinas ha aumentado significativamente, reflejando la importancia de los lazos comerciales con Europa y Japón. La acumulación de reservas en monedas alternativas fortalece la capacidad del país para afrontar fluctuaciones en el dólar y reducir su dependencia de una única economía. Además, China ha incrementado su participación en bonos soberanos de mercados emergentes (Brasil y Rusia), fortaleciendo su cooperación con países estratégicos y promoviendo un sistema financiero multipolar. En este contexto, el oro también ha adquirido un papel central en la estrategia de reservas. En los últimos años, el Banco Popular de China (PBoC) ha acelerado la compra de oro, acumulando más de 2.100 toneladas, lo que representa alrededor del 4% de las reservas totales. Esta decisión busca reforzar la estabilidad del país ante posibles sanciones financieras y ofrecer una alternativa sólida a las reservas denominadas en dólares.

El fondo soberano China Investment Corporation

El China Investment Corporation (CIC), con una cartera que gestiona alrededor de 1,35 billones de dólares en activos globales, no forma parte directa de los 3,3 billones de dólares en reservas internacionales de China, aunque parte de su capital inicial provino de ellas. Cuando el gobierno chino creó el fondo soberano en 2007, transfirió 200.000 millones de dólares desde las reservas oficiales administradas por el Banco Popular de China para financiar sus inversiones en el extranjero. Desde entonces, el CIC ha expandido su cartera, pero esta no se contabiliza dentro de las reservas internacionales de China.

Las reservas oficiales, bajo el control del Banco Popular de China, están compuestas principalmente por bonos del Tesoro de Estados Unidos, euros, yenes, depósitos en divisas y oro. Su función principal es garantizar la estabilidad del yuan, proporcionar liquidez en caso de crisis financiera y respaldar la política monetaria del país. En cambio, el CIC opera como un fondo soberano con el objetivo de generar rendimientos a largo plazo invirtiendo en bolsas internacionales, infraestructura, bienes raíces y energía, actuando de manera más autónoma en sus estrategias financieras.

Aunque el capital inicial del CIC se derivó de las reservas, la administración de sus activos es independiente, lo que significa que sus inversiones y rendimientos no se incluyen en el cálculo de las reservas internacionales de China. El gobierno chino ha utilizado esta estrategia para diversificar su exposición financiera global, separando la gestión de las reservas oficiales de la actividad de inversión a largo plazo del CIC.

Recursos dedicados a financiar proyectos de infraestructura en la Iniciativa de la Franja y la Ruta

Otra medida clave para la reducción de los activos en dólares ha sido la asignación de una parte de las reservas a inversiones estratégicas en el desarrollo global. A través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, China ha destinado recursos a proyectos de infraestructura en Asia, África y América Latina, fortaleciendo su cooperación al desarrollo y reduciendo la necesidad de mantener activos estadounidenses. Con datos al cierre de 2023, la inversión acumulada en la Iniciativa de la Franja y la Ruta superó la marca de 1 billón de dólares (1,016 billones), con alrededor de 596 mil millones de dólares en contratos de construcción y 420 mil millones de dólares en inversiones no financieras.

La financiación proviene de diversas fuentes, incluyendo el Banco de Desarrollo de China (CDB) y el Banco de Exportación e Importación de China (China Exim Bank), que han otorgado miles de millones en préstamos para la construcción de carreteras, puertos, ferrocarriles y plantas de energía en países de Asia, África, América Latina y Europa. Además, el Fondo de la Ruta de la Seda, establecido en 2014 con un capital inicial de 40.000 millones de dólares, se creó específicamente para apoyar proyectos estratégicos dentro de la iniciativa.

La previsible reconfiguración de las reservas monetarias chinas

La reconfiguración de las reservas chinas no responde a una decisión aislada, sino a un análisis profundo de las condiciones económicas y políticas internacionales. La creciente inestabilidad en la política fiscal de Estados Unidos, marcada por un endeudamiento creciente y frecuentes crisis en torno al techo de la deuda, ha incrementado la percepción de riesgo sobre la fiabilidad de los bonos del Tesoro estadounidense como activo seguro. A esto se suma el uso creciente del dólar como herramienta de presión geopolítica, lo que ha llevado a China a buscar alternativas que refuercen su autonomía económica y reduzcan su vulnerabilidad ante posibles sanciones financieras, como las impuestas a otros países en el pasado.

La estrategia de diversificación de reservas no solo implica una reducción paulatina de la tenencia de deuda estadounidense, sino también un aumento de la participación de activos en otras divisas, como el euro, el yen japonés y el franco suizo, así como una mayor apuesta por el oro, que se ha consolidado como un activo estratégico en el respaldo de la estabilidad monetaria del país.

Al mismo tiempo, la promoción del yuan como una moneda clave en el comercio internacional ha permitido reducir la necesidad de mantener grandes cantidades de dólares en reserva. China ha impulsado acuerdos de intercambio de divisas (swaps) con varios países, facilitando el comercio en yuanes y reduciendo la dependencia del dólar en transacciones bilaterales. Asimismo, la internacionalización del yuan se ha visto respaldada por su inclusión en la cesta de Derechos Especiales de Giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional, lo que refuerza su papel como moneda de reserva global.

Lejos de ser un abandono total de los activos estadounidenses, este ajuste representa un paso firme hacia un sistema financiero más equilibrado y resistente, alineado con los intereses estratégicos del país y con su visión de un orden económico global más estable y multipolar. Al diversificar sus reservas y reducir gradualmente su exposición a la deuda de Estados Unidos, China busca consolidar un modelo financiero menos dependiente del dólar, favoreciendo una estructura más descentralizada en la que el yuan juegue un papel más protagonista en el comercio internacional y en la estabilidad monetaria global.

* Pedro Barragán es economista. Miembro de Cátedra China, temática que deja reflejada en su blog personal. Es editor de la web Archivo de la Transición.
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