China y los BRICS ante el control del G7 sobre el FMI
Por Pedro Barragán*
El Sistema monetario definido en Bretton Woods, además del patrón oro del dólar, creó las instituciones de gobernanza monetaria internacional: el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial (inicialmente denominado Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento). A diferencia de Naciones Unidas donde cada país tiene un voto, en el caso de estas instituciones monetarias el voto es ponderado por el tamaño económico de cada país
La lucha de los países BRICS+ para contrarrestar la hegemonía del G7 en el FMI y la evolución hacia un nuevo orden monetario global.
Si nos centramos en el FMI vemos que la Junta de Gobernadores es el máximo órgano decisorio del FMI y está integrada por un gobernador y un gobernador suplente por cada país miembro. Pero el voto de cada miembro depende de la cuota que tiene asignada. En su fundación en 1944 los países desarrollados se atribuyeron la inmensa mayoría de las cuotas de voto en base al criterio de ponderación por el tamaño económico.
Y a partir de ese momento y detentando el control del organismo se han ido negando al derecho al voto de los países en desarrollo según han ido creciendo. La situación al 2 de junio de 2024 (última consultada para este artículo) de las cuotas de voto de los diferentes países en el FMI se presenta en el cuadro adjunto.
Estados Unidos tiene establecida una hegemonía institucional en el sector económico y financiero internacional mediante la manipulación de los sistemas de votación ponderada, las reglas y los arreglos de las organizaciones internacionales. La situación es totalmente anómala y solo con el control que ejerce sobre ambos organismos esta perpetuando una situación de dominio que hace mucho tiempo tendría que haber cambiado de acuerdo con el criterio de ponderar el voto por el tamaño económico. Los países desarrollados del G7 (Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido) tienen una amplia mayoría para tomar todas las decisiones, a pesar de no contar con el peso económico para hacerlo, ni desde luego con la población mundial de la que solo son una pequeña parte.
Por el contrario, los países BRICS+ (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos e Irán), como más representativos de las países en desarrollo, con una economía superior al grupo occidental anterior solo tienen poco más de la cuarta parte de votos que ellos. Esta situación afecta a todas las decisiones monetarias que se adoptan y juega directamente en detrimento de los países en desarrollo con políticas monetarias directamente relacionadas con la intervención política en los países en desarrollo en apoyo de la geopolítica norteamericana.
En cifras, la población de los países BRICS+ es el 44,49 % de la población mundial frente al 9,72 % de los países del G7; el PIB en paridad del poder de compra de los países BRICS+ es el 36,45 % del total mundial en 2023 frente al 29,44 % del PIB de los países del G7; y todo ello es ignorado en el Fondo Monetario Internacional que otorga unas cuotas de voto a los países BRICS+ de tan solo el 11,96 % frente al 38,61 % de los países del G7. Se trata de una situación anómala en la que un pequeño grupo de países bloquea las instituciones financieras internacionales para impedir la actualización de la participación de los países emergentes.
La manipulación del sistema de cuotas del FMI se realiza actualmente a través de una fórmula acordada en 2008 para perpetuar el dominio occidental. Esta arbitraria fórmula o factor de conversión es 0,50 * PIB + 0,30 * Grado de apertura + 0,15 * Variabilidad + 0,05 * Reservas.
La posibilidad de que esta situación se normalice a corto o medio plazo es prácticamente inexistente. El cumplimiento de las normas fundacionales del FMI por parte de Estados Unidos, ajustando los derechos de voto de cada país a su tamaño económico real, no solo conllevaría la pérdida del control absoluto que tiene ahora de todas las decisiones que se adoptan en el FMI. La normalización del funcionamiento del FMI a la situación real del mundo hoy supondría para Estados Unidos la pérdida incluso de la sede del FMI y del Banco Mundial en Washington (acordada en 1946 y ratificada en 1978). Pensar que Estados Unidos pueda permitir que le “arrebaten” su control, por muy irregular que sea, de estas instituciones sobre las que ha basado su hegemonía, es algo totalmente incompatible con las políticas de supremacía norteamericanas que están en este momento dispuestas a una guerra total con tal de impedir el crecimiento económico chino. Nunca lo va a permitir.
Los BRICS+ como alternativa al sistema monetario dominado por el dólar
BRICS+ es una asociación de naciones emergentes que busca promover la cooperación y el diálogo entre ellos en diversas áreas, como la economía, la política y la cultura.
El grupo BRICS fue creado en 2006 y se formalizó en 2009 con la inclusión de Sudáfrica. Desde entonces, los líderes de estos países se reúnen anualmente en una cumbre BRICS para discutir temas de interés común y fortalecer la colaboración entre ellos. Este año se han incorporado al grupo Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos e Irán constituyendo lo que se ha dado en llamar BRICS+.
Los países BRICS+ representan una parte significativa de la población mundial (el 44,49 %), y de los recursos naturales y el producto interior bruto (PIB) global. El grupo de naciones BRICS+ representa más de un tercio de la producción económica mundial (el 36,45 %), y su producción combinada es notablemente mayor que las economías del Grupo de los Siete (G7) (Estados Unidos, Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y Reino Unido).
Además, BRICS+ ha creado instituciones financieras como el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), también conocido como el Banco de Desarrollo BRICS, que tiene como objetivo proporcionar financiamiento para proyectos de desarrollo en los países miembros y en otras economías emergentes y en desarrollo. El Banco de Desarrollo BRICS es una alternativa directa a las estructuras transnacionales como el FMI y el Banco Mundial.
En estos momentos hay numerosos países que han expresado su interés por incorporarse a BRICS: Argelia, Bahrein, Bangladesh, Bielorrusia, Zimbabue, Kazajstán, México, Nigeria, Nicaragua, Pakistán, Senegal, Siria, Sudán, Tailandia, Túnez, Turquía, Venezuela y Uruguay. Además de una parte de estos países, en la reunión del año pasado celebrada en la cumbre de Sudáfrica participaron como invitados los jefes de Estado de Indonesia, Camboya, Malasia y Uzbekistán.
El Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) es un banco de desarrollo multilateral orientado a la cooperación Sur-Sur, establecido y dirigido por economías en desarrollo y emergentes. La estructura de gobierno del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) es radicalmente diferente a la del Banco Mundial. Todos sus miembros tienen los mismos derechos de voto y ningún país tiene derecho a veto. Nada que ver con lo que hemos analizado de las instituciones financieras internacionales del FMI y el BM. En términos de inversión y financiamiento, el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) utiliza las monedas locales de los países miembros, lo que reduce efectivamente el riesgo de tipo de cambio de los proyectos de préstamo e impulsa los mercados de capital locales.
Las adhesiones al Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) ampliarán los horizontes del Banco que podrá financiar más proyectos en monedas nacionales, fortaleciendo los mercados nacionales y protegiendo a los clientes del riesgo de las fluctuaciones del tipo de cambio.
Con el desarrollo de los BRICS+ es patente el avance en el proceso de desdolarización del sistema financiero internacional y el nacimiento de un nuevo paradigma en el mundo de las finanzas capaz de organizarse de una forma cooperativa entre todos los países, sin la hegemonía norteamericana, orientada al apoyo de los países del sur y estableciendo políticas de gobernanza social basadas en el respeto a los diferentes sistemas sociales y políticos de cada país.
La posición de China
La necesidad de remodelación del sistema financiero internacional nacido de Bretton Woods esta estrechamente ligada a las nuevas tendencias de desdolarización de la economía mundial. El dólar estadounidense domina totalmente el sistema monetario internacional, pero las políticas financieras llevadas a cabo por la Reserva Federal de Estados Unidos en los últimos años, para hacer frente a su situación inflacionista, han provocado enormes efectos negativos que han alcanzado a muchos países en desarrollo y también a los países desarrollados como el Reino Unido, la Unión Europea y Japón. Efectos negativos caracterizados por la devaluación de las monedas y la caída del crecimiento económico.
La posición de China respecto al papel internacional del yuan es de prudencia y se está centrando en impulsar la libre convertibilidad bajo la cuenta de capital, en el desarrollo de productos financieros denominados en yuanes y en el uso de esta moneda en la liquidación transfronteriza del comercio exterior.
De acuerdo con los informes presentados en el Foro Financiero Global PBCSF de Tsinghua 2024, celebrado en Hangzhou, China, la internacionalización del yuan ha avanzado en su uso para la liquidación de las operaciones comerciales internacionales, así como en la utilización por otros países como reserva monetaria denominada en yuanes (a finales de 2023 ascendía a 261.730 millones de dólares, el 2,29 por ciento del total de reservas de divisas con composiciones monetarias específicas) y en la participación de los inversores extranjeros en el mercado de bonos chino. Igualmente se destaca la estabilidad del yuan a pesar de la depreciación de las principales monedas asiáticas frente al dólar estadounidense.
En relación con la crisis del sistema financiero internacional provocado por las políticas financieras de la Reserva Federal norteamericana y por el uso del dólar como instrumento militar para imponer sanciones a otros países, China está proponiendo un sistema abierto e inclusivo donde las economías emergentes estén mejor representadas, que favorezca la estabilidad financiera global y que se base en el conjunto de monedas en lugar del predominio del dólar.
Frente a las dificultades para desbloquear la gobernanza de las instituciones financieras internacionales (FMI y Banco Mundial), China está fortaleciendo la coordinación entre el yuan y las monedas extranjeras y mejorando los acuerdos institucionales básicos para el uso transfronterizo del yuan, en un intento por acelerar la internacionalización del yuan y mejorar la apertura de su sector financiero. Como principal componente de los BRICS+, el PIB de China en paridad de poder de compra es el 52,2 % del PIB total de todos los países BRICS+, estos cambios financieros en China suponen una oportunidad para el resto de países BRICS+ y un avance en el proceso de desdolarización del sistema financiero internacional.
* Pedro Barragán es economista. Miembro de Cátedra China, temática que deja reflejada en su blog personal. Es editor de la web Archivo de la Transición.
Más artículos del autor
Comparte este artículo, tus amig@s lo leerán gratis…
Mastodon: @LQSomos@nobigtech.es Telegram: LoQueSomosWeb
Twitter: @LQSomos Facebook: LoQueSomos Instagram: LoQueSomos