Collages. Porno-historia de la humanidad II
Por Nònimo Lustre. LQSomos.
La antigüedad greco-romana
Los romanos adoptaron parte de la herencia griega. Un ejemplo de ese legado: cuando Atenas invadió a sus vecinas, las matronas del Ágora se atiborraron cual nuevas ricas. Y hubo una epidemia de suicidios. Pericles, seguramente por consejo de su esposa, la ex puta Aspasia de Mileto, la cortó por el expeditivo régimen de que las obsesas suicidas fueran expuestas en la Acrópolis -desnudas. Con este edicto, Aspasia, sabia escéptica, reveló la dependencia de Pericles de la sabiduría de una mujer –el Olímpico dependería todavía más de su egolatría. Y la hetaira ilustrada también denunció que Sócrates había entronizado el funesto Diálogo en detrimento de la discusión sustantiva –lo cual hizo estragos en la filosofía de su tiempo. Sólo en el Infierno estaremos a salvo de las argucias socráticas. La otra opción es ir al Cielo. Hemos de escoger entre el reyno de las Nubes de Azúcar o la Gehenna de Azufre y Fuego, ¿bomba glucósida o úlceras sulfurosas? Pero puede haber una tercera opción: asaltar el Cielo con Aspasia (ver “¿Dialoga, dialoga que algo queda?”, nº 13 en Los Pérez, agosto 2019, 50 Collages y un Epílogo para engrosar la Leyenda Negra europea)
En cuanto al Gran Capitán español, cuenta una leyenda –obviamente apócrifa- que el rey le exigió cuentas. El marcial campeón contestó: “Por guantes perfumados para que los soldados no oliesen el hedor de la batalla, doscientos millones de ducados; por reponer las campanas averiadas a causa del continuo repicar a victoria… y por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey a quien he regalado un reino, cien millones de ducados.” Todos los niños españoles tuvimos que aprendernos esta chacota.
Llega el siglo XX
El siglo XX entró en el almanaque defendiendo el expolio imperialista alcanzado a sangre y fuego en el siglo anterior. Se incrementaron el colonialismo y la esclavitud edulcoradas en las metrópolis mediante un porno-casticismo manifestado en operetas, género chico, cuplés y sicalípticos: “El teatro estaba atestado de trampolines, trapecios, redes, catapultas que despedían mujeres cual si fueran balas, y conatos de zarzuelas con imitaciones de animales domésticos y salvajes y asomos cancanísticos” (Fernández de Larrinoa)
Las potencias occidentales no tardaron en pelearse por los despojos de los países empobrecidos –especialmente, los africanos. Y, para mayor escarnio, al breve período entre las dos Guerras Mundiales, ahora lo llaman la belle époque… No lo entendieron los millones de muertos, mutilados, deportados y hasta gaseados con iperita –experimentada contra los Amazigh del Rif. Pero algo cambió cuando las mucamas se hartaron de ser violadas, preñadas y despedidas por sus señoritos. Las aberraciones a las que fueron obligadas tuvieron que trasladarse por la canalla de alcurnia a sus empingorotadas y viciosillas novias. De ahí la sado-maso franja central de este collage.
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