Petro vs. Hernández en Colombia. El sentido del cambio en disputa

Petro vs. Hernández en Colombia. El sentido del cambio en disputa

Petro vs. Hernández en Colombia. El sentido del cambio en disputa.

Por Christian Arias Barona*. LQSomos.

La enorme expectativa de triunfar en primera vuelta se vio acrecentada por una activa participación de las personas que apoyaron al Pacto Histórico, algo que generó un clima de optimismo

Tras la victoria del Pacto Histórico en las elecciones presidenciales del 29 de mayo, quedó un escenario de asombro y tensión. Gustavo Petro y Francia Márquez se mantienen en el liderazgo y el candidato uribista no pasó a segunda vuelta. No obstante, el nuevo contendor que se presenta como independiente, el empresario Rodolfo Hernández, juega a disputarse el discurso del cambio.

La unión de los oponentes a Petro exigirá un mayor esfuerzo para el 19 de junio, donde demostrar las diferencias entre un cambio real y una retórica del cambio será crucial.

El progresismo se consolida como corriente política

Gustavo Petro logró en la primera vuelta presidencial de 2018, 4.851.254 (25,08%) con una participación del 53,4%, mientras Iván Duque logró 7.569.693 (39,14%). En el ballotage de esa misma elección, Duque se impuso como ganador con 10.373.080, mientras Petro logró 8.320.000, siendo la primera vez que el progresismo llegaba a segunda vuelta y alcanzaba una votación de esa magnitud.

Cuatro años después, Petro superó la votación de Duque en primera vuelta y la propia que acumuló en la segunda finalizando con 8.527.421 (40,32%). La mayor sorpresa la dio el exalcalde de Bucaramanga y conocido como outsider político Rodolfo Hernández, quien a principios de la contienda mostraba ventaja suficiente para competir con Petro, pero que en el desarrollo de la campaña se fue desplazando hasta hace una semana, cuando las encuestas le marcaron “empate técnico” con el representante del oficialismo, Federico Gutiérrez. Hernández obtuvo 5.953.199 (28,15%), novecientos mil votos más que Gutiérrez (23,91%).

La enorme expectativa de triunfar en primera vuelta se vio acrecentada por una activa participación de las personas que apoyaron al Pacto Histórico, algo que generó un clima de optimismo. Sin embargo, esa victoria extraordinaria que necesitaban para consolidar el cuadro de situación deseable se obtuvo parcialmente al no superar el 50% de los votos, de modo tal que habrá segunda vuelta como en las tres últimas contiendas electorales para presidente.

La mayoría votó por una alternativa al uribismo

El escenario imprevisto de confrontación con Rodolfo Hernández supone, para Gustavo Petro, la dificultad de enfrentar a otro “rupturista” con quien se disputará en las próximas tres semanas el discurso del cambio. El primer paso lo dio Petro al marcar claras diferencias en su disertación de victoria, mostrándose garante de la estabilidad y la vida, versus la incertidumbre y la muerte.

Inclusive destacó la admiración de Hernández por Adolf Hitler, lo que le ubica como un “trumpista” colombiano.

Aunque la situación deseable para Petro sería tener la oportunidad de desenmascarar al outsider mostrando las flaquezas de su desconocido programa y marcar un contrapunto con sus alianzas, lo cierto es que Hernández evade los debates y posiblemente no conteste con igual entusiasmo el anuncio hecho por Gutiérrez de apoyarle, como también lo explicitaron una serie de representantes del uribismo.

Con estas señales se intuye que el cambio del que habla Rodolfo Hernández no tiene grandes contradicciones con los intereses y aspiraciones del oficialismo.

Las claves para la segunda vuelta

Consumadas la primera vuelta de las elecciones se pueden observar al menos tres claves para analizar el camino al ballotage:

1) El abstencionismo persiste como principal obstáculo para la consolidación de la democracia procedimental y la legitimidad de las propuestas alternativas. El 45,1% se mantiene indiferente a los comicios, fenómeno que se profundiza en zonas del extremo norte (Guajira) y sur (Amazonas), así como en las zonas de conflicto del noroccidente (Antioquia) y nororiente (Norte de Santander).

A pesar de ello, la participación ha crecido en las ciudades, lo que redunda levemente en un incremento nacional respecto a las jornadas previas.

2) Los resultados muestran un rechazo de las mayorías al orden vigente y consuma la crisis de hegemonía del uribismo. En suma, Gustavo Petro, Rodolfo Hernández y Sergio Fajardo representan 15.369.383 (72,67%) de votantes que demandan una política alternativa.

3) Hay que observar el efecto que tendrá una alianza explícita entre Rodolfo Hernández con el uribismo, representado por Federico Gutiérrez, quien llamó a votar por el contrincante de Gustavo Petro en segunda vuelta. Entre las consecuencias posibles se considera:

a) La correspondencia entre Hernández y Gutiérrez podría desalentar votantes del primero por aliarse a quienes representan la continuidad. Una parte del electorado de Hernández lo acompañó porque no se atrevía a votar a Petro, pero lo hizo con vocación de cambio. El desaliento puede decantar en el respaldo al Pacto Histórico, el voto en blanco o la abstención.

b) La oposición entre Hernández y Petro podría movilizar a quienes se abstuvieron para participar. Una opción para superar la crisis económica actual podría ser un motivo estimulante para votar. Más que polarización, es una población que requiere opciones concretas.

Perspectivas

Pese a la derrota del candidato oficialista, que se suma a la enorme pérdida de congresistas en las elecciones de marzo, el uribismo no está acabado. Es posible afirmar que el movimiento que lidera Álvaro Uribe está perdiendo la hegemonía, lo que correlativamente implica la emergencia de una derecha no uribista en torno a la cual tiene oportunidad de reconfigurarse la clase dominante.

Para ratificar su triunfo en segunda vuelta, el Pacto Histórico tendrá que romper la abstención, atraer a electores y electoras de la Coalición Centro Esperanza y encontrar espacios para contrastar su programa y alianzas con el de Hernández, lo que será más difícil si no hay debates.

De imponerse la propuesta contraria, se abriría un capítulo del “trumpismo” en Colombia con el peligro de que ante la falta de estructura para gobernar, Rodolfo Hernández conforme un gabinete con una selección de referentes tradicionales.

* Politólogo, docente e investigador de la Universidad de Buenos Aires. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

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