Colombia. Extrema derecha: la democracia como coartada

Colombia. Extrema derecha: la democracia como coartada

Por Pedro Santana Rodríguez*. LQSomos.

En los tiempos que corren en Colombia, pero también en otros lugares del mundo la extrema derecha ha ido quedando al desnudo. La democracia para ella es útil cuando tiene las mayorías y si tiene que negarla, violarla o subvertirla, está dispuesta a hacerlo si las decisiones de las mayorías la afectan. Su apego a la democracia y su defensa es instrumental, si le sirve la acepta y en el momento en que los electores le dan la espalda entonces golpea la mesa y no respeta ni la institucionalidad ni las normas que la rigen. Usan la democracia para tomar las instituciones

Así lo hizo Trump en Estados Unidos llegando a instigar la toma violenta del capitolio, el 6 de enero de 2021. No dábamos crédito, una turba entrando por la fuerza para impedir que el Congreso en un acto ritual que había acontecido allí por más de siglo y medio, ratificara los resultados de los comicios electorales, que Trump aún se niega a reconocer sin ninguna prueba que muestre que en las elecciones de 2020 en ese país se hubiesen registrado hechos que constituyeran un fraude electoral. Eso en la democracia que según ellos es la más sólida del mundo. Es el uso de la democracia para proteger sus intereses. En el momento en que los electores le dan la espalda se pone al desnudo que su apego a la misma es coyuntural no de principios. Simplemente la usan y en el momento en que no les sirve la desechan. Así de simple.

Trump sigue orondo sin ser investigado y acusado por tales hechos, aunque en el transcurso de los mismos se hubiesen presentado por lo menos 5 muertos y centenares de heridos. Solo han sido condenados o investigados algunos manifestantes, pero Trump goza de total impunidad y es muy probable con los errores de la mayoría demócrata en el gobierno de Biden, que Trump pueda retornar victorioso en las elecciones del año 2024. Ya de manera desvergonzada hasta ha ofrecido indulto a los revoltosos condenados por tales hechos.

En Colombia hemos vivido esta realidad durante los últimos gobiernos y sobre todo en el mandato largo de Uribe quien pretendió vender la baratija del estado de Opinión ideado por el fascistoide José Obdulio Gaviria. Según esta baratija las instituciones democráticas debían actuar de acuerdo con las mayorías y su sentir. No podrían defender a las minorías porque eso era antidemocrático. Las decisiones de los jueces y de los funcionarios públicos debían en todo momento considerar la opinión mayoritaria. Eso explica el choque que ahora se repite con el mandato del mediocre presidente Duque entre el poder ejecutivo y las cortes de justicia que obrando en sentido contra mayoritario defienden los intereses de las minorías como es su deber constitucional. El problema de Duque contrario al de Uribe es que sus niveles de popularidad y aprobación son apenas del 20% según las encuestas, entonces hay una condena del estado de opinión proclamado en el pasado por el uribismo, hacia el gobierno de Uribe-Duque.

La desfachatez de la derecha

Lo que se ha presentado en Colombia en esta última semana sería para reír sino fuera por la gravedad de las propuestas de la extrema derecha. Un clientelista e inexperto registrador, Alexander Vega, organiza unos comicios electorales lleno de errores en la organización, en los jurados, en la transmisión de los datos, en el diseño del tarjetón electoral. En suma, la gestión de Vega es un desastre. Y era de esperarse y en esto cabe responsabilidad a las tres altas cortes que lo eligieron en un proceso lleno de irregularidades desde el cambio de las pruebas que antes daban mayor peso a la experiencia y menos a otros aspectos de los candidatos.

Como se sabe el Registrador es elegido mediante concurso público por los presidentes/as de la Corte Suprema de Justicia, Corte Constitucional y Consejo de Estado. A Vega lo nombran Gloria Ortiz de la Corte Constitucional, Jeannete Bermúdez del Consejo de Estado y Álvaro García de la Corte Suprema de Justicia, quienes deberían dar la cara frente a este funcionario incompetente cuando en el listado de los elegibles había gente proba y con mayor experiencia.

Pues bien Vega contrata a dedo las empresas que proveen el software, decide atendiendo las solicitudes del uribismo cambiar a los jurados de votación que tradicionalmente lo han hecho los maestros en Colombia por jóvenes universitarios sobre todo de universidades privadas sin ninguna experiencia, se niega a cambiar el tarjetón electoral en donde el logo y la casilla del Pacto Histórico aparece como un pie de página de la lista del Partido de la U que es abierta y ocupa toda la página, se rodea en la registraduría no de personal con talento sino de funcionarios mediocres para satisfacer a sus benefactores políticos, en fin, el resultado fue evidente. Un proceso marcado por los errores y en medio de una aguda contienda electoral.

La transmisión de datos para el conteo rápido puso al desnudo todas estas fallas de las cuales inmediatamente se percató el Pacto Histórico principal damnificado de todos estos errores o intentos de fraude. El hecho burdo es que por el Pacto Histórico no se registraban votos en 29 mil mesas de las 112.800 que funcionaron el día 13 de marzo. Esto lo advirtió el Pacto Histórico desde la misma noche del 13 de marzo, día de los comicios. Cuando comienzan los escrutinios municipales que en Colombia los presiden los jueces de la República, unos cinco mil para estas elecciones, los votos registrados en las 29 mil mesas aparecen y para el Senado suman hasta hoy 390.000 votos con lo cual a lista del Pacto Histórico llega a cerca 2.7 millones de votos con lo cual elige 19 senadores y no los 16 que se le atribuyeron en el conteo rápido. Hasta ahí todo normal.

Pero salieron los expresidentes y desde hace años socios políticos Andrés Pastrana y Ávaro Uribe para plantear un presunto fraude a favor del Pacto Histórico. ¿De donde sacaron esa burda teoría? ¿Mostraron alguna prueba? Pues no, ninguna, simplemente que no podría ser que aparecieran de la noche a la mañana 400 mil votos cuando el raciocinio más elemental indicaba que si no habían sido contabilizados estos votos en la transmisión de datos para el conteo rápido, en los escrutinios municipales que son los que legalmente son vinculantes para el otorgamiento de las curules, esos votos iban a aparecer además porque el Pacto Histórico había dispuesto miles de testigos en las mesas electorales. En el fondo lo que Uribe y Pastrana buscaron fue ilegitimar el avance de las fuerzas de izquierda y progresistas que se reflejaron en los resultados electorales de este 13 de marzo. No conciben un país gobernado por la izquierda.

Se dio vuelta a la realidad y la víctima de los errores de Vega para la derecha era ahora el responsable del fraude, es decir el PH. Una cosa increíble. El PH no tiene ni la registraduría, ni nombra los jurados ni tiene funcionarios en la registraduría, esta en la oposición y los fraudes en el mundo se hacen es por parte de quienes detentan el poder para mantenerse en el mismo.

Sin ninguna prueba se puso en duda el actuar de 5 mil jueces de la república que se habrían complotado con el PH para cometer el fraude y entonces habría que hacer un reconteo de todos los votos. El problema es que nadie sabe cómo se haría ni quien lo presidiría, con un agravante, la cadena de custodia de los votos no estaba garantizada desde el momento mismo en que las bolsas que contienen los votos se abren para el escrutinio municipal y luego esas bolsas van mayoritariamente a las sedes de la Registraduría que esta en manos del uribismo y de los partidos tradicionales. Quien garantiza que las bolsas no serán manipuladas para cambiar o introducir nuevos votos. La cadena de custodia del material electoral prácticamente desaparece desde el escrutinio municipal.

Los expresidentes de la derecha entonces proponen que se debe proceder a un reconteo general sin cuestionar al registrador Vega por incompetente y Duque sale a secundarlos. Vega anuncia que para transparencia del resultado final pedirá al politiquero Consejo Nacional Electoral -elegido por los partidos políticos en el Congreso para que los vigile- que se haga un reconteo general. Sin embargo, el globo de ensayo, la medición de fuerzas termina allí porque la mayor parte de los partidos políticos rechazaron la propuesta y mostraron que los escrutinios municipales están funcionando y que las reclamaciones no resueltas en esos escrutinios escalarán hasta el Consejo Nacional Electoral, CNE, y eventualmente hasta la sección quinta del Consejo de Estado.

El registrador Vega trata de acomodarse, pero es tal el tamaño de sus errores que es muy difícil que se pueda creer y dar un voto de confianza a semejante gestión por su mediocridad. Las Fuerzas Alternativas quedan notificadas la única posibilidad de transparencia es que disponga de por lo menos 80 o 90 mil testigos electorales que cubran las elecciones y envíen los datos de los resultados de mesa a un centro de computo para que los dé a conocer al país. Es la única herramienta eficaz. A quienes no usamos la democracia como coartada, sino que creemos que es el sistema más probo para ejercer el poder nos queda la tarea de movilizarnos para defenderla.

* Pedro Santana Rodríguez es Director de la Revista Sur

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