Colombia: las marchas de la oposición
Por Pedro Santana Rodríguez*
El domingo 21 de abril convocadas por la oposición uribista y de Cambio Radical a la cual se sumaron figuras del autodenominado centro político como Sergio Fajardo, se realizaron marchas de protesta contra el gobierno de Gustavo Petro. Las marchas se realizaron en 21 ciudades del país y en ellas participaron según el gobierno unas 250 mil personas y según sus organizadores unas 600 mil. Son las marchas más concurridas en contra el gobierno de Petro.
Cunde la mentira y la desinformación para proteger el régimen de privilegios y de corrupción
Como es ya habitual en los discursos de la oposición la convocatoria se centró en la condena a Petro como persona. Los gritos y arengas más escuchadas fueron “fuera Petro” y otras similares donde el ataque se personificó en la figura del presidente de la República. Es lo que han hecho siempre. El ataque y el odio va dirigido en contra de las personas y no de las propuestas o de las ejecutorias o falencias del gobierno. Esta ha sido la característica principal de la oposición en todos los escenarios incluido el escenario del Congreso de la República. A esta condena a Petro se suma la defensa del statu quo. Y esta defensa se hace con mentiras, bulos, insultos y tergiversaciones. Claro los grandes medios de comunicación que son propiedad de los principales grupos empresariales del país reproducen sin rubor esas mentiras.
De esta forma no se alimenta un debate que contribuya a la formación de una opinión pública ilustrada, que medianamente entienda las propuestas de reforma que se encuentran en la agenda nacional. A lo cual contribuye claro está la falta de una estrategia comunicativa y pedagógica de la que carece el gobierno y la cual le pasa hoy cuentas de cobro. Tardíamente el gobierno ha tomado el control de la radio y la televisión pública que ha sido desmantelada durante más de 30 años y que debe contrarrestar esta andanada mediática. Este trabajo que apenas ha comenzado hace unos cuantos meses tiene el inmenso reto de equilibrar la información y de batallar por brindar información veraz al tiempo que comunica los logros que va teniendo el gobierno, pero también de sus dificultades y yerros. Es un reto inmenso.
La oposición ha crecido también porque buena parte de la sociedad, de la gente del común, no entiende por una parte la necesidad de las reformas y sus contenidos que buscan una mejor distribución del ingreso, mejorar las condiciones de vida de las mayorías hasta ahora excluidas del crecimiento económico y del desarrollo del país. Y en medio de esta ignorancia crecen las mentiras como aquella que la reforma pensional busca acabar con las pensiones de los jubilados o disminuir sus mesadas.
El proyecto de ley no afecta a los ya pensionados. Afectará positivamente a la mayor parte de los trabajadores que en el régimen pensional de ahorro individual a duras penas se jubilan con un salario mínimo. Ahora aquellos que cumplan con la edad y el número de semanas cotizadas recibirán una mejor pensión. Y esto afectará positivamente al 70% de los trabajadores que ganan hasta 2.3 salarios mínimos y según la última alocución presidencial el gobierno insistirá en volver al tope inicial de la propuesta de cuatro salarios mínimos que fue la consignada en la Agenda de Transición Democrática, pero la Cámara de Representantes debería a mi juicio examinar la afectación de la clase media, es decir, de los trabajadores y profesionales independientes que verán reducidas significativamente sus mesadas pensionales al obligarlos a afiliarse a un fondo privado de pensiones bajo el modelo de ahorro individual al superar el tope de 2.3 salarios mínimos. Esta afiliación a los fondos privados será obligatoria y su pensión se liquidará bajo el régimen de prima media hasta los 2.3 salarios cotizados a Colpensiones y se complementará con lo que ahorre en los fondos privados de acuerdo a los rendimientos económicos que ese ahorro le genere. Como esta probado ese rendimiento es bajo y por tanto al final de su vida laboral verá disminuida su mesada pensional. Este tema debería ser debatido seriamente y de cara al país. Es justamente lo que no hace nuestra filibustera y mentirosa oposición.
Igual o peor ha sucedido con la reforma a la salud donde las mentiras son igualmente la moneda diaria difundidas profusamente por los grandes medios que en esto reproducen sin ningún análisis las mentiras de la oposición. Sobre eso nos hemos ocupado en este espacio y volveremos más adelante ahora que se anuncia la presentación de un nuevo proyecto que contaría con el respaldo de las pocas Entidades Promotoras de Salud, EPS, que sobreviven. Igual cosa ha sucedido con la reforma laboral. Cunde la mentira y la desinformación para proteger el régimen de privilegios y de corrupción que nos ha gobernado desde la organización de nuestra nación y de nuestra vida republicana.
Pero también las manifestaciones deben llamar la atención del gobierno sobre lo que no se está haciendo o se esta haciendo mal. No se puede desconocer el impacto negativo de las aún altas tasas de inflación, el alza de la gasolina, la crisis de la industria de la construcción que si bien se ve afectada por la crisis del narcotráfico adolece de una falta de estrategia para invertir en la vivienda popular donde hay un déficit enorme y sin la política gubernamental será imposible que se pueda llegar a una oferta adecuada, en este terreno simplemente no hay política y el gobierno debería generar una estrategia que redundaría en la mejora del empleo y los ingresos para los trabajadores de este sector. Otro tema recurrente es la baja inversión pública. Esto no tiene explicación y debe ser objeto de revisión pronto en las más altas esferas del gobierno.
Claro que hubo recursos para la movilización y aún el pago por la asistencia a las manifestaciones, muchos trabajadores de entidades de la salud fueron coaccionados para que asistieran, empresarios también coaccionaron a sus trabajadores, pero no se debe desconocer ni la magnitud de las movilizaciones ni los descontentos con medidas gubernamentales. Y esto será así porque al poner en marcha políticas reformistas, éstas afectan al régimen de corrupción y de privilegios que es lo que se quiere cambiar. Tampoco hay que olvidar que Rodolfo Hernández solo fue superado por Gustavo Petro por un poco más de 650 mil votos. Y tampoco que los escándalos ligados con Nicolas Petro, la corrupción en la Unidad de Gestión del Riesgo, y otros casos, reales pero magnificados por los grandes medios de comunicación también han afectado la imagen del gobierno en general y del presidente Petro en particular. Así que lo que debería hacer el Gobierno es una evaluación de que cosas se han hecho bien para persistir en ellas y corregir los yerros y construir alternativas en dónde hay falencias al tiempo que se debe acelerar la aplicación y ejecución del Plan Nacional de Desarrollo. Eso es a mi juicio lo que debería hacer el gobierno.
* Pedro Santana Rodríguez es Director de la Revista Sur
Colombia – LoQueSomos
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