Colombia: las vicisitudes del proceso de paz
Por Pedro Santana Rodríguez*
Las últimas semanas el proceso de la llamada paz total del gobierno del presidente Gustavo Petro atravesó por una crisis aún no superada, pero sin que se hayan roto los encuentros y las negociaciones
Los mecanismos previstos tanto en el proceso con el Ejército de Liberación Nacional, ELN, y con las Disidencias autodenominadas Estado Mayor Central de las FARC-EP, han funcionado adecuadamente y ahora se entra en una nueva fase. Esta crisis puede significar un punto importante para avanzar o para definir si las partes tienen voluntad de paz, en ambos casos, las agendas sobre puntos fundamentales de la negociación se han adelantado y tendrán que ser discutidas en la mesa de negociaciones.
Todos los procesos de negociación tienen altibajos, crisis y depende de cómo se enfrenten para definir si se clarifican los rumbos o si se sucumbe y se rompen las negociaciones. Esto parece estar llegado en ambos procesos donde puntos centrales de los desacuerdos se han adelantado por los hechos que precipitaron dicha crisis.
La crisis con el Ejército de Liberación Nacional, ELN, se dio a raíz del secuestro el pasado 28 de octubre de Luis Manuel Díaz, padre del futbolista de la selección Colombia Luis Díaz. Este hecho ocurrió en el municipio de Barrancas, en el departamento de la Guajira, su esposa fue liberada y el gobierno responsabilizó de su secuestro al ELN quien pocas horas después reconoció que lo tenía en su poder. Al cabo de 13 días Luis Manuel Díaz fue entregado a una Comisión de la Iglesia católica y de las Naciones Unidas.
Este secuestro puso sobre la mesa este tema que como se ha señalado viola flagrantemente el Derecho Internacional Humanitario, DIH, sobre esto no cabe la menor duda a pesar que el ELN quiera negarlo o desconocerlo. De forma arrogante el máximo comandante del ELN, Antonio García, en sucesivas declaraciones públicas se niega a reconocer que la práctica del secuestro viola uno de los puntos ya acordados y es el del respeto del DIH. García justifica la práctica del secuestro diciendo que el ELN es una organización pobre y que por eso ejecuta secuestros para financiarse.
Como se ha anunciado este tema será abordado en el quinto ciclo de negociaciones que se realizará a partir de la próxima semana en México. Este tema deberá ser adelantado pues actualmente en poder del ELN hay cerca de 30 personas secuestradas con fines extorsivos. Esta práctica inhumana debe cesar. A la par deberá resolverse el problema de un financiamiento temporal mientras avanzan y terminan las negociaciones. Este no puede ser el impedimento para avanzar así la oposición se rasgue las vestiduras. Como se ha señalado es posible que con fondos de cooperación internacional se consiga un financiamiento temporal con el compromiso expreso de abandonar por parte del ELN la práctica del secuestro. Así mismo la mesa deberá abordar dos temas que son críticos y frente a los cuales no hay posturas claras por parte del ELN. Uno es el tema de la Justicia Transicional, la verdad, la justicia y la reparación a los miles de víctimas que con sus acciones ha dejado a lo largo de 60 años esta insurgencia armada. En este tema se conoce el rechazo por parte del ELN a la JEP como instrumento de justicia transicional útil para sellar el acuerdo con las FARC en el año 2016. Pero es un tema que deberá ser abordado mientras avanzan los mecanismos de participación ciudadana que están acordados en el los acuerdos ya suscritos y de los cuales deberá salir la agenda de los contenidos a negociar.
El otro punto crítico es el relacionado con el desarme de esta guerrilla y el destino de las armas en su poder. Sobre este tema hay varias alternativas que deberán ser discutidas en la mesa de negociaciones. Son puntos críticos y de encontrar salidas la negociación podría culminar con éxito.
La crisis con las disidencias del Estado Mayor Central
El proceso con las Disidencias de las FARC ha sido también complicado por las acciones de esta insurgencia. Finalmente, este 15 de noviembre el jefe de la delegación gubernamental, Camilo González Posso, anunció que se reanudaran las negociaciones después de una suspensión de diez días en el proceso de negociación. Esta suspensión fue anunciada por esta insurgencia el pasado 5 de noviembre y también ratificada por el gobierno. El impasse se debió a la retención de un pelotón de militares en la vereda El Plateado, en el municipio de Argelia en el departamento del Cauca. El gobierno acertadamente a mi juicio se negó a retirar a la fuerza pública de este lugar donde debería iniciarse un programa de sustitución y erradicación de los cultivos de Coca en el cañón del Micay que es utilizado no solo para la producción sino para el tráfico de cocaína hacia el océano pacífico y que es controlado desde hace por lo menos una década por esta insurgencia y por el ELN.
Frente a esta situación el propio presidente de la República Gustavo Petro señaló la decisión del gobierno de permanecer en la región e iniciar un proceso de sustitución de cultivos e incrementar la presencia del Estado. Invito a las insurgencias a concertar este proceso, pero señaló que la Fuerza Pública permanecería en esta región. Finalmente, esta insurgencia levanto la suspensión de las negociaciones y el jefe negociador anunció que los mecanismos de los que se ha dotado el proceso vienen funcionando y que las conversaciones se reanudarán en los próximos días. Aprovecho Camilo González para señalar que en los anteriores ciclos de la negociación se han logrado 21 compromisos fundamentados en el Derecho Internacional Humanitario y los derechos humanos que buscan alivios para la población civil en las zonas y territorios que tienen presencia de esta insurgencia. En el nuevo ciclo se tratará de avanzar en parar el reclutamiento de menores de edad y se avanzará en el compromiso de no usar las minas antipersona para no afectar a la población civil. Así mismo los proyectos para frenar la pobreza y el abandono en varios de los sectores de la población colombiana.
En lo que resta del año se deberán realizar dos ciclos de conversaciones que de acuerdo con González deberán ocuparse de temas como “pedagogía, participación y precisiones para la agenda”. Este punto es muy importante pues realmente no hay claridad sobre cuál es la agenda de esta insurgencia y poco se sabe sobre temas como víctimas, narcotráfico, justicia transicional, desmovilización y dejación de las armas. Este proceso debe abordar estos temas y hay poca claridad sobre los mismos. Es buena noticia el que se reanuden los diálogos y las negociaciones, pero es un proceso que avanzará lentamente. Aquí un tema central será el de los cultivos ilícitos pues esta organización esta muy permeada por el narcotráfico.
En fin, de las crisis se aprende y bien utilizada puede significar un salto adelante en ambos procesos. Esperemos que así sea y que se aborden temas centrales para ver si hay realmente disposición de paz por parte de estas dos organizaciones. Amanecerá y veremos.
* Pedro Santana Rodríguez es Director de la Revista Sur
Colombia – LoQueSomos
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