Colombia: Una mirada de conjunto a la coyuntura
LQSomos. Por Pedro Santana Rodríguez*.
El gobierno de Gustavo Petro ha ingresado en una nueva fase con el cambio de diez de sus ministros en los nueve meses en que ha ejercido el gobierno. En esta primera fase el gobierno conformó una coalición amplia, digamos que dos círculos conformaron esta primera coalición…
El circulo más cercano conformado por los grupos políticos más afines a las propuestas de reformas y cambios conformado por el Pacto Histórico, primera minoría parlamentaria, el partido Verde mayoritariamente, el partido de los Comunes y la mayoría de las curules de Paz en la Cámara de Representantes. Un segundo circulo lo conformaron los tres partidos tradicionales los partidos, liberal, Conservador y de la U. Con ello en el plano político parlamentario garantizó como logros importantes la aprobación de la reforma tributaria progresista, el marco jurídico para las negociaciones de paz y el Plan Nacional de Desarrollo. Así mismo otros logros importantes como la aprobación del tratado de Escazú y la Jurisdicción Nacional Agraria, así como el presupuesto general de la Nación para el año 2023. El revés más significativo en esta primera fase lo constituyó el fracaso y retiro de un esperpento de reforma política convertido por Roy Barreras y las mayorías parlamentarias en un verdadero Frankenstein que debió ser hundido por el propio presidente de la República.
Esa mayoría parlamentaria también permitió que no prosperaran las mociones de censura promovidas por la oposición en contra de sus ministros, que es también un logro político significativo. En el plano social se ha vivido un proceso de movilización en dos sentidos. El primero una serie de movilizaciones que buscaron apurar en la aplicación de las promesas que realizó el entonces candidato Petro y que en esta primera fase de gobierno lo constituyeron las movilizaciones indígenas en el Cauca para acelerar la compra de tierras pactadas en los últimos treinta años e incumplidas reiteradamente por los sucesivos gobiernos que finalmente fueron desactivadas mediante el diálogo y la negociación como lo fueron también las movilizaciones campesinas en el Caquetá y en la región de la Mojana.
Por otra parte se han generado espacios de movilización en respaldo de las reformas que ha propuesto el gobierno y/o para discutir propuestas que deberían ser incorporadas en el Plan de Desarrollo como los Diálogos Regionales Vinculantes que fueron las más numerosas y en las cuales tomaron parte más de 200 mil personas, y por supuesto las Cumbres, Audiencias, Foros y Seminarios alrededor de la propuesta de reforma a la salud que se ha convertido en el centro del debate sobre la agenda de las reformas sociales a lo cual hay que agregar las jornadas de movilización de respaldo a ese paquete reformista como también procesos de reorganización de las organizaciones sociales como el Encuentro Nacional Comunal y el proceso de elección de sus nuevas directivas como también los procesos organizativos que se realizan en el seno del movimiento campesino. Petro se queja no sin razón que esperaría una más fuerte movilización social de respaldo a las reformas, pero no se puede ignorar la debilidad del movimiento social por las políticas represivas, el cierre de los espacios de negociación y el asesinato de miles de líderes sociales cerca de 1.500 asesinados desde la firma de los Acuerdos de Paz en el año 2016. Este desangre ha disminuido en este gobierno, pero persiste.
El balance sobre esta primera fase del gobierno apenas comienza. Hay que tener en consideración que el gobierno para la conformación de la coalición amplia incluyó una muy buena representación del espectro de los partidos tradicionales en el gabinete ministerial. De manera un poco ingenua creyó dos cosas que no resultaron ciertas. La primera que incluir a integrantes de esa esfera de los partidos tradicionales como Ocampo, Cecilia López, Alejandro Gaviria, Alfonso Prada, le garantizaría al gobierno unas mayorías parlamentarias sólidas. No reparó que estos ministros si bien pertenecen a la llamada esfera progresista de estos partidos no tienen nexos con sus dirigentes y con sus parlamentarios. Eso quedo claro en esta primera fase. Ocampo le atribuye la quiebra de la coalición y su propia salida del gobierno a la reforma a la salud y a la exministra Carolina Corcho. Explicación ligera y poco fundamentada. Su salida como la de sus otros colegas provino de su oposición dentro y fuera del gobierno a las reformas prometidas por Petro a su electorado en la campaña electoral. Esa oposición irracional y muchas veces exagerada y poco argumentada como quedo demostrado en el debate sobre los costos fiscales de la reforma a la salud que tuvieron que hacerse desde el ministerio de salud y desde la sociedad civil sin el concurso del Ministerio de Hacienda muestran una oposición de Ocampo y Gaviria a uno de los proyectos de reforma de Petro y no solo de la exministra Corcho.
La segunda cosa que no resulto cierta es que darle representación burocrática a los partidos tradicionales de forma directa como el partido Conservador en cabeza de Guillermo Reyes en el ministerio de Transporte o en el ministerio de las TICs al partido de la U con Sandra Urrutia, tampoco garantizó un respaldo al trámite de las reformas a la salud, las pensiones y la reforma laboral que siguen bloqueadas por estos partidos, sus directivos y su representación parlamentaria. Por eso esta primera fase termina con la aprobación del Plan de Desarrollo y con la salida de los siete ministros decidida por el presidente Petro el miércoles 26 de abril. Lo que se viene dando desde hace meses es lo que debió de hacerse desde la conformación de la Coalición Amplia y era y es lo que se está haciendo ahora una negociación sobre los contenidos de las reformas. Por no haberse hecho una coalición sobre acuerdos programáticos mínimos es lo que ha dado al traste con la agenda de las reformas. Cada una de ellas será el resultado de negociaciones y en su trámite tendrán modificaciones que el gobierno puede aceptar sino afectan el núcleo esencial de las mismas o retirarlas si ve que no corresponden a lo que requiere el país.
Desde esta fecha no se ha reconfigurado el mapa político. Al momento de escribir estas notas se reinicia en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes el debate sobre la reforma a la salud donde se pondrá a prueba a los nuevos ministros Luis Fernando Velasco del Interior y Guillermo Alfonso Jaramillo de salud. Lo que esta en juego allí es si se avanza en la reforma a la salud manteniendo sus contenidos esenciales que quedaron aprobados en la ponencia el pasado martes 25 de abril o si se harán modificaciones sustanciales que la hagan superflua o insignificante para hacer frente a la profunda crisis del sistema de salud que tenemos. Como hemos señalado la recomposición de la Coalición Amplia depende de hasta dónde la correlación de fuerzas internas en los partidos permite que las reformas transiten por el Congreso sin modificaciones a sus coordenadas más importantes. Si esto se logra la coalición se recompone con nuevos actores. Si esto no se logra el escenario que se consolidará será el de la recomposición del gobierno alrededor del primer circulo de apoyos políticos con incertidumbre sobre mociones de censura, hundimiento de las principales reformas y una dura batalla en las elecciones regionales de octubre.
En otros frentes la coyuntura al gobierno le va medianamente bien. En el escenario internacional se consolida el apoyo del gobierno Biden de los Estados Unidos al gobierno y a las políticas del gobierno de Petro lo propio en el escenario de la Unión Europea. Esto es muy importante para el avance de la política de negociación del conflicto armado interno y de la llamada paz total. También porque resta fuerza a las estrategias desestabilizadoras de la extrema derecha colombiana. Es indudable el respaldo al gobierno y a la figura de Gustavo Petro en estos escenarios. En materia económica la economía mantiene niveles de crecimiento que en medio de la crisis internacional no son despreciables sin ser óptimos, pero si aceptables en el concierto de América Latina. El problema mayor sigue estando en las altas tasas de la inflación y en el rubro del crecimiento de los precios de los alimentos. Como se ha señalado por diversos analistas esta baja de los precios de los alimentos podrá demorarse todavía unos pocos meses mientras tiene existo la política del estimulo a la siembra de productos básicos de la canasta familiar para disminuir la importación de los mismos y al lío mayúsculo del incremento de los precios de la gasolina y el ACPM que pesan mucho por el incremento de los precios del transporte.
Quizás el faltante mayor durante esta primera fase del gobierno se relaciona con una ausencia de estrategia pedagógica y comunicativa del gobierno. Es increíble que después de nueve meses de iniciado el gobierno no haya una estrategia de medios y no se utilice a fondo los canales de la televisión pública y la radio nacional de Colombia. Los grandes medios de comunicación en manos de las corporaciones y monopolios económicos se han convertido en los principales opositores del gobierno y de sus reformas y el gobierno no reacciona. Este es un verdadero problema que debería prender todas las alarmas. Sin una poderosa estrategia de comunicación los medios corporativos seguirán mintiendo, tergiversando el contenido real de las reformas y difamando al gobierno. Pareciera que el presidente no entendiera que en la batalla por la opinión pública se requiere con urgencia de una estrategia comunicativa y pedagógica.
Estamos pues en un momento crucial de definiciones. Por lo pronto el gobierno cuenta ya con una hoja de ruta que es el Plan Nacional de Desarrollo que es en general un buen plan y que le da herramientas para empujar en la dirección del cambio cuyo eje central es el territorio alrededor del manejo del agua que es crucial en tiempos de crisis ambiental y climática. Ahora veremos que suerte la espera al paquete reformista que se irá resolviendo en estas próximas tres semanas.
* Pedro Santana Rodríguez es Director de la Revista Sur
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