Cómo EEUU y la UE tratan de engañarnos sobre lo que hacen en la RD del Congo
Por Julián Gómez-Cambronero Alcolea*
Los últimos días de julio han juntado una serie de hechos que nos muestran cómo potencias como EEUU o la Unión Europea tratan de engañarnos para que no veamos cómo actúan en la República Democrática del Congo. Veamos.
Para quien no lo sepa el M-23 es una milicia que invadió la provincia congoleña de Kivu Norte en noviembre de 2021 y desde entonces ha ocupado grandes territorios y controla y administra un buen número de ciudades y aldeas. Hoy, además, está integrado en un movimiento político-militar denominado Alianza del Río Congo (AFC, en francés). El M-23, formado principalmente por congoleños de la etnia tutsi, combate con pertrechos y armamentos en muchos casos superiores a los del Ejército congoleño ya que está apoyado y nutrido por el vecino país de Ruanda que, además, interviene cuando es necesario con fuerzas de su propio Ejército.
Esta guerra que va camino de los tres años mantiene a la región en una continua inestabilidad que ahonda en la miseria de la población. Además de la responsabilidad, nunca bien investigada, del M-23 en graves sucesos como la matanza de Kishishe (noviembre de 2022) o el bombardeo del campo de desplazados de Mugunga, en Goma (mayo de 2024) la ofensiva de este grupo armado ha provocado el desplazamiento de cientos de miles personas, la mayoría de las cuales viven en condiciones inhumanas en campos de desplazados en torno a las ciudades de Goma, Sake, Lubero, etc.
Que el M-23 está apoyado completamente por el régimen ruandés de Paul Kagame y que las fuerzas armadas ruandesas están presentes en suelo congoleño no es algo que se discuta: partiendo de diversos informes de expertos de la ONU a lo largo de este tiempo (el más reciente este mismo mes de julio), los propios EEUU, la Unión Europea y diversos países que la integran, lo han reconocido públicamente y pedido a Ruanda que cese en ese apoyo:
…y hemos pedido abierta y repetidamente a Ruanda que ponga fin a su apoyo al M23
(Embajada de EEUU en la República Democrática del Congo, RDC, abril de 2024)
En particular, la UE condena el apoyo de Ruanda al M23 y su presencia militar en territorio congoleño. Insta encarecidamente a Ruanda a retirar inmediatamente todo su personal militar de la República Democrática del Congo, así como a poner fin a todo apoyo que proporciona al M23 y a cesar toda cooperación con él
(Comunicado de la Unión Europea el 4 de marzo de 2024)
Francia denunció, el martes 20 de febrero, “ataques a la integridad territorial” de la República Democrática del Congo y violencia contra las poblaciones civiles en el este del país, pidiendo a Ruanda “que cese todo apoyo” a los rebeldes del M23 y “que se retire de la República Democrática del Congo
(France24.com 24 de febrero de 2024)
Tras la “claridad de ideas” que demuestran EEUU y la Unión Europea respecto a la responsabilidad de Ruanda en el sufrimiento de millones de personas en el Este de la RDC se esperaría que potencias semejantes, tan proclives a la intervención directa o las sanciones y represalias económicas contra países que se saltan las leyes internacionales, actuaran contra el régimen ruandés más allá de las palabras y las peticiones educadas. Pero salvo algún hecho aislado -como la supresión de ayuda militar norteamericana a Ruanda, posiblemente solapada en las ventas de armamento desde Polonia o las dotaciones económicas de la UE al Ejército ruandés para que actúe como fuerza de paz- ninguna de estas potencias ha hecho nada para detener esta guerra.
La explicación es muy sencilla: Ruanda y su líder Paul Kagame son íntimos amigos de nuestro Occidente desarrollado y algunos países más que ayudan a mantener ese régimen para que sirva de guardián de sus intereses en la región de los Grandes Lagos, socio de negocios -incluido el tráfico de enormes cantidades de mineral robado de la RDC- o lugar para librarse de inmigrantes indeseables cuando haga falta. Todo ello queda evidenciado, sin ir más lejos, en el acuerdo comercial firmado en febrero entre la Unión Europea y Ruanda:
La firma del Memorando de Entendimiento entre la UE y Ruanda demuestra la intención de ambas partes de fortalecer su asociación con vistas a una mayor integración de las cadenas de valor de las materias primas
o en el silencio sobre las elecciones presidenciales del 15 de julio en Ruanda -pese a la prohibición de presentarse a opositores reales y la victoria de Paul Kagame recibiendo ¡más del 99% de los votos!- o, muy recientemente, la reafirmación, en reunión celebrada en París con motivo de los Juegos Olímpicos entre el nuevo primer ministro británico y el presidente ruandés, de la cooperación de ambos países en la búsqueda de soluciones para la inmigración ilegal, tras haber fracasado el plan de deportaciones a Ruanda de los anteriores gobiernos conservadores.
Cómo nos hacen creer EEUU y la UE que buscan la paz en el este congoleño
El 25 de julio pasado la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro de EEUU sancionó a varios líderes rebeldes de la AFC y del propio M-23, como Corneille Nangaa (líder del movimiento político-militar Alianza del Río Congo, AFC) y a Bertrand Misimwa (presidente del M-23). Lo argumentaba así:
La acción de hoy refuerza nuestro compromiso de responsabilizar a quienes buscan perpetuar la inestabilidad, la violencia y el daño a los civiles para lograr sus objetivos políticos. Condenamos a la AFC y sus afiliados, en particular el M23, por alimentar este conflicto mortal y empeorar una crisis humanitaria en el este de la República Democrática del Congo
Al día siguiente el Consejo de la Unión Europea aplicaba medidas restrictivas -prohibición de viajar, congelación de activos, etc.- a varias personas relacionadas con la violencia en el Este congoleño, entre ellas a… Corneille Nangaa, al secretario ejecutivo del M-23 y a uno de sus dirigentes militares. También sancionaba a la Alianza del Río Congo (AFC), que lidera Nangaa.
Pero si de reforzar su “compromiso de responsabilizar a quienes buscan perpetuar la inestabilidad, la violencia y el daño a los civiles para lograr sus objetivos políticos” se trataba y condenar a quienes alimentan un conflicto mortal que empeora una crisis humanitaria… ¿por qué se saltaban al régimen y a la personas -Ruanda y Paul Kagame- que financian, pertrechan y dirigen a los líderes y grupos sancionados -además de invadir, de hecho, el territorio congoleño- como los propios países sancionadores reconocen? ¿Sancionar a Yevgueni Prigozhin o a Ramzan Kadirov y no sancionar a Vladimir Putin cabría en cualquier cabeza o estrategia política y militar? Pero sí cabe sancionar a los peones de la violencia en la provincia de Kivu Norte y tener “en palmitas” al rey de esta partida.
Se dice que dos noticias juntas se entienden mejor. Si leyéramos las noticias de las sanciones a los líderes y organizaciones rebeldes que siembran el terror en el Este congoleño sin conocer la condena verbal y el apoyo total al responsable principal de que esos líderes y grupos mantengan su lucha, pensaríamos en un compromiso activo y real de EEUU y la Unión Europea por llevar la paz a esa región y encontraríamos hasta legítimo que ambas potencias, a la par, busquen jugosos negocios tanto con la RDC como con Ruanda.
Y de eso se valen los líderes norteamericanos, europeos, franceses, británicos… de los tiempos de sobreinformación y desinformación que vivimos, de los lectores cómodos que se quedan en los titulares, de una sociedad acrítica ante la información que les llega y unos medios de comunicación completamente entregados a cualquier interés distinto a la información gracias a los que es fácil aparentar lo que no se es, sembrar la destrucción representando que se lucha por la paz, etc. etc.
Pero gracias a corresponsales valerosos, webs y medios entregados a encontrar la verdad, pequeños blogs, modestos perfiles de redes sociales… quien no se quiere dejar engañar tiene la posibilidad de saber a qué juega cada cual y quiénes son las víctimas y los verdugos en este mundo.
* Congo en español. @CongoActual
República Democrática del Congo – LoQueSomos
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