Conozco a guarimberos
Tengo algunos conocidos, amigos y hasta familiares que son de oposición. Esto es normal en un país en el que la diversidad es la regla y después de Chávez esta característica se afianzó, basada en la libertad de pensamiento, acción y hasta omisión.
Sin embargo, más allá de los que luchan para hacer valer sus ideas, de los que dicen que el país se cae a pedazos o de los que no van ni a votar; ahora surge una mutación extraña que desea acabar con el país.
Son indolentes, no les interesa la política, no aceptan el dialogo, no presentan argumentos, por sus acciones imagino que no tienen familia o tampoco les interesará y no temo exagerar. Quitan alcantarillas y no colocan avisos para causar accidentes, ponen guayas a 1,20 metros para degollar a quien pase, echan aceite en vías rápidas, hacen barricadas de basura o con cualquier objeto para impedir el libre tránsito y lo peor es que en la mayoría de los casos hacen esto y se van.
Eso sí, tienen eco en todos los países a través de medios interesados en mostrar a una Venezuela en caos. ¿Cuántos serán? ¿Cientos? ¿Miles?
Los he visto, la maldad está en sus rostros. A Dios y al Comandante gracias, son pocos.
La conciencia del Pueblo Chavista y hasta del no Chavista de Venezuela terminará derrotando a quienes fuera de toda lógica, reciben órdenes de grupos fascistas y de grandes grupos capitalistas para desestabilizar al país.
No hay razones económicas, políticas, sociales ni de ningún tipo para exigir “La Salida” como quieren forzosamente hacer ver. Se han quedado aislados en su mentira, una más.
Debemos estar atentos, estos no son quienes decían que el Régimen nos iba a quitar a nuestros hijos, el internet, una casa o un carro; tampoco los que desconocen los logros de la Revolución, ni las que hacen cacerolazos. ¡Cuidado! Estos son la crema y nata del fascismo, mercenarios a quienes no les importa nada.
La justicia llegará para quienes han tratado de secuestrar la Paz del país, el gobierno bolivariano debe lograr los mecanismos para determinar responsabilidades y el Pueblo debe seguir aislándolos, denunciándolos y castigándolos.
No son una muestra de la Venezuela política que discute, que reflexiona, que es combativa y libertadora. No son mis conocidos, amigos ni familiares, tampoco tuyos.