Consecuencias recientes del asesinato de Gadafi

Por Nònimo Lustre.

“El desastre en Libia es resultado de la crisis climática (y de un Estado fallido)” Así de contundentes se muestran los medios de desinformación a la hora de inocularnos su teoría sobre una catástrofe que se está cobrando las vidas de los miles (¿5.000, 20.000?) de libios que habitaban la ciudad de Derna y las costas de Libia oriental -es decir, aquella mitad de la Libia ‘eterna’ cuya capital es Bengasi. Sin embargo, en estos últimos tiempos resulta que achacar lo-que-sea a la “crisis climática” es como achacárselo a la voluntad divina.

En cuanto al ‘estado fallido’ (pésima traducción de Rogue State; Estado canalla, gamberro o villano, traducen otras fuentes) es una mentira tan gruesa que ya es una supina majadería: Libia estaba en camino de erigirse en una potencia cuando la OTAN, la UE y los EEUU, pusieron sus ojos en su petróleo y asesinaron a su ex amigo-del-alma Gadafi. A partir de aquel (imprescriptible) genocidio y crimen de Estado, Libia dejó de existir. Ahora no es rogue ni fallida: sólo es una colonia de Occidente.

La primera causa de la inundación es tan evidente como para que los medios, mentirosos incorregibles y compulsivos, traten de minimizarla cuando no censurarla por completo: ha sido la rotura de dos represas (dams) que se construyeron para irrigar campos de cultivo y, sobre todo, para proteger a la ciudad de Derna de posibles avalanchas.

El Proyecto Derna incluía la construcción de dos represas como mejor método para cambiar la agricultura itinerante del área de Derna por una agricultura de regadío que, en aquella Libia de los años 1960’s, sólo representaba el 0,4% del total agrícola. Por ejemplo, la creación del asentamiento de Fatayah (a sólo 10 minutos del centro de Derna), buscó estimular la inmigración a esta nueva ciudad costera.

Esas dos represas, la al-Bilad y la Abu-Mansour, fueron construidas entre 1973 y 1977 por las empresas yugoslavas Hidrotehnika-Hidroenergetika (ahora, en Serbia) Pero ninguna represa aguanta 50 años sin mantenimiento, menos aún en un país escindido en dos países que sufrió los bombardeos de la OTAN y que, décadas después, sigue inmerso en una guerra civil. Curiosamente, el problema del (no) mantenimiento, clave en la hecatombe, fue advertido y denunciado en 2022 por un estudio científico que ha sido mencionado varias veces en los medios quienes, sin embargo, no han querido establecer la correlación automática entre las represas (estas sí) fallidas y la inundación. Su autor, Ashoor, lo advierte con rotunda claridad: las represas no mantenidas representan un enorme riesgo de inundación: “The results demonstrated that the study area has a high potential for flood risk. Therefore, dams of Wadi Derna basin is needed periodic maintenance.” (cf. Abdelwanees A. R Ashoor. 2022. Estimation of the surface runoff depth of Wadi Derna Basin by integrating the geographic information systems and Soil Conservation Service (SCS-CN) model. Omar Al-Mukhtar University, Libya. https://doi.org/10.51984/jopas.v21i2.2137)

En 2011, Gadaffi fue asesinado con unos agravantes (alevosía, abuso de confianza, publicidad falseada, profanación de cadáver, etc) que también reverberaron en los asesinatos de Noriega y de Saddam Hussein -otros amigos de Occidente como Mubarak, el tunecino Ben Alí, Suharto y Ferdinand Marcos, salvaron sus hediondos pellejos sólo para confirmar que ser amigo de USA-UE es más peligroso que ser su enemigo. Desde aquel fatídico año, las dos represas de marras no conocieron ningún tipo de mantenimiento. Una década larga ha sido suficiente para debilitarlas hasta la desintegración.

Conclusión

La crisis climática no terció en esta hecatombe. Pero, sin duda, sí intervino la antes citada “Dios-lo-quiso”, que, traducida a la norteafricana geopolítica actual significa, simplemente, el desmembramiento y la sujeción absoluta a los amos del petróleo de la otrora floreciente Libia de Gadaffi. Hora es de señalar a los genocidas:

Aznar recibe un purasangre de su entonces amigo Gadaffi

Gadaffi con Sarkozy, probablemente, el más notorio de los mamporreros al servicio de los EEUU. Como acostumbra, Sarko señala con el índice lo que debe hacer el presidente libio, un gesto de pésima educación que nos molesta especialmente. Como poder subalterno de la alianza subalterna, España se apuntó a la destrucción de la antigua Libia.

Los genocidas no fueron ellos: siguen siéndolo puesto que sus crímenes no han terminado, ahora mutados en esclavismo de inmigrantes:Subsaharianas esclavizadas. Un cáncer que las potencias hegemónicas curan con las aspirinas del humanitarismo occidental.