Cumbre Xi Jinping – Joe Biden: EEUU y China escenifican la colaboración

Cumbre Xi Jinping – Joe Biden: EEUU y China escenifican la colaboración
Xi Jinping y Joe Biden en noviembre de 2023

Por Pedro Barragán*

Como potencia en ascenso, China tan solo pretende que la dejen en paz, que pueda seguir creciendo y mejorando la calidad de vida de sus habitantes y de sus socios comerciales.”China no busca esferas de influencia y no librará una guerra fría o una guerra caliente con nadie…”

Biden trata de relajar su agenda nacional e internacional y Xi aprovecha para exponer al mundo la posición de China

Nunca conoceremos los detalles de lo hablado y/o acordado en la reunión de San Francisco entre Xi Jinping y Joe Biden, pero si podemos hacernos una idea de lo acontecido a través de las declaraciones de ambos líderes y de la situación de partida en las relaciones entre Estados Unidos y China.

Los acuerdos sobre comunicación militar, inteligencia artificial (IA) y lucha contra las drogas publicitados de la reunión son ya una muestra positiva de los resultados obtenidos.

Las bases de partida

La Administración Biden llega a esta cumbre con dos grandes conflictos internacionales, la guerra contra Rusia en Ucrania y la guerra contra Palestina de Israel, y una deteriorada situación interior de cara a las próximas elecciones del año que viene.

En Ucrania la situación está totalmente atascada. El fracaso de Estados Unidos y la OTAN por conseguir algún avance en la contraofensiva ucraniana contra Rusia ha sido un rotundo fracaso. Un fracaso en el que Estados Unidos ha gastado 100.000 millones de dólares.

En Palestina, la masacre de Israel contra la población civil en la que han muerto 15.000 palestinos, incluidos 5.000 niños, ha provocado el rechazo mayoritario de la población mundial que está pidiendo un alto el fuego inmediato. En lugar de ello, Estados Unidos se ha opuesto en la ONU a un alto el fuego y esta enviando portaaviones y armamento a la zona. Con esta decisión pretende aumentar su hegemonía en Oriente Medio pero se enfrenta al rechazo social, que en Estados Unidos alcanza a un 60 % del electorado que apoya el alto el fuego en Gaza.

En cuanto a las relaciones con China, la Administración Biden ha mantenido la guerra arancelaria y comercial de Trump, continua con su política de bloquear el crecimiento de la economía china, ha lanzado toda una serie de leyes para sabotear el sector tecnológico de este país (chips, bloqueo a más de 600 empresas, prohibición de exportaciones, prohibición de inversiones, etc.) y está tratando de generar un conflicto en Taiwán, donde está enviando armas y apoyando a las fuerzas independentistas.

Por su parte China se opone rotundamente a que la competencia se convierta en el eje de las relaciones entre los dos países. De acuerdo con declaraciones previas del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, “las autoridades chinas no intentarán cambiar el rumbo político de Estados Unidos en la próxima reunión, pero esperan que el país norteamericano no busque una nueva guerra fría ni un conflicto con Beijing”. Desde Beijing se valora la posición norteamericana de propiciar la actual cumbre y las reuniones previas que se han producido entre las dos administraciones, pero medios oficiales recuerdan las palabras de Xi a Biden durante su última reunión en la cumbre del G20 en Bali de que esperaba que Estados Unidos combinara palabras con acciones y añaden que estas palabras de Xi aún no han sido escuchadas por Estados Unidos.

Que hay sobre la mesa

Tal y como indica el diario chino Global Times, “La relación bilateral entre China y Estados Unidos es quizás la relación más importante del mundo. La reunión entre Xi y Biden en la reunión de APEC marca un momento crítico para el futuro de la estabilidad global. Las cuestiones de la agenda, como la crisis en Gaza, Ucrania y las cuestiones bilaterales relacionadas con el comercio y las relaciones a través del Estrecho, tienen una amplia importancia. La calidad de la relación China-Estados Unidos puede cambiar el mundo para bien o para mal”.

Es evidente que el deterioro de las relaciones de Estados Unidos respecto a China y su impacto en la economía norteamericana, perjudica a Biden en las perspectivas electorales para el próximo año. Esto genera un interés en la Administración norteamericana por mejorar los lazos con China al menos desde el punto de vista mediático.

Aliviar las tensiones políticas entre ambos países es también un objetivo de China que le ayudará a mejorar su posición internacional.

En el terreno económico, el objetivo último de Estados Unidos seguirá siendo impedir el progreso económico de China que le desbanca de la hegemonía mundial, mientras que China sigue centrada en su propio desarrollo tratando de convertir la contención norteamericana en un impulso tecnológico que genere un nuevo salto adelante.

En el terreno militar, la unificación pacífica de China continental y Taiwán, junto con el reconocimiento de una sola China, es una línea roja que Beijing no permitirá que nadie cruce.

Sin embargo y como indicaba la agencia de noticias estadounidense Associated Press dos días antes de la reunión “La economía mundial seguramente podría beneficiarse de una distensión entre Estados Unidos y China”.

La posición expuesta por Xi

Como ya hemos indicado, esta cumbre ha sido una oportunidad para China de explicar su posición a todo el mundo. De acuerdo con lo indicado por el líder chino “Beijing y Washington tienen dos opciones a escoger en sus relaciones bilaterales […] Una es fortalecer la unidad y la cooperación, trabajar juntos para abordar los desafíos globales y promover la seguridad y la prosperidad mundiales. La otra es adoptar una mentalidad de suma cero, provocar conflictos entre bandos y llevar al mundo a la agitación y la división”.

“Para China y EEUU darse la espalda no es una opción”, ha añadido.

“China no seguirá el viejo camino del saqueo colonial, ni seguirá el camino torcido de la hegemonía cuando un país fuerte se vuelve más fuerte, ni exportará ideología, y no entrará en confrontación ideológica con ningún país. China no tiene planes de superar o reemplazar a Estados Unidos, y Estados Unidos no debería tener ningún plan para reprimir o contener a China”.

Pero ha dejado patente que Washington “ha tomado continuamente medidas contra China”, mediante “controles de exportaciones, revisiones de inversiones y sanciones unilaterales, que han dañado gravemente los intereses legítimos” de su país. “China tiene intereses que deben salvaguardarse, principios que deben defenderse y resultados que deben respetarse. Esperamos que los dos países puedan ser socios, respetarse mutuamente y coexistir pacíficamente”.

Frente a la confrontación ha defendido la cooperación y la idea de que no es realista intentar cambiar al otro. “La competencia entre grandes potencias no resolverá los problemas que enfrentan China, Estados Unidos y el mundo. Este planeta es lo suficientemente grande tanto para China como para Estados Unidos. El éxito de cada uno es una oportunidad para el otro”.

Las declaraciones de Biden

La versión de Washington es que ambos dignatarios han mantenido “una discusión sincera y constructiva sobre una variedad de cuestiones bilaterales y globales e intercambiaron puntos de vista sobre áreas de diferencia”.

La cuenta oficial de Biden ha publicado “Valoro la conversación que tuve hoy con el presidente Xi porque creo que es fundamental que nos entendamos claramente, de líder a líder. Hay desafíos globales críticos que exigen nuestro liderazgo conjunto. Y hoy logramos avances reales“.

Estados Unidos esta tratando de mitigar las tensiones con China y de restablecer los canales de comunicación entre ambos países rotos tras la visita de Nancy Pelosi a Taiwán el año pasado. De acuerdo con Biden “poder descolgar el teléfono y hablar entre nosotros si hay una crisis, poder asegurarnos de que nuestros ejércitos siguen teniendo contacto entre sí”.

China es hoy el único actor internacional con capacidad para favorecer la resolución de los conflictos de Ucrania y Palestina y Biden habrá tratado de influir en la posición china en favor de sus intereses. Según altos funcionarios de la Casa Blanca, Biden y sus asesores de seguridad nacional han intentado convencer a Beijing de utilizar su influencia sobre Rusia e Irán para contener ambos conflictos.

Si bien Biden le dijo a Xi que es “un honor y un placer” recibirle, que “es primordial que usted y yo nos entendamos claramente, de líder a líder, sin conceptos erróneos ni faltas de comunicación” y que es importante que la competencia entre Estados Unidos y China “no se convierta en un conflicto”, al final de la rueda de prensa posterior a la cumbre volvió a faltar al respeto del líder chino calificándolo de “dictador”.

El mundo que nos espera

Como potencia en ascenso, China tan solo pretende que la dejen en paz, que pueda seguir creciendo y mejorando la calidad de vida de sus habitantes y de sus socios comerciales.

“China no busca esferas de influencia y no librará una guerra fría o una guerra caliente con nadie”, ha afirmado Xi en San Francisco antes de la reunión. “Cualquiera que sea la etapa de desarrollo que alcance, China nunca perseguirá la hegemonía o la expansión, y nunca impondrá su voluntad a otros”, ha añadido.

Para Estados Unidos, como potencia en declive, la represión, el bloqueo y el sabotaje de la economía china seguirá siendo el faro de su actuación. Seguirá tratando de usar el poder político y la ideología para buscar el predominio científico y tecnológico y utilizarlo contra las empresas chinas, aun cuando esta actuación provoque dificultades a la propia industria norteamericana.

Un ejemplo lo tenemos en uno de los temas de acuerdo de la cumbre: la lucha contra el cambio climático. Las empresas chinas están al frente del desarrollo tecnológico de la mayor parte de los sectores de nuevas energías ecológicas, tales como la energía solar, la eólica o los coches eléctricos. Todas estas empresas están siendo reprimidas por Estados Unidos y tratando de excluirlas de la cadena industrial occidental alegando razones de seguridad. ¡Qué difícil es cooperar en la transición hacia un desarrollo verde y con bajas emisiones de carbono, a la vez que se reprime a las empresas chinas que desarrollan la tecnología necesaria para ello!

Ni Estados Unidos ni China mantienen ninguna ilusión en una mejora de las relaciones bilaterales que, seguramente, empeoraran a corto plazo en 2024 por la campaña electoral norteamericana que tendrá una componente importante anti-China y a largo plazo en la medida en que el declive económico, que no militar y mediático, norteamericano vaya siendo más evidente.

Al menos, esta reunión nos deja un marco de comunicación entre ambos países que puede favorecer barreras de contención en los conflictos venideros.

* Pedro Barragán es economista. Miembro de Cátedra China, temática que deja reflejada en su blog personal. Es editor de la web Archivo de la Transición.
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