Desdolarización: hacia un nuevo orden económico mundial

Desdolarización: hacia un nuevo orden económico mundial

Nos encontramos ante la presencia de un cambio del orden mundial, no solo en lo económico sino también, como es de esperarse, en lo político. El mundo hoy no es el de 1945, hoy la correlación de fuerzas es diferente y la humanidad tiene la oportunidad de transitar de la unipolaridad a la multipolaridad. Estos cambios se han venido sucediendo de manera imperceptible desde, por lo menos, 1970. Luego de la crisis financiera de 2008 se han hecho un poco más visibles, la pandemia del COVID los aceleró y a partir de febrero de 2022, posterior a la operación militar de Rusia en Ucrania (como continuidad de la guerra entre Rusia y la OTAN iniciada en 2014) estos cambios han sido exponenciales

Las mal llamadas sanciones impuestas por parte de EEUU a Rusia, entre otras el bloqueo de 300 mil millones de dólares de sus reservas internacionales y la prohibición de realizar transacciones financieras, y por ende comerciales, encendió las alarmas del resto de los países del mundo acerca del poder que ha ejercido EEUU a través del dólar y del andamiaje que en torno a esta moneda se configuró desde Bretton Woods, poder que ha estado siempre acompañado y orquestado con la OTAN. Aclaramos que no es la primera vez que EEUU “sanciona” y bloquea financieramente a países que no están alineados con sus intereses, son más de 20 los que engrosan la lista de la OFAC, entre ellos por supuesto Cuba, también Venezuela, sin embargo, la guerra Rusia-OTAN sirvió de detonante para acelerar los cambios del orden económico mundial que se vienen adelantando.

A finales de la década de los 40 del siglo pasado, EEUU era el principal prestamista a nivel mundial, con niveles de producción equivalentes al 30% de la producción del planeta y el mayor exportador, condiciones que le permitieron imponerse en las negociaciones de Bretton Woods para que el dólar se convirtiera en la moneda de referencia mundial, es decir, el resto de las monedas establecerían su valor no con respecto a un activo tangible como se venía haciendo, el oro, sino con respecto al dólar. A su vez, el dólar como tenía que contar con un valor, fue anclado al oro. Esta decisión trajo consigo varios efectos importantes, entre ellos la creación del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial cuyo diseño implicó la fijación de cuotas de participación que dependían del peso de las economías, por lo que EEUU cuenta con una participación del 19% y la posibilidad de veto en estos organismos.

Unilateralmente, en 1971, EEUU decidió que el valor del dólar ya no estaría referenciado al oro sino a la “confianza” en la economía estadounidense, paralelamente y de manera muy astuta, en alianza con Arabia Saudita, anunció que el petróleo a nivel mundial se comercializaría en dólares lo que obligaba a todos los países a demandar la mencionada moneda. Se crea entonces el sistema SWIFT por el cual deben pasar todas las transacciones financieras en dólares convirtiéndose en la gran alcabala mundial dominada por la Reserva Federal y a través de la cual EEUU coacciona, extorsiona, amenaza y bloquea.

No fue cualquier poder el que se le otorgó a través de la decisión de que su moneda, el dólar, sería la de referencia mundial. Les ha permitido dominar en lo monetario, lo financiero, lo económico y por lo tanto, en lo político junto con su brazo armado, la OTAN.

Hoy las condiciones son otras, de ser el principal prestamista en 1944, EEUU pasó a ser el país con la mayor deuda externa a nivel mundial: alrededor de 32 billones de dólares, equivalentes al 124% de su PIB  y 69 veces sus reservas en oro. Su producción ya no representa el 30% de la producción mundial sino el 24% mientras que países como China pasó de tener una participación del 1% al 18% en 2022 convirtiéndose no solo en el segundo mayor productor sino principal exportador a nivel mundial. En las últimas décadas, China ya ha multiplicado por 130 su comercio bilateral de bienes con los mercados emergentes y las economías en desarrollo. Las últimas cifras del FMI revelan que las cinco naciones BRICS (Brasil, China, India, Sudáfrica y Rusia) contribuirán en un 32,1% al crecimiento mundial, frente al 29,9% del G7.

Las condiciones comerciales determinan las formas de pago, las monedas utilizadas y por lo tanto los sistemas de compensación, incluyendo los patrones de adquisición de reservas internacionales, más aún en un contexto en el que, cada vez más, oriente y el sur global quieren deslindarse de la hegemonía del dólar estadounidense y todo su aparataje financiero. En este sentido, a continuación, mencionamos algunos ejemplos de lo que está aconteciendo en el mundo.

China es ahora el mayor socio comercial de decenas de países alrededor del mundo con los cuales se está comercializando en sus propias monedas y no en dólares. El comercio bilateral entre China y Rusia en 2022 aumentó un 34% hasta los 190.000 millones de dólares (1,3 billones de yuanes) y ambos países han acordado usar el yuan para sus intercambios, más del 70% de los acuerdos comerciales entre Rusia y China utilizan ahora el rublo o el yuan. El comercio bilateral entre China y Brasil alcanzó los 150.000 millones en 2022 y acordaron intensificar el uso de sus monedas en los intercambios. Argentina comenzará a pagar las importaciones chinas en yuanes en lugar de dólares.

Rusia e India comercian con petróleo en rupias. Por su parte, el Banco Bocom BBM se convirtió en el primer banco latinoamericano en inscribirse como participante directo del Sistema de Pagos Interbancarios Transfronterizos (CIPS), que es la alternativa china al sistema de mensajería financiera liderado por Occidente, SWIFT. El acuerdo entre Rusia y Bangladesh para la construcción de la central nuclear de Rooppur también eludirá el dólar estadounidense. El primer pago de 300 millones de dólares será en yuanes. El comercio bilateral de Rusia y Bolivia acepta ahora liquidaciones en bolivianos.

Estas nuevas condiciones comerciales y adopción de otras monedas ha requerido que surjan otros sistemas de pago alternativos al SWIFT, es así como, China, Rusia e India han desarrollado sus propias infraestructuras financieras para pagos transfronterizos, como Sistema de Pagos Interbancarios Transfronterizos (CIPS) en China, interfaz de pagos unificado (UPI) de la India y el Sistema para la Transferencia de Mensajes Financieros (SPFS) en Moscú.

El yuan se utilizó en el 48,4% de todas las transacciones transfronterizas, mientras que la participación del dólar cayó al 46,7%, desde el 48,6% del mes anterior. La cuota del dólar en las reservas mundiales era del 73% en 2001, del 55% en 2021 y del 47% en 2022. El año 2022, la cuota del dólar cayó 10 veces más rápido que la media de las dos últimas décadas.

No obstante, el dólar sigue copando el 59% de todas las reservas de divisas globales, mientras que el euro supone el 21%, mientras que el yuan ha ganado peso hasta el cuarto trimestre de 2022, pasando de representar menos del 1% en 2015 hasta el 2,7% actualmente.

Un aspecto determinante en el cambio del orden económico mundial es el debilitamiento del petrodólar. Las compras y ventas del hidrocarburo se han comenzado a desprender del dólar. Es así como entre China y los países del Golfo Pérsico, ricos en petróleo (representa más del 25% de la venta de petróleo) se estableció un acuerdo mediante el China se comprometió a importar grandes cantidades de crudo, además de “aumentar las importaciones de Gas Natural Licuado (GNL). En el acuerdo se resaltó la importancia de “aprovechar al máximo” la Bolsa de Petróleo y Gas Natural de Shanghái para poder fijar los precios de GNL y de crudo “en moneda china”. Por su parte, Arabia Saudita se ha alineado con el nuevo trío de poder de Eurasia Rusia-Irán-China y ha solicitado su ingreso en los BRICS y en la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO).

Ante el hecho de que la mayoría de los países productores de petróleo prefieren no guardar grandes reservas de yuanes, China decidió vincular los futuros del crudo en Shanghai a la conversión del yuan en oro para otorgar más confianza al yuan, proceso que se realiza a través de las bolsas de oro creadas en Shanghai y Hong Kong.

Un papel relevante en este proceso de desdolarización lo han tenido los BRICS. Más de doce (12) naciones han solicitado unirse. Las nuevas naciones ya postuladas formalmente son Irán, Argentina y Argelia. Los que han mostrado interés en convertirse en miembros son Turquía, Arabia Saudita, Egipto, Afganistán, Indonesia. Hay una lista de espera, con países observadores como Kazajstán, Emiratos Árabes Unidos –EAU-, Tailandia, Nigeria, Senegal y Nicaragua.

Adicionalmente están los vínculos de los BRICS con un conjunto de bloques comerciales regionales: Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), Mercosur, Consejo de Cooperación del Golfo (GCC), Unión Económica EuroAsiática (EAEU), Zona de Comercio Árabe, Área de Libre Comercio Continental Africana, ALBA, la Asociación Sudasiática para la Cooperación Regional (SAARC) y, por último, la Asociación Económica Integral Regional (RCEP). En este orden de ideas, el Foro Económico Euroasiático se desarrolló durante esta semana bajo el lema “La integración euroasiática en un mundo multipolar”.

La desdolarización no solo se ha manifestado en las decisiones de los BRICS sino también en África del Sur donde una moneda africana anclada en materias primas y en oro está ya en agenda. Igualmente, en Latinoamérica-y-Caribe se está dando una integración monetaria, al ver que Brasil y Argentina se han puesto de acuerdo para crear una moneda conjunta –de compensación de intercambios primero- también anclada en las materias primas y el oro. El presidente de Brasil anunció la necesidad de desprenderse del dólar como moneda de intercambio y de reserva. China y Brasil han llegado a un acuerdo para comerciar en sus propias monedas, abandonando por completo al dólar estadounidense como intermediario. China es el mayor socio comercial de Brasil, con un récord de US$150.500 millones en comercio bilateral el año 2022.

El ministro para la Integración y Macroeconomía de la Unión de Economías Eurasiáticas (UEEA) informó que existe ya una concepción puesta en común para formar el mercado de cambio común de la EAEU –Unión Económica EuroAsiática- que, en particular, implicaría la unificación de todos los sistemas de información de los intercambios y la nominación de precios en monedas nacionales. «La agenda incluye la transición hacia una nueva moneda de liquidación estable basada en una canasta de monedas nacionales y productos negociados en bolsa, así como la creación de un sistema propio de precios estables”.

Mientras avanzan acuerdos de cooperación en Oriente y en el Sur Global, hay señales de desintegración en Occidente: Japón ha sido la primera nación del G7 en romper oficialmente la alianza anti-Rusia debido a que Japón depende del Medio Oriente para el 95% de sus importaciones de crudo. A fines de octubre, el gobierno japonés decidió seguir involucrado en el proyecto de petróleo y gas Sakhalin-1 en Rusia a pesar de las sanciones internacionales sobre Moscú.

No solo Japón, sino también Alemania muestra señales de seguir por el camino de sus propios intereses. Alemania demanda y consume, al igual que Japón, energía barata para su tejido industrial. En su primer viaje al país asiático, Olaf Scholz, envió un mensaje a Davos, a la OTAN y a Estados Unidos: Alemania no va a cerrarle las puertas a China. En concreto, Alemania aprobó una participación china en el puerto de Hamburgo, así como la “posible” adquisición de una empresa de semiconductores.

Nos encontramos ante un escenario en el que el dólar ha perdido el 98% de su valor con respecto al oro desde 1971, lo cual nos obliga a estar más alerta de las posibles decisiones y acciones de la Reserva Federal que intentarán por todos los medios de que prevalezca el poder y hegemonía del dólar.

A este escenario debemos sumar el hecho de que pareciera haber dos grupos enfrentados en occidente. Por una parte, la FED que busca mantener la hegemonía del dólar y de hecho, al igual que en la década de los 90, intenta dolarizar las economías de América Latina y el Caribe (Venezuela, Argentina son ejemplos de ello) y por la otra quienes desde DAVOS buscan introducir y posicionar una única moneda internacional digitalizada controlada por el Banco de Pagos Internacionales (BIS) el banco central de los bancos centrales. En todo caso, y más allá de las diferencias entre estos grupos poderosos, ninguna de las dos opciones conviene a la paz y estabilidad mundial. Sería cometer el mismo error que el de 1944 mediante el cual se le otorgó poder a un pequeño grupo, en ese caso, los dueños de la FED en unas circunstancias en que el tablero geopolítico y geoeconómico se inclina, a diferencia de 1944, hacia oriente.

Quien tiene el dominio del dinero cuenta con el poder, no solo económico, sino político, independientemente de quien gobierne, lo afirmó Rothschild en el siglo XIX y lo ha padecido la humanidad desde hace, por lo menos 70 años con la hegemonía del dólar. Controlar el dinero otorga el poder de intimidar, coaccionar, extorsionar y doblegar a los pueblos que no se alinean con los intereses de quien maneja la moneda, sobre todo porque construyeron un andamiaje (SWIFT) mediante el cual crearon una alcabala financiera mundial gestionada por la FED.

Estados Unidos y la FED fueron muy astutos en 1971 cuando al ver amenazado el dólar lo vincularon con el petróleo garantizándose el poder del dinero junto con la energía a nivel mundial. Habría que pensar qué salida se están planteando en este momento ante no solo la desdolarización sino el debilitamiento del petrodólar. Cabe preguntarse si irán por el litio. En todo caso, desde Davos ya decretaron la muerte del dólar, aunque reconocen que no será inmediata, de hecho esta moneda sigue registrando el mayor porcentaje de transacciones a nivel mundial y sigue siendo la de mayor reserva a pesar del avance exponencial de China, Rusia, los BRICS y las alianzas con otros bloques asiáticos y del Sur Global.

Ante el decreto de muerte del dólar vaticinado por Davos, este grupo de poderosos empresarios, seguramente interrelacionados con el grupo Bilderberg, no permitirán perder el poder del dinero a nivel mundial, porque es la única garantía de controlar a la humanidad. Es así como buscan imponer una sola moneda digital con la cual se realicen las transacciones comerciales y financieras a nivel mundial. No está claro cómo se diseñaría dicha moneda en cuanto a su valor, si sustentada en una canasta de monedas, respaldada en activos o simplemente “fiduciaria”. Moneda que pasaría a ser la de referencia mundial y de reserva internacional.

No nos extrañaría que apunten a la tercera opción, el hecho de mantener las monedas fiduciarias les permite un poder adicional, manipular los tipos de cambio a través de la manipulación de la “confianza” de las monedas para de esa manera debilitarlas y desestabilizar las economías, mecanismo de guerra económica por excelencia. En Venezuela tenemos amplia experiencia al respecto.

La propuesta de una moneda única la formuló Keynes en 1944 cuando planteó el BANCOR, en ese caso, el valor de dicha moneda estaría respaldado por activos y materias primas. Propuesta a la cual se opuso EEUU, valiéndose de sus condiciones de prestamista y principal productor y exportador mundial, por lo que se reservó la exclusividad de dicho poder a través del dólar.

En 2011, el entonces jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, propuso utilizar los DEG como instrumento de reserva en lugar del dólar estadounidense. Los DEG están conformados por una canasta de monedas en función de la participación de las cuotas accionarias de los países miembros del FMI, incluido el euro, el yuan, la libra esterlina y el dólar estadounidense, siendo este último el de mayor participación por sus cuotas accionarias. No obstante, EEUU se negó a la propuesta debido a que implicaría una pérdida de la exclusividad del dólar. Casualmente o no, Dominique Strauss-Kahn, meses después, fue detenido por denuncias de abuso sexual a pesar de que ya había renunciado a la jefatura del FMI.

El problema con una moneda única de referencia y de reserva, incluida la figura de los DEGS es quién la controla, porque quien la controle tendrá el poder del mundo, lo cual buscan los miembros de Davos. Por lo tanto, debemos avanzar hacia una arquitectura financiera que en la medida de lo posible diluya y democratice ese poder y sea coherente con las perspectivas del tránsito de la unipolaridad a la multipolaridad.

Por otra parte, la nueva arquitectura monetaria y financiera mundial debe resolver el problema de la vulnerabilidad del valor de las monedas ante manipulaciones mediáticas que, buscan generar desconfianza y por lo tanto pérdida de valor y con ella desestabilización económica.

Mañana… Segunda Parte: Propuesta de un nuevo orden monetario y financiero mundial
* Abre brecha
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