Deseos de año nuevo. ¿Por dónde empezamos?
Por Cristina Ridruejo*. LQSomos.
Doce uvas, doce deseos:
1. Deseo que se cancele el concordato con la Santa Sede y se deje de entregar millones de dinero público a la Iglesia, que se modifique el plazo de prescripción de los delitos de abusos sexuales a menores y que se juzgue y encarcele a todos los pederastas de la Iglesia católica.
2. Deseo que se renacionalicen las empresas de energía y comunicación que hasta no hace tanto pertenecían al Estado (Telefónica/Movistar, Endesa, Repsol…)
3. Deseo que cambiemos el calendario laboral y que los días festivos no estén basados en una religión que solo profesa una parte de la ciudadanía, sino en valores universales, por ejemplo convertir en festivo el 10 de diciembre, día de los Derechos Humanos, y un largo etcétera.
4. Deseo que cambiemos la hora y volvamos a la hora de Greenwich que es la que nos corresponde: con el propio meridiano atravesando nuestro país, estamos en Greenwich +1 porque Franco nos cambió a la hora de Alemania en 1942 en honor a Hitler. Ya va siendo hora de volver a nuestra ídem.
5. Deseo que la Administración refuerce los servicios públicos, que dejen de privatizarse y volvamos a tener una sanidad 100% pública y de calidad, y lo mismo para los servicios sociales y la educación. La atención a la dependencia está casi por completo privatizada o en “gestión privada”, los institutos de FP públicos sin ofertar plazas para obligar al alumnado a ir a la privada, las pensiones en el aire. Deseo que el dineral de nuestros impuestos se dedique a todo esto y no al Ministerio de la Guerra o a pelotazos inmobiliarios o sanitarios de amigotes.
6. Deseo que Felipe VI se largue allá con su padre, a los países de los Golfos, y no vuelva nunca más, para que los Borbones dejen de robarnos y podamos votar democráticamente a nuestro jefe o jefa de Estado.
7. Deseo que se derogue la ley Mordaza y que se acabe con la impunidad policial. Que cuando un vídeo muestre a un agente agrediendo injustificadamente a una persona u otra muera misteriosamente en el calabozo, los agentes sean juzgados y paguen por sus delitos, para que en adelante actúen teniendo en mente que no son impunes.
8. Deseo que las grandes fortunas y las empresas del IBEX paguen los impuestos que les corresponden; deseo que el Ministerio de Hacienda permita a sus inspectores (¡como ellos mismos reclaman!) investigar las grandes fortunas en lugar de dedicar su tiempo a fiscalizar a mindundis.
9. Deseo que en nuestro país se considere a la ciudadanía como mayor de edad y capaz de tomar decisiones mediante consultas y referéndums: votar si se desea o no formar parte de este país, si se desea o no rescatar a la banca, financiar a la Iglesia católica, etc.
10. Deseo que se deje de multar o condenar a personas por expresarse libremente y que se eliminen del Código Penal los delitos de “ofensa a los sentimientos religiosos” e “injurias a la corona”.
11. Deseo que impongan multas cuantiosas a las televisiones y medios de comunicación cada vez que difundan falsedades.
12. Deseo que la sociedad en su conjunto condene la violencia contra las mujeres y sea hostil e intolerante frente a ello en su vida cotidiana, pues esa será la única manera de avanzar en la igualdad.
Y aún me dejo deseos. Hay tanto que cambiar, que lograr todo esto no sería un cambio, ¡sería una auténtica revolución!
Entre lo malo conocido y lo bueno por conocer, sin duda me decanto por lo bueno por conocer. Este sistema está podrido.
¡Feliz revolución!
* Miembro de Mujeres x la República. Forma parte del colectivo LoQueSomos
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