Desmontando a Cospedal y su criminalización del 25-S
Les deberían pasar las pruebas de evaluación diagnóstica que aplican a los alumnos (y por extensión al profesorado) para formar parte del Informe Pisay…suspenderlos. No llegan a un 4, al antiguo insuficiente. Está claro que no progresan, ni siquiera inadecuadamente. Sencillamente NO PROGRESAN y, por supuesto, o por su “puesto”, NECESITAN MEJORAR.
Hablo de la clase sin-clase política que nos gobierna. La verdad es les debería resultar igual de cansino el escuchar y leer nuestras quejas (las desoyen, efectivamente) que, para nosotros, escribir sobre ellos.
Les pienso y viene a mi mente “la parábola del tonto y la senda”: el bobo tomó la senda, un día, y siguió y siguió, convencido de que aquella senda era inacabable. La única diferencia con elbobo es que los políticos saben, en el fondo, que la senda tiene un límite y que ese camino, del que no se apean, no es un camino de cuento ni parábola, es el día a día, la vida de los ciudadanos, esos que ellos utilizan como sparring cuando fingen aporrearse entre ellos, gran teatro ese de ser oposición o de aparecer como animadores de la democracia. SUSPENSO, con rojo y subrayado.
Hace unos días tildaban de “revuelta inaceptable” la manifestación de la Diada Catalana. Se han pasado horas de debates, de radio , televisión y decenas de líneas de entrevistas, advirtiéndonos sutilmente, como siempre que intentan no pasar a la fase A sin haber probado la B, sin dejar la senda, de que esos catalanes violentos, independentistas, rebeldes, ellos insisten que “sin causa”, nos van a estropear la democracia global, el autonómico estado del bienestar y la gloria, el reino de la democrática España, amueblado con una constitución funcional, como los muebles de Ikea que, a conveniencia, interpretan y malinterpretan. “¡Se sienten coño!”, dijeron los políticos sin clase hace unos días a los revoltosos catalanes. No les hacia falta el tricornio: JAMÁS SE LO QUITARON. ”¡Se sienten coño!”, nos repitieron en voz alta y clara. Y no nos hicieron cantar el cara al sol porque, aunque disimulen, saben que la senda tiene un límite (aunque lo olvidan muchas veces, cierto). Nos extrañó que nos mandaran tejerísticamente callar y “sentarnos”, señalándonos con ese dedo, corto y sucio, que tienen en sus manos de idéntica condición, para avisar, de paso, a los posibles rebeldes vascos, gallegos o valencianos,las cuatro pandillas, según ellos, que representan el peligro independentista. “¡Se sienten, coño!”
No sé de qué nos extrañamos entonces, hace unos días. Nos habían mandado sentarnos-coño cuando los mineros caminaban o se encerraban en los pozos; cuando los funcionarios reclamábamos lo que unos días después enarbolaban como “prioridad social”, la MEJORA DE LA EDUCACIÓN; cuando los indignados se expresaban, cuando…
Esos, estos, políticos sin clase que se han llenado la boca diciendo, por activa y por pasiva, que ELLOS han construido, con la ayuda de sus vasallos, eso sí, una paz y una transición que ha permitido la democracia, a pesar del 23 F…Estos, se han atrevido, ultrapasando “la senda” a descubrirse, ya sin más pudor, y mostrarnos el tricornio y el bigote que SIEMPRE HAN LLEVADO y, sin ética ninguna, cospedalean y comparan a quienes organizaron el acto de hoy en los alrededores del congreso y a quienes han participado en el con terroristas golpeadores de estado, convertidos, según ellos, en tejeros de calle, tejeros unidos en plataforma, que, a su juicio, deben ser exterminados, asaltados, cacheados, insultados, puestos al morro de los perros policíacos que se utilizan en operaciones de riesgo, acercados peligrosa y amenazadoramente al lateral del pantalón de la policía, enviada por ellos, cobardes que buscan delegar en los funcionarios de uniforme, donde está la pistola y la porra de goma. Por si acaso.
Por si acaso, las niñatas con pelo ondulado con pinzas y bigudíes de marca, cospedalean, amparándose en su formación jurídica y, como quien no quiere la cosa (que no la quieren, por si teníamos dudas) van y dictan, brazo en alto que el acto de manifestarse en el congreso es -más que la manifestación de un malestar y una presión pacífica, un basta ya, para que abandonen la senda que no cesa de hundirnos cada vez más- un golpe de estado que se asemeja al denostado 23 F.
Si la legislación en relación a los delitos de los pirómanos está siendo objeto de revisión, no se pierden este caso de cospedalpiromancia: la prepotencia de la barbipepera le ha llevado a creer que nada pasa si, sobre una hoguera alimentada por el paro y el no llegar a fin de mes, nuestra “recortada y secuestrada” existencia, ella y sus ondas capilares vierten un poco de gasolina. Eso no es un 23 F, señores y señoras. Eso es…no abandonar la senda y, a los demás…¡ que les den!
Pues no, no cuela.
No intenten confundirnos.
Los del tricornio son ustedes, personajes de una novela titulada “El espíritu no de la Colmena, sino de Tejero”; caminantes de senda, pesados hasta lo impensable; saqueadores de “bankios”; inventores de enfermedades irreales, como “el estrés de la banca”; objetos poco animados pegados con Loctite a su poltrona; fascistas y tejeros con camisa de azul cuello y puños impolutos. No cuela. No nos cuela su “¡Se sienten, coño”!
Se les ve el plumero al intentar criminalizar la manifestación de hoy.
“Se sienten, coño” pero ustedes. Dejen de saltarse a la torera los derechos mínimos que hemos adquirido con la lucha de hombres y mujeres que, antes de que ustedes aprendieran sus discursos de blablabla-pijo, ya se partían la cara delante de los grises. Dejen de detener a manifestantes, de esposarlos, chantajearnos, amenazarnos, ponernos debajo de los perros policía y de vejarnos.