Después de la Marcha Negra: recordar para no olvidar
Por PURA MARÍA GARCÍA*. LQSomos.
Hay un ayer, un antes, en la lucha de los mineros que deberíamos recuperar de nuestra memoria. Recordar para no olvidar, como una de las armas de las que no nos han desposeído quienes manejan el timón del barco en que vamos conducidos a la deriva. Recordar para comprender y, en especial, para no permitir que se reproduzcan errores pasados, escondidos en cantos de culpa entonados a posteriori con la boca pequeña, y para no continuar tragándonos el espejismo de creer que somos libres en una sociedad donde predomina la tiranía: la de los mercados, la de la corrupción, la de los políticos y técnicos que dicen y se contradicen, la de la banca que vende lo que aún no tiene y compra lo que nunca nos dio.
Hace una semana, en la población leonesa de Bembimbre, en El Bierzo, se enfrentaron los mineros y un grupo de representantes de la guardia civil. Los mineros intentaron rodear el pueblo con barricadas hechas con camiones. Cerca de la medianoche la guardia civil lanzó su respuesta en forma de pelotas de goma que hicieron que los mineros se dirigieran hacia el centro de la población, donde muchos ciudadanos les ofrecían sus casas para protegerlos de la violencia de los “representantes de la ley”. Los mineros intentaron cortar la Nacional VI antes de que se produjeran las detenciones. El resultado: magulladuras, tres detenidos y un herido.
También el mismo día se llevaron a cabo otras protestas en la provincia de León, cortando accesos a carreteras y manifestándose en concentraciones, como la del Palacio de los Guzmanes, donde continúan encerrados, ya más de 40 días, un grupo de seis mineros para reivindicar su situación y denunciar los tejes y manejes de la patronal minera y los representantes del gobierno.
Aunque políticos y capos, como Victorino Alonso, presidente de la patronal minera y ostentador de un record en cuanto a juicios pendientes y operaciones empresariales nada claras, se empeñen en que creamos que el conflicto está resuelto no es así. Lo dicen los mineros encerrados: “No tenemos intención de salir de aquí hasta que el ministro deje de eludir el asunto y busque una solución”.
Tras mes y medio largo, este grupo de mineros encerrados en el Palacio de los Guzmanes, continúan intentando dejar de lado su desesperanza y agotamiento para seguir pidiendo al ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, que convoque, sin más demora, la Comisión de Seguimiento del Plan del Carbón, que están solicitando desde hace meses y que, de no constituirse, provocará que su huelga se extienda ya que “de momento no se ha establecido ningún acuerdo ni con las empresas ni con los trabajadores”, informan a la opinión pública.
Ellos, como muchos de nosotros, nos preguntamos cómo es posible que no se haya avanzado nada en un conflicto que ya dura más de dos meses, una situación en la que el ministro, empeñado en engañarles y engañarnos, con las expectativas de “diseñar un nuevo plan” y en confundir a los ciudadanos haciéndoles creer que son los mineros los que no quieren reunirse, cuando en realidad las empresas y los sindicatos son quienes intentan evadir su papel y su responsabilidad, y que existe una significativa división, tras la Marcha Negra, entre los mineros, información intencionadamente falsa.
También en Ponferrada, días atrás, unos doscientos mineros y funcionarios protestaban contra los recortes del gobierno de PinochoRajoy.
Recordar para no olvidar, para no perder la memoria, para ser conscientes de que existe un Plan del Carbón que comienza con la redacción de un párrafo introductorio que, vista la situación de los mineros hoy, es una mentira insultante, y no solo para ellos, sino para todos:
“El Plan reconoce, como principios generales, el carácter integral del mismo, la necesidad de estabilizar la actividad del sector en niveles compatibles con su condición de recurso estratégico en el abastecimiento energético, de modular la evolución del empleo en función de las necesidades de las unidades de producción y de organizar la aplicación de las ayudas, así como de promover la reactivación de las comarcas mineras, todo ello de modo coherente con la normativa europea. Asimismo, el Plan contempla entre sus prioridades el respeto al medio ambiente, el fomento de la I+D+i, la mejora de la calidad de vida en las comarcas mineras y la creación de empleo juvenil en las mismas”.
Recordar, para no olvidar, que lo que se pretende es acabar, progresivamente, con la minería, un sector estratégico con un presupuesto respecto al que Rajoy propuso un 64% de recorte, que significaba la reducción de unos 500 millones de euros en las ayudas. Aunque Rajoy, la patronal y las empresas implicadas se empeñen en que no seamos conscientes, no deberíamos pasar por alto que esta reducción no es un tijeretazo más y que en este sector, en el que hoy en día se calculan más de 25.000 puestos de trabajo relacionados que implicarían a unas 200.000 personas, el recorte intencionado y a traición se hace a sabiendas de que no se respetan acuerdos firmados, un donde dije digo digo diego más, y que las medidas afectarán especialmente no a la producción, sino a las condiciones laborales, aumentando el riesgo del trabajo de los mineros y obviando los mínimos establecidos en prevención de riesgos laborales.
Además, si leemos el documento con detenimiento, encontramos este marco legal que el gobierno “del reino de España” está saltándose a la torera, uno más:
“El seguimiento y control de los orígenes y calidades del carbón se realizará también cada 3 meses trasladándose los informes a la Comisión de Seguimiento.
La Comisión tendrá competencia interpretativa en el caso de que se produzcan discrepancias de lectura del Plan y valorará anualmente la marcha de la gestión del mismo, en todo lo relativo a los aspectos de ordenación del sector minero del carbón.
La Comisión de Seguimiento del Plan será partícipe, valorará y, en su caso, si fuera necesario, tomará las decisiones oportunas sobre los Acuerdos de las Subcomisiones”.
Mientras, el consejero de Economía y Empleo del Principado de Asturias, Graciano Torre, reclama al Gobierno una solución para el conflicto del carbón que ha provocado la huelga que mantienen los mineros, el secretario de Estado de Energía ha contestado con un “estamos estudiando fórmulas para solucionar esta situación”. Un Suma y Sigue de lavarse las manos mientras el colectivo minero se ve abocado a una lucha que no ha cesado desde 1934.
Un Suma y Sigue de un conflicto que queda perfectamente reflejado en el contenido de la carta escrita por un minero de Turón, en la que destacan párrafos muy esclarecedores y emotivos:
1º La lucha que están llevando los compañeros en éstos momentos, no es para pedir dinero, sino para que se respete el acuerdo firmado el año pasado entre el Ministerio de Industria y los sindicatos mineros, la firma de éste acuerdo tenía unas ayudas asignadas hasta el año 2018.
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