¿Dónde vas, Europa?

¿Dónde vas, Europa?

Por Javier Sáenz Munilla*

La reciente visita a España del Ministro de Exteriores de la República Popular China, Wang Yi, ha pasado sin pena ni gloria. Apenas unas líneas en algún periódico de postín, como si el jefe de la diplomacia de la gran potencia emergente viajara a España cada dos por tres. Y en las escasas y breves referencias en los medios, ni siquiera se ha informado del fin de dicha visita ni de los asuntos tratados en sus entrevistas con sus interlocutores españoles.

Días después, y en una reunión informal con presencia de destacados xinólogos, se ha desvelado una ambiciosa propuesta China, vinculada con la Nueva Ruta de la Seda, que la enlazaría con dos nuevos macro-puertos, uno en Valencia y otro en Algeciras, éste con un túnel bajo el Estrecho que le uniría con África y todo financiado por la República Popular. El Gobierno español habría dicho no. No, entre otras cosas, a miles de puestos de trabajo y a una inversión multimillonaria en el Campo de Gibraltar. No, quizás, a la solución al grave problema del paro en esa zona y de paso al problema del narcotráfico. No hay que ser muy listos para aventurar que ese NO emitido por Madrid fue dictado por Washington.

El suicidio de Europa

Recuerdan gobiernos y medios de comunicación occidentales el segundo aniversario del inicio de la guerra de Ucrania, cuando bien es sabido que ese conflicto comenzó bastantes años antes de la invasión rusa. Como consecuencia de ello, la Unión Europea decidió poner por delante su ingreso en la guerra, como bien declaró Borrell, “Europa está en guerra”, por encima de los intereses europeos, incluidos los deseos de paz de su población, poniendo en peligro sus intereses estratégicos vinculados a sus necesidades energéticas y también económicos, lo que provocó el aislamiento y la eliminación sus vínculos con Rusia. Europa intentaba sancionar a Rusia y se sancionó, se sigue sancionando a sí misma.

El prestigioso sociólogo francés Emmanuel Todd decía estos días que al sustituir el eje París-Berlín, que por ejemplo se opuso a la guerra neocon con Iraq, por el eje Londres-Varsovia-Kiev, se ponía fin a Europa como actor geopolítico autónomo. Yo pienso que Europa no ha sido eso nunca, bajo la hegemonía de los Estados Unidos. Si acaso, cuando aun Charles De Gaulle ejercía el poder y Europa tenía algún estadista de nivel, se permitía expresar ciertos peros sin mayor trascendencia. Pero los Estados Unidos mandan aquí, como está mandado.

Para eso se estableció la OTAN, bajo mando norteamericano, desde luego bajo su poder militar y últimamente con el mando disimulado del cipayo de turno, sea español o danés. La OTAN está, entre otras cosas, no para proteger a Europa Occidental, sino para controlarla. Y, de paso, usarla en expediciones tipo Libia.

Alemania, en declive

El eje París-Berlín se vislumbra imposible de reconstruir, con la que ha caído sobre Alemania. Con la que ha provocado, mejor dicho, la sumisión de Alemania a los deseos e imposiciones de los Estados Unidos a la que fue un día locomotora europea. Hoy Alemania está hundida como consecuencia de su aislamiento de Rusia, de cuyo gas e intercambios económicos dependían sus finanzas.

La canciller Merkel sabía lo que hacía cuando decidió abrir de par en par las fronteras a los migrantes que huían de Afganistán, Iraq, Siria… Durante años, la República Federal ha podido hacer frente a su baja tasa de fertilidad y a la caída de la demanda interna gracias a la inmigración y a una economía productiva centrada en la exportación. Eso se acabó.

La locomotora alemana se ha hundido el cuarto trimestre del 2023, con un PIB del menos (-)0,3%, por el aumento de los precios de la energía, la reducción de la producción industrial y la pérdida de la competitividad que ha provocado una caída de las exportaciones en 2023 del 1,2%.

Según la UE, 7,5 millones de alemanes tienen minijobs y por tanto minisalarios, la población en riesgo de pobreza es de 7,5 millones. Con una alta tasa de inmigrantes, casi 20%, eso da lugar a un peligroso aumento de la xenofobia. Según una encuesta del semanario Focus, el 26 % de los alemanes piensan su apoyo a un partido que quiera sacar a Alemania del Euro. Eso es lo que plantea el ultraderechista AFD. La hipotética salida de Alemania del Euro sería el fin de la Eurozona y un paso más hacia el estancamiento de Europa. ¿Es eso lo que busca Estados Unidos? Pues lo parece.

El papel geoestratégico

Podemos calificarlo ya de ridículo. Europa cada vez pinta menos y se vislumbra ya incapaz de influir en el Nuevo Orden Mundial, que surge al tiempo que se va apagando el gran Hegemón y surge en el horizonte, al Oriente, el orden multipolar que propugna China y los cada vez más numerosos BRICS.

El genocidio israelí en Palestina está haciendo perder la batalla del relato a Israel y, de paso, a sus mentores occidentales. Mientras la mayor parte de la población, también en Occidente, apoya a las víctimas y clama porque se ponga fin a las masacres, los gobiernos europeos, bajo mandato de Estados Unidos y con apenas excepciones con algunas palabras, pero sólo palabras más fuertes como es el caso del gobierno español, se alían con el sionismo. Llegando incluso a prohibir manifestaciones contra la matanza en Italia, Francia y Gran Bretaña. Con 30.000 asesinados ya, Europa, los Estados Unidos al frente, son incapaces de parar esa carnicería. ¿Dónde están las guerras preventivas de la OTAN? Sólo se activan para defender los intereses de Occidente, no para defender “nuestros valores, nuestras democracias”.

Ucrania es otro abismo. Los ciudadanos europeos claman por el fin de la guerra, por la vuelta a las vías pacíficas, por las negociaciones que pongan fin a un conflicto estancado que sólo produce muerte y destrucción. También buenos réditos a los complejos militares-industriales, sí. Y cada vez que rusos y ucranianos han intentado abrir negociaciones, EEUU y Europa las han bloqueado. Hay que vencer a Rusia, dicen. Esta es una guerra de Rusia contra Occidente. Pues bien, si las cosas siguen como están hoy, Rusia va a vencer a Occidente, pues así es como Occidente ha planteado esta guerra.

Si seguimos echando un vistazo al mundo, nos encontraremos, vayamos hacia el Este o hacia el Oeste, con que el papel de Europa es cada vez más controvertido y débil. Europa pierde su credibilidad en Latinoamérica, donde se la ve como un pelele del Amo del Norte. Y en África, el fracaso de las misiones militares, supuestamente para luchar contra el yihadismo, ha supuesto su expulsión de la región y la progresiva sustitución por los rusos.

Elecciones en la UE

Y en vísperas de unas elecciones al Parlamento Europeo, en las que se anuncia ya un gran avance de la extrema derecha, la señora Úrsula Von der Leyen anuncia que quiere repetir en el puesto de mando.

Será por sus éxitos. Ya hemos visto algunos. Tiene el apoyo de Washington, faltaría más. Y, por ende, el de las principales empresas multinacionales. Especialmente de la farmacéutica Pfizer.

La diputada Michelle Rivani, quien murió sospechosamente de un infarto, investigó y descubrió el cabildeo de la Pfizer con la Presidenta europea y logró que se publicaran los mensajes que intercambió Von der Leyen con el Consejero Delegado de Pfizer Albert Bourla, en plena negociación que ella encabezó para la millonaria compra de las vacunas de la Covid.

Añadir que bajo su mandato, ninguno de los grandes problemas europeos han sido solucionados, empezando por el de las migraciones y la imparable racha de muertos en las aguas mediterráneas y atlánticas y terminando por la inflación que se ha comido el 20% de los salarios de los trabajadores.

Qvo vadis Europa? Pues si no se varía el rumbo 180 grados, en la estela del Gran Hegemón, va directamente al fondo marino.

Miembro del Colectivo LoQueSomos. En Twitter: @pepitorias
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