EEUU: los guardianes de la moral y los perniciosos cómics

Por Miguel A. Fernández*

Hoy es el Día del Cómic y del Tebeo, es buen momento para recordar que hubo un tiempo en el que los guardianes de la moral se dedicaron a quemar cómics para evitar su “perniciosa influencia” en la infancia. Va pequeño hilo incendiario y censor…

Aunque había habido amagos previos, es en los EEUU de posguerra, cuando el psiquiatra neoyorquino Fredric Wertham comienza su campaña para prohibir la venta a niños. El argumento: que los infantes imitaban a los personajes y se insensibilizaban ante la violencia.

No era el único, para el crítico John M. Brown, los cómics eran nada menos que “La marihuana de la guardería, la pesadilla de la cuna, el horror de la casa, la maldición de los niños y amenaza del futuro”. Argumentos repetidos por personajes como Edgar Hoover, Director del FBI.

Y en 1954 una investigación del Senado estadounidense para la Delincuencia Juvenil, relacionaba su incremento con los tebeos.
Total, que el fuego fue adoptado por padres y maestros como solución expeditiva y se extendió no solo por Estados Unidos sino también por Japón, Canadá…

Viendo la que estaba cayendo, los editores de cómics decidieron crear un organismo que controlara sus publicaciones, autocensurándose y evitando así que los cómics fuesen prohibidos o acabasen pasto de las llamas. Se creaba el ‘Comics Code Authority’.

El código prohibía el uso de la palabra Terror en los títulos, los malos no podían ser glamurosos, se prohibían desnudos, vampiros y fantasmas… y por supuesto la autoridad debía ser siempre respetable y el bien triunfar frente al mal. Ejem, todo bajo control.

Con el tiempo, la controversia se fue olvidando, los 60 trajeron nuevos aires y en 1971 el código relajó restricciones sobre crímenes y terror. A finales de los 80 casi nadie colocaba el sello en portada. Finalmente, olvidado por todos, el organismo censor desaparecería en 2011.