EEUU presiona para que Colombia mantenga el fracasado plan antidrogas de Washington
Por Camilo Rengifo Marín*. LQSomos.
En otro acto tendiente a la desestabilización del gobierno progresista de Colombia, el jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina y el Caribe, Brian Nichols, consideró “muy difícil” que el plan antidroga del presidente Gustavo Petro tenga éxito si no erradica cultivos.
Durante una audiencia en el Senado sobre las relaciones entre Estados Unidos y Brasil, el republicano Jim Risch sacó a relucir el tema de la política antinarcóticos de Petro, cuyo enfoque se centra en la prevención del consumo en lugar de la persecución de los cultivadores de la hoja de coca, la base de la cocaína.
Petro ha prometido traer una paz duradera a Colombia después de seis décadas de violencia, en parte reformando el modelo de guerra contra las drogas -apoyado por Estados Unidos- para hacer hincapié en el consumo y no tanto en la producción. Es difícil olvidar que Estados Unidos es el principal consumidor de cocaína del mundo.
Colombia “por primera vez en dos décadas, no ha logrado erradicar una sola hectárea de coca” y “las incautaciones de heroína y cocaína han disminuido drásticamente mientras que su producción ha aumentado”, afirmó el senador. Nichols presumió de “un diálogo sólido” con el gobierno colombiano sobre la lucha contra los estupefacientes y el estado de derecho.
“Creemos que un enfoque holístico es vital en Colombia y ese enfoque debe incluir prohibición, erradicación, oportunidades de desarrollo alternativo, el cuidado del medio ambiente en las zonas rurales y las oportunidades para apoyar los medios de vida rurales”, afirmó, y añadió que habrá un diálogo de alto nivel a finales de marzo. Obviamente lanza los misiles antes del diálogo, tratando de que Colombia vuelva a aplicar las medicinas pergeñadas por Washington, que fracasaron durante décadas.
La política antinarcóticos de Petro se centra en la prevención del consumo en lugar de la persecución de los campesinos cultivadores de la hoja de coca, la base de la cocaína.
El senador Risch insitió en preguntar por qué Colombia detuvo la erradicación en enero.“El presidente Petro dijo que deseaba reevaluar las políticas antinarcóticos de las administraciones anteriores y como parte de esa reevaluación quería tener una política de erradicación puramente voluntaria”, contestó Nichols.
Las negociaciones sobre cómo funcionará “están en curso” pero “creemos que es muy difícil tener éxito si no hay presión a la baja sobre el cultivo, y particularmente antes de que un programa voluntario de erradicación esté en marcha”, añadió.
El ministro de Justicia, Néstor Osuna, aclaró los rumores sobre la posibilidad de legalizar los cultivos de uso ilícito y aseguró que dentro de las políticas y las propuestas esta no es una posibilidad, y explicó que el centro de lo que se quiere hacer es se prime la vida de las comunidades.
“Queremos una nueva Política de Drogas basada en la protección de la vida y de los derechos humanos, sostenible y amigable con el medio ambiente, que concentre el esfuerzo punitivo en aquello que debe perseguirse: el tráfico de cocaína y el lavado de activos”, explicó el ministro que en la misma línea de lo que ha mencionado el presidente explicó que esta debe ir más allá de la criminalización.
Además, hizo énfasis en que el éxito de este trabajo está en determinar la forma cómo se van a erradicar los cultivos de hoja de coca, cuáles se van a erradicar de inmediato, cuáles van a entrar en un proceso de gradualidad.
La nueva política de drogas incluye darle oxígeno a algunas actividades y asfixiar otras. Oxígeno a los eslabones más débiles, a los campesinos y cultivadores de hoja de coca, y asfixia a traficantes, lavadores de activos y mafias.
Desde que llegó al poder, Petro ha prometido prohibir de plano las fumigaciones con glifosato –suspendidas desde 2015 por un fallo de la Corte Constitucional que apelaba al principio de precaución – y ha tachado de fracaso la guerra contra las drogas. “Yo les demando desde aquí, desde mi Latinoamérica herida, acabar con la irracional guerra contra las drogas”, dijo en septiembre en su primer discurso ante la Asamblea General de la ONU.
Después de haber preparado el terreno para sepultar de una vez por todas las fumigaciones aéreas con glifosato contra los cultivos de coca, la Policía Nacional fijó su meta de erradicación de cultivos ilícitos para el año 2023 en 20.000 hectáreas, una notable reducción de 60% con respecto a las 50.000 que se proponía para 2022. Una noticia ilustrativa del cambio de los tiempos.
Colombia es desde hace años el principal productor mundial de hoja de coca, la materia prima para la cocaína, y ha alcanzado un nuevo récord en el terreno dedicada a esos narcocultivos. El área total se disparó de 143.000 a 204.000 hectáreas al cierre de 2021, de acuerdo con el último informe anual del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de Naciones Unidas (Simci), la medición oficial.
El potencial de producción de clorhidrato de cocaína alcanzó 1.400 toneladas. Ambas son las cifras más altas desde que se tienen registros.
En el frente internacional, Petro ha sumado respaldos en ese propósito, en la convicción de que la lucha contra el narcotráfico necesita cambios profundos, pues la política de la prohibición fracasó: así lo señalaron los líderes mundiales agrupados en la Comisión Global sobre Política de Drogas, a la que pertenecen, entre otras, dos expresidentes colombianos: Juan Manuel Santos (2010-2018) y César Gaviria (1990-1994).
También el Grupo de Puebla, que reúne a dirigentes y expresidentes progresistas de Iberoamérica, ha apoyado sus esfuerzos por descriminalizar las drogas. Y cuando Petro visitó en noviembre a Andrés Manuel López Obrador, Colombia y México se propusieron convocar al resto de América Latina a rediseñar y replantear la política de drogas con una gran conferencia de mandatarios de la región, algo que Estados Unidos pretende evitar.
* Economista y docente universitario colombiano, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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Muy bien que la comunicación de pensamiento crítico se fortalezca.