El callejero madrileño y la memoria histórica
Cristina Calandre Hoenigsfeld. LQSomos. Febrero 2016
Calle para el Conde de Vallellano, franquista y Grande de España… y cárcel, multa y depuración para el Dr. Luis Calandre Ibáñez, republicano e institucionista.
Hace 76 años, el once de enero del año 1940, el Conde de Vallellano, Grande de España, firmó una denuncia, como Presidente de la Cruz Roja franquista, donde incluía una carta “personal“ que mi abuelo, el eminente cardiólogo, Dr. Luis Calandre Ibáñez, había escrito al comienzo de la Guerra civil española -en agosto de 1936- dando su apoyo al Presidente republicano de la Cruz Roja, Aurelio Romeo, y solicitando continuar como médico del Servicio de Cardiología en el hospital de San José y Santa Adela, al que pertenecía desde 1925.
Carta con su firma, con membrete de su dirección personal, Castellana 30
Documento-Carta del Conde de Vallellano, sin poner la firma, ni el membrete de la carta del Dr. Calandre. Y con el Sello de la Asamblea Suprema de la Cruz Roja.
El Conde de Vallellano, Fernando Suárez y Tangil tiene “en su honor” -desde enero de 1975- una calle a su nombre en el barrio madrileño de Tetuán-Cuatro Caminos y en otras ciudades como Córdoba, (en cambio otras como Tarragona, hace tiempo que la retiraron) que ahora, con motivo del cambio del callejero franquista que está llevando a cabo el Ayuntamiento republicano de “Ahora Madrid”, en aplicación del artículo 15.1, la Ley 52/2007 de 26 de diciembre, conocida como la “Ley de la Memoria Histórica”, se tiene previsto retirar. Esta acción, se encuadra, dentro del “Plan integral de la memoria de Madrid”.
El Conde de Vallellano fue nombrado por Franco, en septiembre de 1936, Presidente de la Cruz Roja Franquista, institución que pasó a dirigir, apoyando a los sublevados. Había sido anteriormente Alcalde de Madrid, durante la Dictadura de Primo de Rivera.
Mientras, la Cruz Roja, leal a la II República, tuvo de Presidente a Aurelio Romeo Lozano.
El Dr. Luis Calandre Ibáñez defendió la legalidad republicana, desde la Cruz Roja, primero, y luego, a partir de marzo de 1937 y hasta el final de la guerra, como director del Hospital de Carabineros situado en la antigua Residencia de Estudiantes, donde se curó de una epidemia de malaria a los milicianos, y en donde se hizo construir un refugio antiaéreo, para protegerlos de las bombas. Por lo bien que cuidó de los edificios, fue nombrado subdelegado en Madrid en octubre de 1938 por la Junta para Ampliación de Estudios (JAE).
Volviendo a la carta-denuncia, ésta le perseguiría durante muchos años, siendo una de las principales pruebas para que fuera sometido a tres consejos de guerra sumarísimos militares, el de Responsabilidades políticas y el del Colegio de Médicos.
Primero fue presentada la denuncia de la Cruz Roja, en noviembre de 1939, ante el Tribunal de Responsabilidades Políticas.
Posteriormente, en febrero de 1940, se presentó la misma denuncia ante el Tribunal Militar franquista.
Finalmente, el Colegio de Médicos utiliza de nuevo esta carta firmada por el Conde de Vallellano, como Presidente de la Cruz Roja, en la instrucción de su depuración profesional y aplican la Orden de 6 de octubre de 1939, firmada por Ramón Serrano Suñer, de Depuración de Médicos, incluidos los judíos.
Como consecuencia de estas denuncias ante los tribunales franquistas, mi abuelo fue condenado a cárcel, multa y depuración profesional.
Por eso me dirigí hace unos meses al área de Gobierno de Cultura del Ayuntamiento de Madrid para solicitar que se retirara lo antes posible el nombre de uno de los verdugos del eminente Dr. Luis Calandre Ibáñez del callejero de Madrid, quedando debidamente registrados mi propuesta y los documentos acreditativos.
Próximamente espero dar una charla sobre este tema en la Asociación de Vecinos del distrito madrileño de Cuatro Caminos-Tetuán, que tiene muchas calles con nombres de franquistas por retirar, como la del General Yagüe, General Varela, General Moscardó, Capitán Haya y otros como Fernando Suárez Tangil, Conde de Vallellano, Grande de España y académico histórico de la Real Academia de Ciencias Morales, institución que está bajo el Alto Patronazgo de Felipe VI, y en la que también están personajes, como Ramón Serrano Suñer.
Tiene que quedar muy claro, que hay que rendir homenaje a los héroes que defendieron la legalidad republicana y no a los que apoyaron el golpe del 18 de Julio de 1936, y retirar esas placas de las calles, como señala la Ley de la memoria histórica de diciembre de 2007 y que los anteriores alcaldes, como Alberto Ruiz Gallardón y Ana Botella, ambos del Partido Popular, se negaron a aplicar.
Hasta la propia página web del Congreso de los Diputados reconoce la legalidad de las Cortes Republicanas, hasta el 31 de marzo del año 1939 y la ilegalidad del golpe del 18 de Julio, y de su Boletín Oficial de la Junta de Defensa Nacional, la misma que nombró al Conde de Vallellano, Presidente de la Cruz Roja franquista, el 23 de septiembre de 1936, desde Burgos.
La poetisa, y académica de la Lengua, Carmen Conde, paisana de Calandre, amiga y paciente, escribió a su muerte, este Réquiem, que muestra magistralmente el carácter de mi abuelo.
Hola Javier, compartimos lazo familiar con el Dr. Aurelio Romeo. Era el tío de mi padre. Mi abuela paterna, Teresa Romeo Lozano, era hermana de Aurelio. Casualmente llevo un tiempo investigando sobre la familia que emigró a México, etc etc..
Hola, Luis, buen día,comparto también lazo familiar con el Dr. Aurelio Romeo, mi bisabuelo. Actualmente estoy investigando sobre los antecedentes de la familia, antes de emigrar a México, y me encuentro en Madrid. De ser posible, me gustaría compartir algo de lo que hemos encontrado al respecto. ¡Saludos!
En el articulo esta errado el apellido ROMERO, debe de ser ROMEO ( Dr. Aurelio ROMEO Lozano) tal y como lo escribe el Dr. Calandres en su carta dirigida a el. Por alguna razón y en muchos artículos sale el mismo error. Soy su bisnieto y tengo los documentos que prueban que su apellido es ROMEO.
Ya está corregido. Muchas gracias.
Una carta muy bien documentada.