El efecto “roulotte”
Patxi Ibarrondo*. LQSomos. Abril 2016
Cuando paso por el centro urbano de Santander, lo que evito en lo posible, porque el consolidado ultraísmo costumbrista me deslumbra los ojos y los hace llorar, no puedo evitar toparme con un enorme bulto que le ha salido en un costado a su hermosa bahía, a la altura de Calderón de la Barca. El dramaturgo del honor, quién lo dijera…
No entiendo muy bien, o quizá sí, si me pongo perverso, la magnitud de tal dispendio y tan empecinamiento faraónico. En los trazos del croquis de la megalomanía, se vislumbra la necesidad de imperar. El costoso cacharro de lux es, ni más ni menos, la “opera magna” del virreinato de un clan familiar. Un clan cuyo denodado empeño es conseguir el fatigante dibujo de sus raíces culturales santanderinas, supeditando la realidad a su árbol genealógico. En este rito paleofunerario no cabe la disensión, sino el propósito permanente de dominio monetario y Kultural. Dicho de otro modo, entrar en la Historia de las Artes. Sublimar la vulgaridad de simples amasadores de pasta y entrar en el Olimpo de los seres exquisitos.
Para rubricar el espectáculo, se buscó la firma adecuada y disponible para el diseño de la estructura. Un oximoron indiscutible que abarcase desde la gruta de Altamira a la cefalópoda decadencia del siglo XXI. El banco como sinónimo de su ciudad y el apellido tesorero; siempre presente a nivel nacional, aunque con proyección trasatlántica y cósmica.
Para mí que el tan laureado arquitecto “Pritzker” Renzo Piano, dibujó la materia de un arte inmóvil, polivalente, posmoderno, sin anclaje en la tradición. Ni en la triste y gris historia de la sojuzgada apariencia provincial, con ansias de universo renacentista. Es decir, el edificio del Centro Botín es lo más parecido a una gigantesca “roulotte”…que entorpece cualquier perspectiva frontal o diagonal de la sin par bahía de Santander. La conseguida impresión es la de la apoteosis del valor del dinero vagamundo: una caravana de la usura triunfal “chueta”, y el espíritu rodante y global de los billetes de 500 euros… Es como la caravana del cajero automático en un día de feria de ganado; las agrícolas bostas en el suelo cagigal, pero al tiempo las alfombras persas en los jardines colgantes…