El gobierno de Milei sigue sumando derrotas, sin reforma laboral ni Ley Ómnibus

El gobierno de Milei sigue sumando derrotas, sin reforma laboral ni Ley Ómnibus

Por Diego Lorca*

A menos de dos meses de asumir el gobierno suma una nueva derrota, ya que este martes en la cámara de diputados la Ley Ómnibus volvió a comisión y se da marcha atrás con la aprobación que tenía en general, en síntesis, todo vuelve a foja cero.

La DNU y la Ley Ómnibus son de facto una nueva constitución y no simplemente “una ley” o “un decreto”.

La semana pasada la cámara de diputados aprobó en general la Ley “Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” y este martes comenzó la discusión artículo por artículo, llegando incluso a aprobarse las facultades delegadas al presidente; un punto de los más polémicos ya que asigna poderes extraordinarios a Javier Mileri para llevar adelante medidas sin respetar la división de poderes.

Todo iba encaminado para el gobierno, pero cuando llegó el punto de discutir las privatizaciones y la coparticipación del impuesto PAIS, y al ver que no tenía la mayoría necesaria para su aprobación, Oscar Zago, Jefe del Bloque de La Libertad Avanza, pidió volver la discusión que los parlamentarios sostuvieron durante todo enero a cero, es decir. volver a comisión a rediscutir toda la ley originalmente presentada.

El Presidente Javier Milei, que se encuentra en el extranjero realizando visitas diplomáticas, expresó a través de su cuenta en la red social X, lo que ya resuena más como un mantra que como una realidad, a saber: “La traición se paga cara y La Libertad Avanza no va a permitir que los gobernadores extorsionen al pueblo para mantener sus privilegios. La Ley Bases vuelve a comisión”.

Trabajadores que “No la ven” y una casta empresarial que siempre la ve

Es importante remarcar que las dos iniciativas que tuvo el gobierno, el mega DNU y la Ley Ómnibus, son de facto una nueva constitución y no simplemente “una ley” o “un decreto”. Durante meses, Federico Sturzenegger (ex funcionario del gobierno de De la Rúa y de Mauricio Macri) estuvo trabajando sobre esta reforma profunda del Estado y la economía argentina a pedido de la Asociación de Empresarios Argentinos (AEA) y de Patricia Bullrich, ex candidata a presidenta por la alianza CAMBIEMOS. A los dueños del chancho se le vieron los hilos rápidamente, ya que tras la aprobación en general de la Ley Ómnibus, AEA corrió a celebrar la media sanción y expresó mediante un comunicado: “que representa un paso muy importante” y que “contribuye a despejar la incertidumbre”.

Esta “reforma constitucional” a medida de la casta empresarial, se puso en marcha ni bien asumió Javier Milei y designó en el Ministerio de Economía al ya conocido “Messi de las finanzas” Luis “toto” Caputto. Los primeros en salir al cruce fueron los trabajadores organizados en la CGT quienes realizaron una serie de asambleas que finalizaron con un llamado a Paro General para el 24 de enero y la denuncia en la justicia del Capítulo IV del DNU que proponía una reforma laboral considerada inconstitucional por la central de trabajadores. Fue así como la sala de feria de la Cámara del Trabajo resolvió el amparo planteado por la CGT y determinó finalmente que dicha reforma laboral es inconstitucional.

Paro general. 24 enero

A la vía jurídica se le sumaron también numerosos cacerolazos en todo el país, y finalmente, el 24 de enero con una gran nivel de acatamiento se llevó adelante el primer paro general que movilizó a más de 1,5 millones de trabajadores y trabajadoras en todo el país. Se desarrollaba así la primera gran derrota del gobierno en manos de las y los trabajadores organizados, que entendían que esta reforma solo traería más desocupación y trabajo informal, y menos derechos laborales y salariales.

No pretendemos adjudicar al nuevo gobierno problemas que vienen de larga data, pero lo que es evidente es que las medidas adoptadas han contribuido a empeorarlos considerablemente. Según una reciente encuesta de Zubán Córdoba y asociados, el 80% considera que “el ajuste de Milei lo está pagando la gente”, el 55% considera que “el libre mercado funciona solo para los ricos”, el 70% está en desacuerdo con que “se deben privatizar todas las empresas estatales” y el 80% está de acuerdo con que “el estado tiene que definir las reglas básicas del sistema económico. Sumado a esto, la imagen negativa de Javier Milei crece hasta quedar en un 55,2% y la de Bullrich en 60%. Como contracara, la imagen positiva de la CGT creció y se ubicó en un 40%.

En medio de un clima de incertidumbre política y económica, las y los trabajadores tienen una sola certeza: se encuentran materialmente empobrecidos día tras día. Producto de la histórica devaluación de Caputto del 118% y de la inflación del 50% acumulada en los casi dos meses de gestión, la pérdida del poder adquisitivo es del 33%. Retengamos esta idea: nunca se dio una caída del salario tan profunda y tan rápida en la historia argentina. A lo anterior falta sumarle la quita de subsidios en energía y transporte que afectará considerablemente el bolsillo de las y los asalariados e informales.

Además, como resulta evidente, esta pérdida en el poder adquisitivo repercutió negativamente en los indicadores de consumo, dando como resultado una caída del 12% en el mes de enero de los productos de consumo masivo, a saber, alimentos, bebidas y artículos de higiene personal. Por su parte, la Cámara de la Mediana Empresa (CAME) informó que las ventas minoristas cayeron un 14% en diciembre de 2023 y un 30% en enero del corriente año. Otros rubros también presentaron caídas severas en las ventas, como fue el caso de la indumentaria con una caída del 30% en el mercado formal y un 40% en el mercado informal, según informó la Cámara Argentina de la Indumentaria. Lo que quiere decir que las familias consumen menos comida y menos alimentos que hace dos meses, demostrando con esto que finalmente el ajuste está cayendo sobre las mayorías trabajadoras y no sobre la tan mencionada “casta”.

Pero el ajuste no llega por igual en todos lados. ¡Hay plata!, pero no para salarios, ni para educación ni para salud, solo hay cheque en blanco para reprimir. Patricia Bullrich, Ministra de Seguridad de Milei (y del anterior gobierno de Macri) parece ser la única cartera que tiene permiso para gastar a discreción, y lo hace principalmente para reprimir la protesta social. En el marco del tratamiento de la Ley ómnibus en el Congreso de la Nación, se desarrollaron diferentes movilizaciones pacíficas que fueron brutalmente reprimidas y que le ocasionaron al Estado un gasto de 134 millones de pesos y un despliegue de 4 fuerzas federales. Un ajuste de tal magnitud solo se cierra con falacias y represión.

La falacia de “las dos argentinas”

Tal como venimos marcando en nuestros análisis previos, este proyecto de reforma de la economía y del Estado que pretende instrumentar el gobierno libertario no puede traer las soluciones que la clase trabajadora necesita en estos difíciles momentos de crisis general. No es posible, con políticas de libre mercado y valorización financiera, “liberar las fuerzas productivas de la nación” y llegar a ser potencia mundial; ya que como venimos analizando: los países hoy desarrollados, llegaron a ser potencia mundial mediante políticas económicas de protección de la industria local y la fuerza de trabajo. Solo acuñaron el libre mercado una vez que lograron colocarse en la cima del mundo económico y desarrollado.

El gobierno deberá gobernar para el conjunto total del pueblo argentino si pretende tener legitimidad en la ejecución de su programa económico. El pueblo argentino tiene mucha lucha y resistencia acumulada a lo largo de la historia, tiene mucho ejercicio democrático en las urnas y en las calles; y parece no estar dispuesto a ser avasallado sin oponer su cuota de organización, conciencia y heterogeneidad.

La falacia de las “dos argentinas” no podrá seguir siendo utilizada por el gobierno si lo que pretende es sacar al país de la crisis. Milei deberá tomar nota de los últimos acontecimientos que han marcado la realidad nacional, y comprender; que si hay dos argentinas, no se dividen en el 56% versus el 44% como el resultado del balotage, si no entre una casta empresarial que se enriquece y un pueblo trabajador que cada día es más pobre.

* Director Observatorio Internacional del Trabajo del Futuro

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