El otro repago
La Ministra de Sanidad, Ana Mato, de un plumazo tras su intervención trufada de incorrecciones, con más altos en el camino que una expedición del INSERSO al Everest, durante la cual, más monda que lironda, anunció al mundo la consolidación de la Sanidad Universal en España como si la Reforma emprendida por Ernest Lluch no existiera desde los Ochenta, al tiempo que sin empacho alguno introducía el mal llamado Copago como garantía del mantenimiento del sistema, ha elevado a los altares de la elocuencia a su antecesora Leire Pajín y enviado directamente al baúl de los recuerdos el esperpéntico bochorno internacional perpetrado por la Menestra de Hum, eh, ¿Exterior? ante la Asamblea de la ONU para apoyar la Guerra en Iraq, a la sazón la divertida Ana Palacio.
Pero como la anécdota da poco más que para pasar vergüenza ajena corroborando de nuevo que la entropía gubernamental avanza inmisericorde en cuanto al nivel de preparación de las personas en quienes se confía idiotamente nuestro destino, bueno será no perder las energías en la payasa del circo Popular ni en sus payasadas, quién sabe si premeditas y ensayadas para que como dijera el sabio, “mientras el poeta apunta a la Luna, el necio se quede mirando el dedo”, porque sinceramente, no me puedo creer que por mucha razón que llevara Forest Gump en lo concerniente a que tonto es el que hace tonterías, la Lógica que yo he estudiado no respalda que podamos deducir que los que hacen tonterías sean tontos. Más bien, parece que son muy listos, pues mientras nos divertimos con sus gracias nos pasan inadvertidas nuestras desgracias.
Siguiendo entonces el consejo de La Mala Rodríguez cantado en su encriptado tema “Tengo un trato” donde en un suspiro inserta la sentencia de reminiscencia cristiana y aún kantiana “Hay que ser más buenos que los malos”, toda vez ya le hemos dedicado varios trabajos anteriores a combatir el inadecuado término subrepticio de “Copago” para hablar de “Repago” “Superpago” “Pago Pago” etc, toca aprovechar la ocasión para proponer que la medida del Repago que se ha iniciado por la Sanidad, pero a todas luces parece que se extenderá por la Educación y cuantas áreas sean susceptibles de sablear a la ciudadanía desprotegida e indefensa, también se aplique en otros órdenes de los que nunca se habla cuando se habla del Repago, como tampoco salen a relucir a la hora de tratar de los recortes, la eficiencia y demás superchería para hipnotizar a una audiencia fácilmente sugestionable como lo es la sociedad española.
Para continuar por la senda del Elefante argumental, demos por bueno que el Reapago es necesario para racionalizar el gasto en aquellos sectores de interés público y que sean los ciudadanos entonces los que asuman parte del gasto puntual a parte de los impuestos, para que tomen conciencia de lo que vale, por si no se lo recuerda la nómina mensualmente, que ya sabemos lo olvidadiza que es la gente y el gusto que tiene por ponerse enferma y atiborrarse de pastillas a costa del bote común. ¡Vale! ¿Por qué no se opera del mismo modo, pongamos por caso, con los gastos de Guerra, Accidentes en carretera, construcción de autopistas, cuidado del medio ambiente…? No se me alarmen que no voy por donde iría el lacrimal PPSOE.
Veamos; Hasta la fecha, solo escucho hablar de Copago en Educación y Sanidad y que el mismo lo soporten los usuarios por ser ellos los más interesados en su mantenimiento.
Pues bien, yo propongo entonces que además de pagar impuestos, la Industria Armamentista realice su Copago para mantener el Ejército Profesional, las misiones humanitarias, las intervenciones de Guerra, pues son ellas las más interesadas en que todo ello se lleve a cabo; Por idéntico motivo creo que la Industria del Automóvil debe hacer su Copago correspondiente en lo concerniente al cuidado de los accidentados en carretera o cuando se trate precisamente de emprender nuevas infraestructuras de la red vial, pues de su existencia son ellas las más beneficiadas; Por descontado, la Industria Petrolera debería hacer un gran Copago a la hora de cuidar el medio ambiente aparte de en tareas de limpieza y conservación ecológica; La Industria Médica otro tanto respecto a la construcción de hospitales; La Industria Turística tres cuartos de lo mismo para el mantenimiento uno a uno de los aeropuertos…Y así hasta que todos los interesados en algún aspecto de nuestra sociedad, pague de nuevo al margen de los impuestos en aquellas áreas que sean de su mayor interés.
A lo mejor si se hiciera esto, tanto los Gobiernos cómplices como las grandes empresas criminales, en coordinación de la Banca asesina, tendrían a bien, unos a perseguir el fraude estimado en más de 60.000 millones de euros anuales – suficiente para liquidar la deuda actual y obtener superávit en ejercicios sucesivos – las otras dejarían de defraudar y enviar el capital a Paraísos Fiscales y la última se abstendría de dedicarse al lucrativo negocio de la lavandería.