El rey de la prostitución
La procuradora Marisela Morales y el responsable de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo) tienen en sus manos un caso que los pondrá a prueba ante la comunidad internacional. Es el caso de Raúl Martins, “El rey de la prostitución”. Ya habíamos hablado del ex miembro del servicio secreto, acusado en Argentina de haber actuado durante la dictadura militar, quien se mudó a México hace casi dos décadas.
Varias cosas han sucedido esta semana que apuntan a que este caso de trata internacional no podrá ser debilitado ni por gobernadores ni jueces mexicanos vinculados a Martins. Lorena Martins, la hija del sujeto acusado de trata de mujeres, propietario de prostíbulos en México y Argentina, estuvo aquí esta semana para traer las mismas evidencias que entregó en su país ante la ministra de Seguridad de la Nación, Nilda Garré. Todos los correos electrónicos y videos originales aportados por Lorena son impresionantes, muestran a Martins y sus colegas, abogados y cómplices (como un juez argentino) celebrando los niveles de impunidad que les han permitido crear un emporio de esclavitud sexual de mujeres en ambos países. En uno de ellos, un Martins sonriente asegura que muchas de las chicas que llegan a él fueron violadas de niñas o huyeron de sus hogares y que él les da un segundo hogar y les enseña un oficio. Su descripción de cómo capta a las jóvenes en gran vulnerabilidad es suficiente evidencia para fincarle responsabilidades, según la ley contra la trata de personas en México.
Hay coincidencias que no pueden pasarse por alto. Martins tiene varios abogados, como él mismo dice riendo en uno de los videos, que lo han protegido de los ataques judiciales; entre ellos están los hijos de Gabino Andrade, ex defensores de Jean Succar Kuri y Kamel Nacif. Pepe Gómez, el propietario del diario Quequi, ha sido su cliente, defensor y amigo de Martins. Además de ser propietario del diario, Gómez es socio de Don King y está directamente vinculado al negocio del boxeo en México y Las Vegas. (Justamente fue en el balcón del departamento de Pepe Gómez en las torres Emerald donde cayó muerta la joven búlgara Galina Chankova, cuyos padres aseguran que fue traída a México por un tratante de mujeres para la explotación sexual.)
Las cadenas de clientes y protectores son claras, y las coincidencias también. La jueza federal argentina María Romilda Servini declaró que al allanar cien prostíbulos hace unos meses encontraron evidencia de que se retenían los documentos de las jóvenes bailarinas y se las tenía “en circunstancias muy similares a la esclavitud”. Sin embargo, 48 horas antes de la llegada de la policía, según Lorena, Martins ya sabía del operativo en sus locales y movió a las jóvenes, según el diario Página/12. En el caso de Cancún, Lorena aportó pruebas de cómo Martins, al enterarse de que el general Bibiano Villa estaba por hacer un fuerte operativo conjunto en la zona hotelera de Cancún, le pide información por escrito a un servidor público que trabajaba para Greg Sánchez, ex alcalde de Benito Juárez.
Lorena ha dado nombres de dos miembros de Los Zetas que operan la venta de drogas en Cancún y a quienes Martins, según testimonios, les pagaba con jovencitas. Ya cuentan también con la evidencia de un tamaulipeco, el verdadero líder de Los Zetas, que habita en la zona hotelera y que le ha asegurado protección absoluta a Martins ante la posible deportación que el Instituto Nacional de Migraciones planea la semana próxima. Faltará evidenciar el nombre del juez que amparó a Martins para que sea intocable en México.
No cabe duda, ésta es una red internacional de trata de personas en la que están involucrados políticos, empresarios, jueces, militares, periodistas, policías y narcotraficantes. Si la historia le trae ecos del caso Marín-Nacif-Succar no es casualidad. La diferencia fundamental entre aquel caso y éste es que si los ex gobernadores involucrados con Martins pidieran favores extrajudiciales o intentaran rasurar expedientes federales mexicanos para borrar sus nombres, la ministra de Seguridad de Argentina, la jueza Servini y activistas de Argentina tienen originales de todas las pruebas. Por otro lado, en Argentina los policías y ex servicios de Inteligencia vinculados a la trata de personas y a crímenes de la dictadura ya se mueven para proteger a Raúl Martins allá. Este podría ser el caso más importante a nivel latinoamericano de trata internacional de mujeres. Está en manos de la procuradora Morales, veremos si esta vez la verdad pesa más que la corrupción.